Entrevista | Alfonso Ortuño Pintor, ilustrador y caricaturista

"La Semana Santa oscura y de penitencia no es la que yo he conocido"

Es el octavo oriolano que recibe el reconocimiento de Hijo Predilecto de Orihuela, compartiendo título incluso con el poeta Miguel Hernández

Este sábado vivirá un emotivo acto en el que su pueblo reconocerá su trayectoria y su vida, marcadas por el humor

El caricaturista y pintor en su casa de Torrevieja

El caricaturista y pintor en su casa de Torrevieja / TONY SEVILLA

Loreto Mármol

Loreto Mármol

El rey Francisco I de Francia, cuando perdió la batalla de Pavía, le dijo a su madre: «Todo se ha perdido menos el honor». Parafraseándolo, Alfonso Ortuño dice: «Todo se ha perdido menos el humor». Porque el humor, según él, es una forma de ser y lo más importante que hay en este mundo. Este sábado recibe el título de Hijo Predilecto de Orihuela en el Teatro Circo Atanasio Die. Es el número ocho de estos ilustres, entre los que se encuentra el mismísimo Miguel Hernández a título póstumo.

PREGUNTA: A unas horas de su coronación, ¿cómo será su discurso? 

RESPUESTA: Coronación de espinas [aclarando que lo dice de broma]. Creía que no iba a ser tan complicado, por la atención hacia mi humilde persona. Es como dice un amigo: «La familia es una gran institución, pero de difícil manejo». Discurso es una palabra que no me gusta, es grandilocuente. He preparado más bien una nota para dar las gracias por el nombramiento a los concejales y sobre todo al pueblo soberano, a mis paisanos, que, me consta, han aceptado mayoritariamente este nombramiento.  

P: Aún se recuerda como uno de los discursos, con perdón de la palabra, más ingeniosos de los que se han pronunciado desde el balcón del Ayuntamiento cuando fue Síndico Portador de la Gloriosa Enseña del Oriol en 2011. Ya entonces admitió que el texto quedaba «gracioso y con ganas de agradar a las personas que había debajo del balcón y no solo a las cuatro calvas católicas». 

R: Más que ingenioso diría divertido.

P: Entonces se definió como un síndico «impotente» comparado con los demás por no ser capaz de llevar el «pajarraco». Y el acto lo calificó como «no apto para sociedades avanzadas» porque al final lo solemne se convierte en una «charanga de pueblo en un acto con solera como este». ¿Sigue esa línea?

R: Está en la misma línea, aunque no tan antisolemne. La solemnidad me repatea. No sé hablar de otra manera. Hago dos o tres guiños sobre todo refiriéndome a mi biografía, mi estancia en el colegio de párvulos en La Tahona, en la calle del Molino, y luego en el Colegio Santo Domingo. Hago una nota con cierto humor diciendo que primero con los padres jesuitas y después con los curas normales. Que cada cual saque sus conclusiones. 

P: Fue elegido por unanimidad de todos los partidos políticos que conforman el pleno municipal, con lo difícil que es que se pongan de acuerdo en algo.

R: Es el mayor mérito que puedo llevarme [ríe].

P: Y también ha conseguido que la soberana esté de acuerdo. 

R: Es lo mejor que podía pasarme.

P: Parece más una inocentada. Se lo comunicaron un 28 de diciembre. ¿Se lo tomó a broma?

R: No lo sabía. Me llamó Pepe Vegara comunicándomelo, y le dije que me sentía honrado y contento.

P: ¿Qué es para usted Orihuela?

R: Es mi pueblo. Como ya dije, este pueblo es mi pueblo y es el más bonito de España. Me gusta, me lo paso bien y me siento a gusto, y así se lo he hecho saber a mis compañeros de prensa durante décadas, como los 22 años que estuve en los informativos de TVE. Aunque cada vez voy menos porque estoy con artrosis, nunca me he perdido la Semana Santa ni el Pájaro.

P: ¿Si tuviera que elegir?

R: Me quedo con la Semana Santa, no por desprecio al Pájaro, la noble y real enseña de la ciudad, sino porque la Semana Santa tiene más antigüedad y solera, por su música, imaginería y costumbres. La Diablesa es única en el mundo. La Semana Santa oscura y de penitencia no es la que yo he conocido. En Orihuela es la fiesta del año, como las Fallas de Valencia o los toros de San Isidro. Orihuela se vuelca en la calle, más que con los moros. 

P: ¿Cuál es su rincón preferido?

R: La plaza Nueva tiene un sabor decimonónico. La parte antigua de la Catedral, la calle de Arriba... Quizá un poco descuidado, pero eso depende de los presupuestos.

P: Es un gran conocedor del patrimonio artístico de Orihuela. ¿Qué es lo que más le atrae? 

R: Además de su monumentalidad arquitectónica, el Museo Diocesano tiene un soberbio Velázquez que ya le gustaría al Museo del Prado. Es una maravilla. Cada vez que lo veo se me saltan las lágrimas. Tiene tanta luz que en vez de estar iluminando el cuadro parece que es el cuadro el que ilumina la sala. La luz es la misma que se mete por la ventana de "Las meninas".

P: En la última entrevista que dio a este periódico dijo que tenía en mente hacer el Guernica de Orihuela sobre el saqueo de la ciudad durante la batalla de Bonanza, que fue el final de la germanía oriolana. ¿Cómo lleva el proyecto?

R: He hecho algunos bocetos. El Guernica de Orihuela es el saqueo que hubo por los murcianos que hasta se llevaron el Pájaro. Pero cada vez estoy más viejo, he cumplido 81 años y me cuesta ponerme a funcionar. Lo peor de envejecer es que se sigue siendo joven pero faltan las fuerzas.