La increíble vida secreta de los animales: ¡Drogas, alcohol y fiesta salvaje!

El consumo de sustancias psicoactivas, narcóticas y alucinógenas no es solo cosa de humanos; descubre cómo los animales también buscan el placer y la diversión en las drogas

De gatos a elefantes: ¡Animales que se drogan y beben en su vida salvaje!

De gatos a elefantes: ¡Animales que se drogan y beben en su vida salvaje! / INFORMACIÓN

Ágata Candela Millán

Ágata Candela Millán

Increíble pero cierto: el mundo animal también tiene sus propios "placeres prohibidos". Al igual que los humanos, hay animales que buscan drogas, sustancias psicoactivas, estimulantes y alucinógenas para experimentar sensaciones fuera de lo común. Ya sea por purificación, rendimiento o recreación, estos animales nos demuestran que la búsqueda del placer no es exclusiva de nuestra especie. Entonces, ¿cuáles son los animales que consumen drogas y por qué lo hacen? Descúbrelo en este apasionante artículo que te sumergirá en un mundo desconocido y fascinante.

Gatos en éxtasis: ¡La hierba gatera los vuelve locos!

Los gatos, por ejemplo, son especialmente aficionados a la hierba gatera (Nepeta Cataria), una planta que les ayuda a limpiar su sistema digestivo y cuyos componentes imitan las feromonas sexuales felinas. Si has tenido un gato, seguramente has presenciado cómo se revuelcan, lamen y mastican estas plantas, emitiendo sonidos que delatan su disfrute.

Pero la hierba gatera no es la única planta que les atrae: también les encantan el tomillo de gato, la valeriana y la Matatabi, que les proporcionan sensaciones similares a las que experimentamos al consumir viagra, alucinógenos y relajantes, respectivamente.

Los Wallabies, marsupiales australianos, consumen opio para colocarse

Los Wallabies, marsupiales australianos, consumen opio para colocarse / Imagen de Penny en Pixabay

Wallabies: ¿Marsupiales adictos al opio?

No es solo en nuestros amigos felinos donde encontramos este tipo de comportamientos. En Australia, los wallabies son conocidos por consumir adormidera y caminar en círculos hasta caer aturdidos. Dado que Australia produce el 50% del opio legal en el mundo, este comportamiento de los wallabies es motivo de preocupación, especialmente cuando las ovejas comienzan a imitarlos.

Cabras: ¡Las verdaderas pioneras del colocón!

Las cabras, por otro lado, han sido las protagonistas en el descubrimiento de diversas sustancias que también consumimos los humanos. Gracias a ellas, por ejemplo, se descubrió el café. En Etiopía y Yemen, las cabras no dudan en masticar las hojas de khat, una planta con propiedades euforizantes que también es consumida por los habitantes locales. Además, también se sabe que las cabras consumen el frijol de mezcal, que provoca alucinaciones similares a las del peyote.

La amanita muscaria: una seta de cuento con efectos mortales

La amanita muscaria: una seta de cuento con efectos mortales / Imagen de Ian en Pixabay

¡Reindeer Airlines! Renos que 'vuelan' con hongos alucinógenos

En el reino animal, también podemos encontrar animales que buscan experimentar con sustancias psicoactivas. Los renos consumen Amanita muscaria, una seta venenosa que les provoca sensaciones de vuelo. En el norte de Europa, los chamanes solían beber la orina de los renos para experimentar los efectos psicoactivos de la seta.

Locoweed: El pasto vuelve locas a las vacas

El locoweed es otra planta que puede provocar efectos adversos en animales como vacas, caballos y ovejas. Consumida por estos animales de pastoreo, provoca autoaislamiento y pérdida de apetito. A pesar de estos efectos negativos, las reses buscan y consumen locoweed siempre que pueden.

Monos capuchinos: Milpiés, el 'camello' más inesperado

Los mandriles y los monos capuchinos también tienen sus propias "drogas" de elección. Los mandriles consumen la raíz alucinógena de la planta iboga antes de una pelea, mientras que los capuchinos utilizan a los milpiés como fuente de compuestos venenosos y narcóticos. Cuando se sienten amenazados, los milpiés secretan un compuesto que contiene cianuro, altamente tóxico y mortal para la mayoría de las especies. Sin embargo, los monos capuchinos han aprendido que untarse con pequeñas cantidades de este líquido les ayuda a repeler parásitos y les proporciona un efecto narcótico placentero.

Delfines y peces globo: La narcoparty submarina

Los delfines también tienen su forma peculiar de consumir drogas en grupo. Capturan a un pez globo y lo "esnifan" por turnos, golpeándolo suavemente con el morro para que libere pequeñas cantidades de toxina narcótica. A pesar de que la toxina del pez globo es 1.200 veces más potente que el cianuro y suele ser mortal, en pequeñas dosis les produce un efecto estupefaciente.

Elefantes borrachos: Cuando lo que nos gusta es ponernos trompa

Algunos animales prefieren buscar el placer en el alcohol. Los elefantes, por ejemplo, recorren grandes distancias para encontrar los frutos fermentados de la marula, que contienen alcohol. Cuando un elefante consume estos frutos, agita las orejas, tambalea la cabeza y emite sonidos hasta que finalmente se desploma dormido. En ocasiones, los elefantes han causado estragos al irrumpir en áreas donde se produce cerveza de arroz o en laboratorios de alcohol en la India, llegando incluso a causar muertes.

Mosquitos en apuros: Un chupito de fruta para deshinibirse

Por otro lado, los mosquitos de la fruta del género drosophila, cuando son rechazados por una hembra, encuentran sumamente atractivas las fuentes de alcohol. Durante su borrachera, los mosquitos se excitan sexualmente hasta el punto de no distinguir entre machos y hembras, realizando serenatas y ballets aéreos de apareamiento con ejemplares del mismo sexo.

Según Giorgio Samorini, experto en etnobotánica y etnomicología, en el mundo animal, en contextos no influenciados por el ambiente antropogénico, no se conocen casos de adicción. La naturaleza parece proteger del "vicio", y si tal comportamiento persiste en una especie, debe haber alguna razón evolutiva. Samorini sostiene que "el fenómeno de las drogas es un fenómeno natural, mientras que el problema de las drogas es un problema cultural".

En resumen, el consumo de sustancias psicoactivas, estimulantes y alucinógenas no es exclusivo de los seres humanos. A lo largo del reino animal, muchas especies buscan experimentar con diferentes sustancias para disfrutar de sensaciones placenteras y desconocidas. Si bien en algunos casos puede haber razones evolutivas detrás de estos comportamientos, en última instancia nos demuestran que la búsqueda del placer es un fenómeno universal y compartido entre las especies.