«La figura de la mujer en la empresa alicantina cada vez está más reconocida»

Maite Antón

Maite Antón

Miriam Vázquez

Miriam Vázquez

Maite Antón, ocupó el cargo de presidenta de la Asociación de la Empresa Familiar de la provincia de Alicante en 2019, siendo la primera mujer que encabezaba la presidencia de la entidad asociativa. Antón resalta que ahora la mujer desarrolla un papel más activo y visible en la dirección y gestión de la empresa familiar.

¿Cuál es el papel de la mujer en la empresa familiar?

El papel de la mujer en la empresa familiar siempre ha sido muy importante y en todas las épocas ha habido grandes mujeres empresarias que son un referente para todos nosotros, pero evidentemente estaban condicionadas por los roles sociales establecidos en cada época. Con el cambio de la sociedad se han ido transformando y evolucionando y ahora la mujer desarrolla un papel más activo y visible en la dirección y gestión de la empresa familiar a través de los distintos órganos directivos. Cada vez es más frecuente encontrar mujeres que ocupan puestos de responsabilidad en estas compañías. Realmente hay que reconocer que la incorporación a la empresa en las familiares siempre ha sido vista con mayor naturalidad y las cifras así lo avalan.

¿Cómo fue ser la primera mujer presidenta de AEFA?

La verdad es que ocupar la presidencia de AEFA para mí supuso una responsabilidad por lo que suponía el cargo en sí, no tanto por el hecho de ser la primera mujer que lo ocupaba, sino por saber que representas a las empresas familiares de la provincia de Alicante, con su importancia cuantitativa y cualitativa en nuestra economía y sociedad; y por representar a una asociación de gran prestigio e importancia, no solo en nuestra provincia sino como referente en toda España. Para mí es todo un orgullo saber que desde nuestra asociación empresarial se trabaja diariamente para ayudar a las empresas familiares de nuestra provincia a que sigan creciendo y generando riqueza y empleo en este territorio.

AEFA es una asociación que mantiene una especial sensibilidad y concienciación sobre la necesidad de involucrar públicamente a la mujer en puestos de responsabilidad, y bajo ese mismo convencimiento predicamos con el ejemplo. Así, mi anterior presidente Paco Gómez configuró la primera junta de España con igual número de mujeres que de hombres, pero dejando claro que no era una cuestión de paridad, sino de visibilizar la gran cantidad de grandes empresarias familiares que tiene nuestra provincia. Así, no solo estoy yo como presidenta, en nuestra Junta Directiva de 15 miembros, 8 somos mujeres, pero visto desde la naturalidad y desde la perspectiva de que toda diversidad es enriquecedora.

¿Cómo valora la visibilidad de la mujer directiva o empresaria en Alicante?

Creo que llevamos años dando pasos necesarios en este sentido, y que la figura de la mujer en la empresa alicantina cada vez es más habitual, y está más reconocida. Hoy en día puedes encontrar magníficos referentes empresariales en nuestra provincia, tanto femeninos como masculinos, y francamente, no concibo la idea de que alguien pueda valorar más a una persona por su género que por sus méritos.

¿Qué aporta el liderazgo femenino?

Considero que todas las visiones aportan algo diferente a la hora de liderar un proyecto, por eso es fundamental contar con liderazgo femenino, ya que esa diversidad enriquece la estrategia y la forma de desarrollar y gestionar el proyecto que vamos a acometer. Pero tampoco me parece natural que se otorguen unas determinadas características a cada uno de los géneros. Todas las personas somos diferentes, independientemente de nuestro género y las distintas visiones son positivas.

¿Piensa que existe el «techo de cristal»?

Es cierto que ese «techo de cristal» ha existido, pero derivado de los papeles otorgados por la sociedad y que nos han condicionado mucho, al pensar que debíamos «cumplir» con todas esas tareas propias de nuestro género, además de las profesionales. Lo bueno es que ha empezado a romperse y todos debemos contribuir a que se compartan las responsabilidades familiares, para que no exista ninguna diferencia entre hombres y mujeres. En eso debemos implicarnos todos y no caer en victimismos limitantes o autocomplacientes, sino decidir libremente nuestros objetivos y, en conjunto con nuestras parejas, elegir un modelo de corresponsabilidad que elimine ese techo para cualquier de los dos.