El tripartito de El Campello, a punto de saltar por los aires. Cs y parte de la oposición tumbaron ayer dos puntos del orden del día de gestión del propio equipo de gobierno. Los naranjas cumplieron con su anuncio y votaron en contra de la modificación del convenio con Acuamed para el suministro de agua de la desalinizadora de Mutxamel, una medida que conllevaría un importante incremento del recibo, al tener que pagar en 40 años 14 millones de euros para asumir una parte de los costes de construcción de esta infraestructura. Además, Cs se unió a la oposición para rechazar el inicio de la licitación del contrato del montaje de fuegos artificiales. Ambos afectan a áreas dirigidas por Cs, Servicios y Contratación. Y en los dos casos dejó en evidencia la fractura con PP y Vox. Una brecha cuyas consecuencias son imprevisibles.
«Ante el bloqueo de Oca a un informe inicié otro expediente, no le presioné»
La postura de Cs vino acompañada de graves acusaciones por parte de su portavoz, primer teniente de alcalde y edil de Servicios, Julio Oca, que denunció «presiones» por parte del alcalde Juanjo Berenguer (PP) para firmar un informe técnico sobre el tema del agua, algo que negó el primer edil, que explicó que lo que hizo es instarle a que lo aprobara o rechazara, pero que tomara una decisión al respecto.
«El alcalde me presionó y me intentó quitar de la firma de un informe»
El pleno telemático fue ayer muy caliente, con Compromís reclamando a Cs que fuera consecuente y dejara el tripartito ante el alcance de sus acusaciones y ante las graves divergencias puestas de manifiesto, donde sus concejalías están afectadas. Y Oca respondió que no tenía ninguna intención de dimitir, por lo que ahora falta por ver si el PP va a tomar algún tipo de medida con Cs en los próximos días ante lo que podría considerar una deslealtad con el ejecutivo y una falta de respeto al alcalde de la localidad.
«En pro del interés general, que es el agua de nuestros vecinos, votaré a favor»
Primero, el pleno votó la retirada de los puntos del orden del día referentes a la adenda del convenio, el nuevo convenio, y una actualización de los precios del agua, este último al margen del tema de la desalinizadora, ya que hace años que no se ponen al día. La retirada la pidió el PSOE y Podemos, pero Cs rechazó la medida junto con PP y Vox. Y ningún punto salió adelante por el rechazo de Cs, que se unió a la oposición, quienes también rechazaron las medidas salvo Compromís, que se abstuvo.
«Decir que puede tener consecuencias penales es algo de otros tiempos»
«El autoritarismo del alcalde está llevando a El Campello a un callejón sin salida»
Oca se mostró muy duro en su intervención con el PP, advirtiendo de que la propuesta no es del equipo de gobierno sino exclusivamente del PP, y que supone un «cheque en blanco» que no están dispuestos a dar, acusando al alcalde de promover una política de «trague, pague y calle». Mostró su desacuerdo con la gran subida que afirma va a suponer en el recibo, «mucho más que 11 euros al año como dice el PP para el 70% de los abonados», lamentando que este tema «lo ha negociado en solitario el alcalde». Por todo ello rechazó la medida por «transparencia, justicia y sentido común», pidiendo tiempo para estudiar los informes, pedir nuevos estudios y una auditoría. Así mismo criticó que tenga que ser El Campello el municipio «pionero» en esta subida del agua en la comarca e instó al alcalde a detallar la subida real que supondrá para los campelleros en el recibo, que calificó de «sablazo».
«Por coherencia y ética Cs tiene que dimitir del gobierno, Si no, es un fraude»
«Hace falta pedir un informe para anular el convenio de 2006, que se ha incumplido»
Pero es que además Oca acusó al primer edil de «presionarme e intentar quitarme la firma en un informe» sobre el convenio, advirtiéndole que se «atuviera a las consecuencias» si no firmaba.
Réplica del primer edil
Por su parte el primer edil aseguró que la propuesta llevaba los informes necesarios y estaba debidamente explicada. Aclaró que en ningún momento presionó a Oca, sino que le instó reiteradamente a aprobar o rechazar el informe firmado por sus propios técnicos, a que tomara una decisión al respecto, y «ante su bloqueo» inició otro expediente. Y recordó que el Ministerio no ha contestado a la petición realizada por los alcaldes de la comarca de que la inversión de la desaladora no se repercutiera en los municipios.
«El convenio sobre la desaladora nos levanta muchas sospechas»
Del mismo modo el voto en contra de Cs, junto con la oposición, tumbó también el expediente para el inicio de contratación del servicio de suministro y montaje de fuegos artificiales por 135.000 euros, una tramitación que venía de antes de la pandemia y que ahora llegaba a su recta final. Cs pedía eliminar los 69.000 euros que incluye para un acto de fin de verano, para destinarlo a Bienestar Social, que necesita esos fondos por la crisis del covid. Esa retirada solo contó con el apoyo de Cs, EU y Red, y en la votación del punto en sí PP y Vox se quedaron en minoría frente al resto, tumbándose la propuesta.
Unanimidad para expropiar los restos del fortín ibero
Pese a ser un pleno muy tenso y con muy poco consenso, el último punto recibió el respaldo unánime. Se trataba de la moción de Compromís para iniciar los trámites para expropiar la parcela donde se ubican los restos del fortín ibero de Aigües Baixes, arrasado parcialmente en 2014, y ponerlo en valor. Todos los grupos la respaldaron, informando el alcalde de que ya había contactado con el dueño y le ha trasladado que el Ayuntamiento tiene previsto iniciar en un futuro su expropiación.
Del mismo modo, el pleno dio los últimos pasos para poder sacar a licitación la gestión de la piscina. Se aprobó el reglamento de utilización y el proyecto de explotación de las instalaciones deportivas, este último punto con solo los apoyos de PP, Cs y Vox. El objetivo es sacar a licitación la gestión cuando pase la pandemia.
