La megaconstrucción de casi 100 años de historia que permanece olvidada en San Vicente del Raspeig

Una arquitecta y geógrafa de la Universidad de Alicante destaca las particularidades de una instalación que lleva años en desuso, pero que tiene "un interés y unas posibilidades increíbles"

Una "parte de la identidad territorial del municipio". Así define Esmeralda Martínez, arquitecta y geógrafa de la Universidad de Alicante, a la enorme construcción casi centenaria que se encuentra en San Vicente del Raspeig. Se trata de un recinto, como ella misma ha indicado, de 153.000 m2 (para los que no se aclaren con el sistema de medida universal, alrededor de 21 campos de fútbol), una amplia superficie conglomerada por varios edificios que hace años fueron el engranaje de la todavía icónica cementera de la localidad.

La experta de la UA ha querido destacar el valor que posee este complejo, y para ello ha elaborado en su cuenta de Twitter un hilo en tono divulgativo que sirve para conocer las particularidades de una planta que abrió sus puertas hace casi cien años, en 1927, y que las cerró hace década y media, en 2009. La crisis y los continuos conflictos con los vecinos supusieron el fin de la fábrica, que no solo se convirtió en un elemento aún insustituible en el skyline sanvicentero, sino que sobre todo, fue un motor que sirvió para impulsar el número de habitantes del municipio.

La autora de la publicación hace referencia a estas cuestiones y subraya el valor arquitectónico y cultural del lugar, "cuya pérdida supondría el desperdicio de una oportunidad sin igual". En la actualidad y desde su cierre, la cementera permanece "sin uso, en un proceso de degradación que avanza rápidamente", lamenta la encargada de poner el foco sobre un patrimonio abandonado en la oscuridad del olvido "que languidece a la espera de una nueva oportunidad", y que cuenta con unas "posibilidades increíbles".

Para dar a conocer todo su potencial, la especialista en el tema ofrece en su hilo una visita guiada en la que detalla las características técnicas de cada uno de los inmuebles que vertebran el esqueleto de este gigante dormido. El pabellón de los trabajadores, que se puede considerar como un "magnífico ejemplo de arquitectura ecléctica, muy cercana ya a la arquitectura moderna", el silo de caliza, "un edificio singular con una planta circular diáfana de 35 metros de diámetro", o la chimenea, cuya "esbelta" estructura le permite ser "un hito urbano del paisaje de San Vicente", son algunos de los puntos que forman parte de este recorrido digital por la instalación, que ha tenido una gran acogida.

Cientos de personas han interactuado con esta didáctica serie de tuits y la inmensa mayoría aplauden la idea de aprovechar las posibilidades de un complejo cuya única misión en estos momentos es acumular polvo. Eso sí, el deseo de convertir esta imponente construcción en un espacio útil con fines sociales, laborales o culturales no se ha traducido hasta ahora en propuestas concretas, salvo que se tenga en cuenta la planteada por uno de los muchos usuarios que han comentado la publicación, que no sólo se ha mostrado a favor de dar un uso a este lugar, sino que ha ido más allá y ha aprovechado la ocasión para, de forma improvisada, presentar su (no sabemos si descabellado) proyecto: "Busco inversores para un festival de techno aquí".