Agua y vida en la Albufera de Gaianes

Las últimas lluvias aseguran un caudal estable en la laguna en los próximos meses aunque la escasez de los meses anteriores ha favorecido que crezcan los cañaverales

Aspecto que presenta estos días la Albufera de Gaianes, con la localidad homónima y la sierra de Benicadell al fondo.

Aspecto que presenta estos días la Albufera de Gaianes, con la localidad homónima y la sierra de Benicadell al fondo. / Juani Ruz

La escasez de lluvias de los primeros meses de 2023 había mermado notablemente el caudal de los cursos fluviales y los espacios lacustres de l'Alcoià y El Comtat, incluso aquellos que suelen tener siempre una presencia notable de agua. Sin embargo, la situación ha cambiado tras las precipitaciones que se han sucedido casi sin descanso desde la primera quincena de mayo hasta esta misma semana han hecho que se revierta la situación. Uno de los lugares donde esto ha sucedido es la Albufera de Gaianes; allí, el volumen hídrico actual prácticamente asegura la presencia de una importante lámina de agua durante todo el verano, y con ella toda la vida que lleva asociada.

La superficie inundada no llega a ser la de otras épocas, como durante la primavera de 2022, en que los episodios de lluvias fueron mucho más prolongados en el tiempo y casi no se dieron en forma de tormenta como sí ha ocurrido en muchos casos este año. No obstante, el agua ocupa en cualquier caso una considerable extensión, y la lámina se acerca bastante al observatorio de aves existente en el paraje. Unas aves que, además, pueden verse fácilmente estos días en la laguna. Y mejor aún oírse; los graznidos de los patos resuenan con claridad en el perímetro de la albufera.

Un visitante tomando una foto de la laguna.

Un visitante tomando una foto de la laguna. / JUANI RUZ

Las lluvias recientes también han contribuido a que la parte más exterior del vaso, que por lo general solo se inunda en épocas de especial abundancia, presente un importante verdor, lo que contribuye a que el entorno resulte más agradable para los visitantes. Eso sí, los meses anteriores de sequía han dado pie a que los cañaverales hayan proliferado de manera especial. La altura de las plantas es considerable, superando fácilmente los dos metros y formando una tupida capa vegetal, que se extiende por gran parte del espacio lacustre.

Los cañaverales ocupan toda la parte más exterior de la laguna, pero en los puntos donde tiene menos profundidad se extienden hacia el centro del vaso. En este sentido, el alcalde de Gaianes, Agustí Martínez, señala que el conjunto de la albufera tiene poco calado, lo que facilita que estas plantas crezcan; por el contrario, en las áreas más profundas de la laguna las cañas se ahogan, lo que deja perfectamente a la vista la lámina de agua.

Cañaverales junto a la pasarela de acceso al observatorio de aves.

Cañaverales junto a la pasarela de acceso al observatorio de aves. / JUANI RUZ

Cabe recordar que la caña común, cuyo nombre científico es Arundo donax, está considerada una especie invasora, y que por ello la acción de las administraciones públicas competentes van encaminadas hacia su erradicación o al menos su control. De hecho, la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica tiene en marcha la segunda fase de un proyecto denominado "Desencanyar", cuyo objetivo es eliminar esta especie de diferentes cauces fluviales de la Comunidad. En el caso de la Albufera de Gaianes, los trabajos habituales de mantenimiento que se realizan incluyen también el control de los cañaverales.

Un entorno recuperado

La Albufera de Gaianes resurgió a principios del año 2005 tras haber sido desecada históricamente para transformar la zona en tierras de cultivo. Un temporal de lluvias cegó los canales de drenaje, lo que propició que el agua volviera a ocupar de manera espontánea lo que en su día había sido el espacio lacustre. En lugar de volver a desecarla, se optó por mantener la lámina de agua y habilitar un punto para la observación de aves, junto a la casa que, no por casualidad, se denominaba Mas de l'Albufera. El volumen hídrico almacenado depende mucho de las lluvias y de la afloración de las fuentes cercanas, por lo que en estos 18 años ha llegado a secarse casi por completo de forma puntual en algún momento.

Aspecto que presenta en la actualidad el Mas de l'Albufera.

Aspecto que presenta en la actualidad el Mas de l'Albufera. / JUANI RUZ

La laguna ocupa una superficie de 11,2 hectáreas y forma parte del Paisaje Protegido del Serpis, río que discurre a poca distancia y al que fluyen las aguas de este espacio. El año pasado, la Generalitat retomó la idea, planteada ya al regenerarse el humedal, de rehabilitar el Mas de l'Albufera para convertirla en un centro de interpretación sobre el paraje, pero después no ha trascendido ningún avance al respecto.