Lydia Sempere, una heroína automovilística

La joven de Banyeres de Mariola nació sorda y tras ser intervenida en dos ocasiones para colocarle un implante coclear bilateral se ha convertido en una reconocida piloto

Una piloto que rompe barreras auditivas

Juani Ruz

Lydia Sempere nació sorda y ahora con 25 años se ha convertido en piloto automovilística. Hasta llegar donde está ha tenido que pasar por dos operaciones quirúrgicas y un sinfín de situaciones que cuenta a continuación. La suya es una historia de superación personal, en la que demuestra que los límites -en ocasiones- solo obedecen a barreras mentales.

Es el padre de la joven de Banyeres de Mariola quien la inicia en el mundo del motor ya que él había sido piloto. Por ese entonces Lydia no hablaba, todo lo transmitía a través de sus expresiones. "Mi padre me subía en su moto y recuerdo que me gustaba mucho, él vio que me emocionaba", añade.

Fue entonces cuando su progenitor decide comprarle una moto con solo cinco años de edad, pero se encontraron con un hándicap. Y es que al ser sorda, la chica no tenía casi equilibrio y se caía cada dos por tres de la moto. Visto lo ocurrido a los siete años probaron con el karting y fue en este sector donde empezó la carrera automovilística de Lydia. "Empecé a correr en carreras sin escuchar nada, conforme iba creciendo iba aprendido aunque lentamente porque escuchar en este deporte es algo primordial", explica.

La joven conduciendo el Clio.

La joven conduciendo el Clio.

La joven cuenta que su discapacidad auditiva le hacía perder posiciones en las carreras y pensó en tirar la toalla. Fue una etapa dura. Vista la situación, a los diez años la familia se puso en contacto con la escuela de Ricardo Tormo que a la vez le remitieron con Marc Gené, el expiloto y asesor de Ferrari en Fórmula 1 que consiguió encontrar un casco adaptado para que Lydia pudiera incorporar los implantes que le permiten escuchar. "Empatizó mucho conmigo ya que tiene una hija con una discapacidad auditiva", narra la joven que también resalta que "el cambio fue espectacular, al principio tenía miedo porque en el kart llevaba el motor a mis espaldas y escucharlo tan fuerte pensaba que me iba a molestar, tenía respeto pero al mismo tiempo ilusión".

Vía de escape

Sempere confiesa que en la etapa escolar, en secundaria fue víctima de bullying. "Para mi el deporte ha sido mi salida, desconectaba y sobre todo recuperé la autoestima que me estaba restando la vida social".

Durante la adolescencia otro obstáculo se interpuso entre Lydia y su sueño de ser piloto. Le diagnosticaron unos problemas de corazón que finalmente se quedaron en una falsa alarma. No obstante, tuvo que parar de correr y cuando pudo volver, el mundo del karting se le había quedado pequeño, le tocaba dar el salto a los coches, pero para ello necesitaba conseguir un sponsor por el alto coste que este sector del motor supone.

Lydia Sempere, una heroína automovilística

Lydia Sempere, una heroína automovilística / Juani Ruz

La piloto comenzó a mover su historia en la red social Instagram con lo que logró la repercusión que necesitaba para que la Fundación Renault se interesase por ella. Ahora es la única mujer que compite en la Clio Cup Spain con pilotos alemanes, italianos o franceses.

El mensaje que deja la piloto es claro: "Aspiro a correr a nivel internacional y seguir haciéndome hueco en este deporte".