El matrimonio homosexual avanza algo más lento en Alcoy

La ciudad tiene el menor índice de uniones de personas del mismo sexo entre los principales municipios de la provincia, un aspecto en el que los factores sociológicos de un núcleo pequeño y conservador influyen, pero donde la realidad también rompe estereotipos

Pocas parejas homosexuales se casan en Alcoy

Juani Ruz

Con frecuencia se tiende a decir que las ciudades pequeñas y de interior tienen una atmósfera social conservadora y que son más cerradas a los cambios. Los datos de matrimonios entre personas del mismo sexo que publicó hace unas semanas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) parecen apoyar, a simple vista, la teoría de que Alcoy cumple este tópico. La ciudad tiene el menor porcentaje de uniones civiles homosexuales entre los municipios mayores de 50.000 habitantes de la provincia de Alicante en la última década. Entre 2013 y 2022 tan solo se han celebrado 19 matrimonios entre hombres y 21 entre mujeres, 40 en total frente a los 1.695 entre un hombre y una mujer. Un exiguo 2,31%.

El índice dista bastante de la media provincial del 3,59%, y más aún del 5,34% que alcanza Benidorm, aunque también es cierto que Orihuela se queda tan solo una centésima por encima. A priori, Alcoy puede dar esa imagen de ciudad algo cerrada, y hay factores locales como la elevada presencia de la educación privada católica que podrían influir, aunque eso es muy difícil de calibrar, tal y como apunta la socióloga Sandra Obiol. Además, tampoco se dan en la ciudad más matrimonios católicos que en otras de su tamaño. No obstante, la experta añade que hay un rasgo que sí podría ser más determinante: el envejecimiento demográfico.

El vicealcalde de Alcoy, Àlex Cerradelo, abiertamente gay y actual responsable del área LGTBI municipal, coincide bastante en esta teoría: "Creo que hay una parte sociológica, esta es una ciudad envejecida en la que hay menos parejas jóvenes". Ahora bien, al mismo tiempo considera, por experiencia propia, que "no es más difícil para una pareja homosexual hacer su vida que en otros lugares". "Hay problemas puntuales, como en cualquier otro sitio, pero lo que debemos hacer es luchar contra eso", agrega. Y, en este momento actual, apostilla: "Hacer que no se produzca ningún retroceso".

Cerradelo lleva casi dos décadas de vida en común con su pareja y no se ha casado. "Ni tenemos un horizonte para ello", bromea, aunque no cita esta cuestión como anécdota. "Al principio existía una cierta necesidad de ejercer este derecho, pero después se ha llegado a una cierta normalidad". De alguna forma, considera, hay quien puede pensar que pasar por el matrimonio supondría imitar conductas del heteropatriarcado, y a eso hay que sumar que el matrimonio deja fuera "nuevas formas de relación".

Magda y Elena en la Glorieta de Alcoy, ciudad que consideran "amable" hacia el colectivo LGTBI.

Magda y Elena en la Glorieta de Alcoy, ciudad que consideran "amable" hacia el colectivo LGTBI. / Juani Ruz

De hecho, a veces el matrimonio puede entenderse simplemente como un paso administrativo que resulta práctico para la vida diaria. Así lo ven Magda Arques y Elena García, una pareja residente en Alcoy que está ahora en trámites de casarse. La una de Tibi y la otra de Burgos, coinciden en que su ciudad de adopción es "un lugar familiar" en el que han encontrado "un entorno amigable". No obstante, señalan que "incorporamos a nuestro comportamiento ciertos ciudados o ciertos miedos que tienes interiorizados", por temor a ser agredidas o increpadas. "En la calle no nos damos muestras de afectividad", lamentan.

Por esa razón, ambas apuntan al peligro del ascenso de la ultraderecha: "Utiliza un lenguaje bélico y lanza un mensaje de violencia y de odio, que busca estigmatizarte, que te sientas en una diana". Por eso creen también que en el hecho de vivir la homosexualidad con naturalidad influye mucho el círculo en el que cada cual se mueve. "Alcoy es una ciudad muy amable en ese aspecto, donde nos podemos sentir muy cómodas y tranquilas", aunque al mismo tiempo inciden en el riesgo de dar pasos atrás, y también en la necesidad de seguir avanzando en temas como la visibilidad. "Si decides casarte estás haciendo pública tu orientación, y eso también puede influir para que tomes o no la decisión", señalan.

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