A las ocho y media, hora en que estaba previsto que comenzara ayer la carrera solidaria nudista, daba la impresión de que apenas iba a participar media docena de valientes. Y es que la situación imponía, sobre todo al ver al medio millar de compañeros que abarrotaban la alameda situada frente al Aulario II de la Universidad de Alicante para no perderse la carrera.

"Yo sí voy a correr", indicaba Guillermo, uno de los participantes, "me encanta el nudismo y me gusta ir libre de ropa y además está el trasfondo solidario", señalaba. "Aún me lo estoy planteando ¿Se puede correr en ropa interior?" preguntaba una chica algo apurada después de ver la expectación que la convocatoria había causado en el campus. "Es que hay tanta gente mirando...".

Al final, sin embargo, se fueron animando y cuando un voluntario dio el pistoletazo de salida -en realidad un silbato- una treintena de chicos y chicas se desprendieron corriendo de su ropa como estaba previsto y realizaron el recorrido entre los aplausos y los gritos de ánimo de sus compañeros.

Algunos con ropa interior y otros totalmente desnudos, incluso sin zapatillas, los participantes recorrieron el kilómetro previsto mientras eran jaleados por sus compañeros. "Ha estado muy bien, vaya subidón", indicaba uno de los chicos participantes al cruzar la meta mientras saludaba entre risas al resto de corredores conforme iban llegando al tiempo que uno de los organizadores indicaba que seguramente el año que viene participará más gente. "Al ver lo de hoy, seguro que se animan, ha sido divertido".

El ganador se llevó a su casa un improvisada estatuilla que nadie sabe muy bien de dónde salió, y un vale de 30 euros de la Fnac, pero desde luego, nadie corrió por el premio.

El objetivo de esta primera carrera nudista de la Universidad organizada por Universitarios Progresistas a través de las redes sociales, era, por una parte, "ayudar a liberar tensiones ante el estrés de los exámenes" y al tiempo, colaborar con los más desfavorecidos donando la ropa que los participantes se quitaron antes de la carrera. De hecho, desnudarse con rapidez era parte de la prueba.

La ropa que llevaban los corredores se cedió al Proyecto Lázaro, una organización de ayuda social a personas que han tenido problemas con drogas, alcohol, o desarraigo fomentando su inserción socio laboral. En este caso, se encargarán de recoger y arreglar la ropa para cederla después a quien la necesite.

Pero no sólo los participantes en la carrera cedieron su ropa. De hecho, grupos de jóvenes fueron dejando desde media hora antes de comenzar la carrera bolsas con prendas que traían de casa. "No, yo no me atrevo a desnudarme", indicaba una chica, "pero colaborar no cuesta nada".