Una palmera de cartón pintada en vivos colores en una esquina de la clase que simula una isla en la que los niños se sientan en corro a jugar. En la otra esquina pequeñas montañas de madera en cuyos recovecos el alumno puede encontrar la tranquilidad que necesita para disfrutar de un libro ilustrado. Un mural enorme de un paisaje de naturaleza parece abrir la pared del aula a la imaginación de los pequeños. Mientras, en la otra pared, la ventana es una enorme pantalla plana que abre la escuela al mundo a través de internet y permite a los niños realizar actividades conjuntas con otros compañeros de lugares tan lejanos como Singapur. En el medio de la clase solo un par de mesas para trabajar en grupo donde apenas hay sillas para la mitad de los 15 o 20 niños de la clase. Las ventanas no son tales, pues tras ellas están los profesores que forman a los futuros maestros, que observan y analizan como se desenvuelven los pequeños y sus educadores. Así es el aula laboratorio de innovación en educación infantil de la facultad de Magisterio de la Universidad de Helsinki.

El conseller de Educación, Vicent Marzà, y su número dos, el secretario autonómico Miguel Soler, visitaron ayer esta incubadora de ecosistemas de aprendizaje dentro de su visita para conocer el modelo educativo finés. Mientras en las aulas del segundo ciclo de Educación Infantil (3 a 6 años) de la Comunidad Valenciana y en el resto de España cada niño tiene su silla, en el laboratorio finlandés no, porque el objetivo es que los pequeños no hagan todos las mismas actividades a la vez. Así se libera espacio para sembrar el suelo de zonas de juego, porque de lo que se trata es de que el niño aprenda jugando.

Marzà y Soler fueron recibidos por una de las principales especialistas de la Universidad de Helsinki (UH) en formación docente, la profesora Kristiina Kumpulainen. El objetivo del encuentro fue establecer los contactos para iniciar intercambios de experiencias en formación del profesorado así como de profesores y de estudiantes de Magisterio a tres bandas entre la UH, la conselleria y las tres universidades públicas valencianas que imparten estas enseñanzas: la Universitat de València, la Jaume I de Castelló y la Universidad de Alicante.

La profesora Kumpulainen mostró un vivo interés en avanzar en este camino, pues la UH ya colabora en este campo con la Universitat de Barcelona (UB) a través del profesor César Coll, el padre de Ley Ordenación General del Sistema Educativo (Logse) socialista. Marzà y Soler han invitado a la especialista finesa a un encuentro en València en el que también participaría Coll.

El objetivo, además de establecer vínculos con las universidades valencianas, sería iniciar programas conjuntos con el Centro de Innovación y Recursos Educativos (Cefire) específico de Educación Infantil que la conselleria acaba de abrir este año en València. Los Cefire, a través de sus asesores, son los encargados de implementar la formación continua del profesorado.

Kumpulainen relató a la delegación valenciana varios de los proyectos de innovación en los que trabaja en colaboración con el Ministerio de Educación de Finlandia. Entre ellos destaca uno sobre nuevas formas y soportes digitales para iniciar a los niños en la lectura a través de tabletas informáticas, fotos, vídeos y lectura en voz. «El mundo está cambiando y nuestros niños ya no son los mismos de antes, por tanto si queremos que lean debemos ofrecerles cosas diferentes», explica la investigadora.

Otra de las iniciativas que ha despertado la ilusión de la delegación valenciana es la de creación de ecosistemas de aprendizaje abiertos entre las escuelas y otros espacios de la ciudad como bibliotecas o museos, uniendo la enseñanza formal y la no formal. En este sentido, Marzà ha explicado a la profesora de la UH que la nueva Ley Valenciana de Educación «apostará por la apertura de los colegios a su exterior, tirar los muros imaginarios que constriñen el aprendizaje y crear centros abiertos».