Salvar la Navidad. Es el objetivo de la hostelería y el comercio de la provincia de Alicante, que acumulan ya pérdidas del 70% a causa de la pandemia y que tienen sus miras en las fiestas navideñas, que representan para muchos establecimientos hasta el 60% de su recaudación anual. Ante la amenaza de confinamiento de la Comunidad Valenciana y el cierre ya decretado tanto en Madrid como en Murcia, los hosteleros apuestan por cerrar ahora un mes sus negocios para contener la expansión del virus y que afecte lo menos posible a la campaña navideña, tras perder la Semana Santa, el verano y las fiestas patronales. También el pequeño comercio urge medidas para frenar el avance del covid, y las grandes superficies trabajan en potenciar su logística para atender la demanda de las compras navideñas online si la infección condiciona la venta física.

El sector de la restauración ve peligrar la campaña navideña. «No sabemos cómo estará el virus de activo. Pedimos que nos den ayudas para poder cerrar ya los negocios durante un mes porque estamos abiertos a malas», afirma César Anca, presidente de la Asociación de Restaurantes de Alicante (ARA), de ámbito provincial. Unas ayudas que reclaman para afrontar préstamos e impuestos. Lo peor, afirman, es la incertidumbre actual y los cambios de criterio de las autoridades sobre confinamientos y otras medidas, que dejan en el aire el balón de oxígeno que esperaban para los dos próximos fines de semana, largos en Madrid, donde tanto el lunes 2 de noviembre como el 9 son festivos. Con la ausencia de estos clientes, se cae lo que esperaban facturar, un 40% más de la caja actual, suficiente para salvar el mes. Otro inconveniente es la prohibición del uso de las barras hasta el 9 de diciembre. «Esto hace que muchos negocios que no tienen terraza y pocas mesas en el interior se sientan asfixiados», apunta Miguel García Navarro, vicepresidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Alicante (Apeha). El restaurador afirma que cada día que pasa es más difícil subsistir. «No pueden venir los de Madrid, ni los de Murcia o León; a las doce de la noche hay que estar en casa; no podemos usar las barras en los bares. Son demasiados frentes abiertos. Muchos no pensamos en salvar la Navidad sino en salvar noviembre». Solo en restaurantes, el sector supera los 6.800 negocios en la provincia. El covid amenaza la supervivencia de 1.400.

El pequeño comercio calcula que desaparecerán un 20% de establecimientos. En la provincia de Alicante aún sobreviven unos 25.000. Francisco Rovira, secretario general de la patronal Facpyme, señala que restringir movimientos, incluso dentro de la provincia, perjudica la actividad comercial pero augura un daño mayor si el virus crece. «Estamos intentando salvar la campaña de Navidad. Las perspectivas son malas porque la infección va a más y hay que controlarla antes, si perdemos las fiestas navideñas estamos muertos». Rovira invita a adaptarse a las circunstancias y digitalizarse: el comercio electrónico ha crecido un 20% el último trimestre.

El gran comercio se prepara para un «periodo clave» como es la Navidad, en una apuesta por la múltiples canales. Las grandes superficies están reforzando su logística online para dar respuesta a las compras navideñas a través del móvil, la tablet o el ordenador si no se pueden realizar compras físicas, como explica Joaquín Cerveró, portavoz de la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged), que destaca lo negativo de la incertidumbre y la falta de turismo.

El ocio nocturno insiste en que se les equipare a la hostelería para abrir hasta medianoche, sin pista de baile, explica el presidente de la Asociación de Locales de Ocio y Restauración (Alroa), Javier Galdeano, que pide medidas para llegar al puente de diciembre y a Navidad, siempre con el riesgo de que los movimientos disparen de nuevo el virus.