El futuro de la movilidad será verde. El grupo Vectalia, que gestiona el transporte urbano en Alicante, su área metropolitana y en varias localidades de la provincia, certifica un descenso, en tan solo dos años, de un 5,22% en el volumen de toneladas de CO2 emitidas a la atmósfera en Alicante. La investigación ha analizado el índice de la huella de carbono en 48 autobuses, en concreto los que prestan servicio en la línea C-6 Alicante-Aeropuerto y todos los vehículos del TAM, que conectan el centro de Alicante con los municipios de su área metropolitana.
La progresiva y constante incorporación de vehículos híbridos-eléctricos de bajas emisiones a la flota y otras buenas prácticas de gestión ambiental que implantado el grupo ha permitido también reducir tanto los consumos como las emisiones generadas en los entornos urbanos.
Vectalia desde hace años aplica una política activa de compromiso medioambiental con el objetivo de intentar hacer frente a los desafíos climáticos y energéticos globales. Esto supone una apuesta progresiva por la implementación de medidas orientadas a mitigar los impactos que la actividad humana genera en el medio natural.
La hoja de ruta “Transport 2050” de la UE establece ambiciosos objetivos de descarbonización para el año 2030 y el horizonte neutro en carbono para 2050, lo cual necesariamente exige redoblar los esfuerzos por potenciar el transporte público frente al transporte privado individual. En España, el MITMA, en su Estrategia por un nuevo modelo de movilidad más seguro, sostenible e inteligente, ha integrado los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas, desarrollando un programa de iniciativas escalables que coadyuven a enfrentar el reto de la descarbonización del transporte que fija la Comisión europea.
Uno de los indicadores ambientales que permite determinar la “señal” que dejan las emisiones de GEIs (Gases de efecto invernadero) en nuestro entorno es el índice de huella de carbono. En la actualidad, el transporte es responsable de prácticamente 1/3 de las emisiones de GEIS de toda Europa, destacando sobremanera el impacto del transporte privado por carretera y del modo aéreo.
Las empresas, en su condición de agentes tractores de la vida social y económica, juegan un papel determinante, tanto en el impulso de iniciativas sostenibles, como en la identificación y compromiso de reducción del impacto ambiental de sus propias actividades.
Vectalia, conforme a los principios y valores de sostenibilidad y de responsabilidad social que le caracterizan, ha comenzado a medir la huella de carbono de sus operaciones, con vistas a adoptar acciones concretas de mitigación y/o compensación de las emisiones generadas en los entornos urbanos y metropolitanos donde opera.
Concretamente, durante los ejercicios 2018 y 2019 Vectalia ha evaluado el índice de huella de carbono de 2 de las explotaciones de Alicante; la línea C-6 Alicante-Aeropuerto y el servicio metropolitano del TAM, que conjuntamente suman 48 vehículos.
Y las conclusiones son significativas: Así, durante periodo 2018-2019 se produjo un descenso del 5,22% en el volumen de toneladas de CO2 equivalente emitidas a la atmósfera, pasando de 4.515 toneladas (2018) a 4.291 toneladas (2019).
Adicionalmente, la ratio grCO2 equivalente emitidos por kilómetro producido y viajero transportado pasó de 39,9 en 2018 a 37,9 en 2019. Un descenso de 5,3 puntos porcentuales con una producción kilométrica análoga en ambos ejercicios, así como una ocupación media de los vehículos semejante.
Es decir, en un año se producido una mejora significativa en el conjunto de emisiones directas de estas explotaciones debida en su mayor parte a dos factores: la incorporación de 19 vehículos híbridos-eléctricos de bajas emisiones, lo que también que el consumo medio de la flota bajar a el 3,69% en un año. Y el otro factor es la reducción del consumo energético de las instalaciones gracias a la incorporación de buenas prácticas de gestión ambiental: que la logrado bajar el consumo eléctrico del 5,24% entre 2018 y 2019.
El compromiso por la sostenibilidad pasa por la generación de impactos que resulten positivos tanto para la sociedad como para el medio natural donde operamos, basado en una apuesta firme y sostenida por el fomento del uso del transporte público desde un modelo de gestión solidario y corresponsable con las instituciones públicas.
