El siguiente mensaje fue divulgado el pasado viernes por el Ayuntamiento de Dénia: «Papá Noel nos ha hecho llegar un mensaje para todos los niños y niñas, nos dice que lamenta mucho no poder veros este año en persona. Ya sabéis, por el coronavirus….». Era la forma un tanto tierna de explicarle a los menores de la ciudad que desde ese mismo instante quedaba suspendida toda la programación navideña. Minutos antes, el propio alcalde, el socialista Vicent Grimalt, le había hablado a la población adulta con palabras mucho más duras al anunciar la cancelación de todo acto social o cultural con público por las peligrosas cifras de la pandemia en el municipio: «Lo que importa este año no es salvar la Navidad; es salvar vidas», dijo Grimalt de forma adusta. Dénia arrastra ahora mismo una incidencia acumulada del virus en los últimos catorce días de 180,2 casos por cien mil habitantes, lo que significa «riesgo alto» de contagios.

En la Marina Alta otras poblaciones optaron ese mismo viernes por lo mismo. Fue caso de Xàbia -donde el virus anda aún mucho más desbocado, con una incidencia de riesgo extremo- o Calp, donde se anularon también citas deportivas y culturales. Decisiones tan unánimes se producían después de que los alcaldes de la comarca hubieran celebrado su habitual reunión semanal con los rectores del departamento de salud de la Marina Alta, quienes les acababan de hacer una advertencia muy seria: el disparo de contagios está aumentando de forma peligrosa la presión sobre el Hospital de Dénia, con lo que «recomendaban» cancelar actos. Papá Noel tendrá que esperar a 2021.

En cambio, otros ayuntamientos de la provincia han decidido esperar. Por ejemplo, Alicante, donde el sábado el gobierno local celebró una reunión presidida por el alcalde, el popular Luis Barcala, para abordar posibles cancelaciones después de las nuevas restricciones anunciadas por la Generalitat y que entrarán hoy en vigor. Pero tal alternativa quedó descartada: Alicante conserva su calendario de eventos y de hecho esa misma tarde de sábado abría sus puertas la feria de Navidad. Eso sí, el gabinete de Barcala decidió reforzar todos los sistemas de control policial para evitar aglomeraciones, incluidas las zonas comerciales; y no descartó suspender finalmente actividades si la coyuntura de la pandemia sigue empeorando.

El gran debate estriba en saber hasta dónde debe empeorar. Ese mismo sábado también, Sanidad detectaba un alud de rebrotes de covid en la capital que se saldaba con 47 contagios de una tacada; la incidencia acumulada de Alicante es de 220,3 casos por cien mil habitantes, también de riesgo alto: es más baja que la de Xàbia pero curiosamente más elevada que las de Dénia o Calp donde en cambio se le ha echado el cerrojo a casi todo.

Alicante y los municipios de la Marina Alta son los dos extremos. Entre ambas geografías, el resto de la provincia ha optado por soluciones intermedias. La otra comarca donde el aumento de casos ya se ha traducido de forma clara en la suspensión de actos navideños es la Marina Baixa, donde se han registrado en las últimas semanas brotes importantes en Callosa d’en Sarrià o Sella, cuya situación se percibe muy cercana en los municipios vecinos. Así, no sorprende que en Benidorm, la Vila Joiosa y Altea se hayan suspendido varios conciertos que diferentes bandas de música de estas tres localidades tenían previsto realizar este fin de semana. El motivo no es otro que el empeoramiento de la situación en la comarca, tal y como han indicado los propios consistorios a través de las redes sociales. No obstante, se mantienen por ahora el resto de actos previstos en estos municipios.

Elche ya tomó medidas antes de que la Generalitat anunciara las nuevas restricciones como anular la celebración de la Venida de la Virgen y la carrera de Cantó, lo mismo que la feria de Navidad -a diferencia de Alicante-; mientras, el belén municipal se ha trasladado a un espacio más amplio como l’Hort de Xocolater. Además, el gobierno local decidió cerrar la Plaça de Baix a las 20.30 horas en Nochevieja para evitar posibles fiestas y aglomeraciones. Pero en principio se mantendrán otros actos como las cohetás.

En el Baix Vinalopó la programación navideña se mantiene con las limitaciones que ya se habían acordado antes del último disparo de contagios. Las visitas a Papá Noel y Reyes serán de forma estática con limitaciones de aforo, y en algunos casos bajo cita previa. Santa Pola ha reducido al mínimo las actividades y hoy estudiará qué medidas toman de cara a Nochevieja porque es probable que no realicen ningún acto.

Y Crevillent ya descarta cualquier acontecimiento para la entrada de Año Nuevo y ha aplazado musicales y teatros para niños. Las actividades de Papá Noel y Reyes Magos serán estáticas aquí también.

En la Vega Baja, Orihuela mantiene el teatro y conciertos infantiles. De momento, se podrán entregar las cartas a los Reyes Magos con cita previa. De igual forma, Torrevieja preserva su agenda, pero ha adaptado actuaciones para niños como el árbol y el castillo encantado.

Alcoy mantiene las representaciones previstas para el belén de Tirisiti , mientras aún está por determinar la forma en la que se realizará la emblemática Cabalgata de Reyes. En Ibi, por su parte, ya se cancelaron las Festes d’Hivern.

En Elda, las precauciones han pasado por la realización de conciertos a puerta cerrada, es decir, sin público, y retransmitidos en directo a través de las redes sociales. En otras poblaciones del Alto y Medio Vinalopó tampoco se han producido hasta la fecha cancelaciones a pesar del alto impacto del covid en este territorio.

Tampoco se ha tomado por ahora ninguna medida de este tipo en l’Alacantí, pese a que la incidencia del virus también se ha incrementado de manera significativa en esta comarca en los últimos día. Así, por ejemplo, los niños de Mutxamel y El Campello han podido ver la casa y la aldea, respectivamente, que Papá Noel ha instalado en estas localidades, aunque con grandes restricciones de aforo y reserva previa. En todos los casos, eso sí, se hace hincapié en el llamamiento a la responsabilidad colectiva.