La Diócesis de Orihuela-Alicante ha despedido hoy a su obispo emérito, Rafael Palmero, en una ceremonia en la Concatedral de San Nicolás. La misa exequial ha estado presidida por el obispo diocesano, monseñor Jesús Murgui, y concelebrada por varios obispos, entre ellos el cardenal arzobispo de Valencia y el Arzobispo de Toledo, y numerosos sacerdotes representantes del presbiterio diocesano. Se ha contado con la presencia de los seminaristas del Seminario Mayor y también con una representación del diaconado permanente.

Durante la homilía, Monseñor Murgui ha expresado su cercanía y cariño a la familia de Rafael Palmero y cuantos se han sentido afectados por su fallecimiento, tanto de la Diócesis de Orihuela-Alicante como de otras donde también ejerció su ministerio, especialmente en Astorga, Toledo y Palencia. Aseguró que el obispo emérito “ha sido y seguirá siendo parte, verdaderamente entrañable, de nuestra historia como familia diocesana, de la que ha sido Padre y pastor, y como tal, ha sido acompañado y cuidado en su Casa Sacerdotal, asistido especialmente, en estos últimos meses, por la oración y el afecto de cuantos hemos estado conocedores de su última enfermedad”.

Asimismo, el prelado ha considerado su itinerario ministerial como un “luminoso ejemplo” y un referente “de Buen Pastor” para la Iglesia Diocesana. Recordó sus inicios, cuando fue llamado por el Señor al sacerdocio, y repasó su trayectoria hasta que ejerció su ministerio en la Diócesis de Orihuela-Alicante, incluidos los momentos más significativos de su pontificado. Monseñor Murgui finalizó su homilía resaltando los sentimientos y actitudes con los que el obispo emérito asumió y vivió su ministerio “a la luz de su referente, San Agustín”, entendiendo la vida “como ofrenda, como eucaristía” e hizo referencia a la profunda devoción que profesaba a la Virgen María y a San José.

Tras finalizar la misa exequial, el féretro con los restos mortales del obispo emérito fue portado a hombros por el templo entre aplausos de los asistentes. La emotiva ceremonia concluyó con la sepultura de sus restos mortales en la Capilla de la Comunión de la Concatedral.

Representación institucional

A la misa corpore insepulto y posterior entierro, han asistido, además de los familiares de monseñor Palmero, representantes institucionales, entre ellos los alcaldes de Orihuela y Alicante. Asimismo estuvieron presentes otras autoridades, entre ellos los alcaldes de Alicante y Orihuela, miembros del Seminario Diocesano de Orihuela y de la Vida Consagrada, así como de asociaciones y entidades de fieles.

El obispo emérito Victorio Oliver no pudo estar presente en estos actos como hubiera sido su voluntad debido a su avanzada edad y su estado de salud, informa el Obispado. El próximo sábado, día 13, a las 10 horas, se celebrará una misa por monseñor Palmero en la Catedral de Orihuela. Estará presidida por el obispo diocesano, Jesús Murgui.

Rafael Palmero nació el 27 de julio de 1936 en Morales de Rey, provincia de Zamora. El 9 de enero el Papa le nombró obispo de Palencia, donde llevó a cabo proyectos como la Casa de la Iglesia o el acondicionamiento del Museo Diocesano. El 26 de noviembre de 2005 fue designado obispo de Orihuela-Alicante por el papa Benedicto XVI, tomando posesión en enero de 2006.

Palmero se quedó a vivir en la Casa Sacerdotal de Alicante una vez que dejó de ostentar el alto cargo eclesiástico por motivos de edad, y en esta sede falleció en la madrugada del lunes. A finales de enero se contagió de covid-19 y estuvo hospitalizado pero su fallecimiento se ha debido a un cáncer muy agresivo.