En la gala de entrega de los «Importantes» a los héroes de la pandemia se habló de la memoria, de la verdad como puntal de la democracia, del periodismo de proximidad y de las «sociedades que no olvidan a aquellos que han estado en las horas más difíciles». Pero, sobre todo, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, hizo por poner el acento en aquellas personas que se situaron en primera línea para combatir la crisis, a los que agradeció su «patriotismo cívico», ese «compromiso» de «darlo todo sin esperar nada». El jefe del Consell se refería, así, a los premiados por INFORMACIÓN, que representaban a sectores de diferentes ámbitos que han hecho frente al covid exponiendo la vida.

La intervención de Puig (que puedes leer aquí) arrancó con una mirada al calendario. Este martes era 25 de mayo, un día triste en la historia de Alicante porque se conmemora el trágico bombardeo sobre el Mercado Central de 1938, que acabó con la vida de 313 personas. Un ataque «incomprensible, indiscriminado e inhumano», el más destructivo de toda la Guerra Civil. Puig, acercando ese recuerdo al presente, se refirió a los «discursos del odio» que proliferan en estas fechas en alusión a la extrema derecha, y a la sofisticación de la mentira en la que se basan. Al respecto, el jefe del Consell puso en valor la importancia de los medios de comunicación que se enfrentan al «renovado desafío de la defensa de la verdad». Para Puig, el periodismo «riguroso, serio y veraz ya no es solo un contrapoder necesario», como se ha defendido en las últimas décadas, sino que ahora, en este nuevo contexto político, «se ha convertido en un contrafuerte que apuntala la democracia ante la tempestad de la desinformación». Un periodismo, prosiguió, que lucha contra los bulos, que desnuda las medias verdades y que se basa en el rigor de los datos.

Puig también acercó el foco al hablar del periodismo de proximidad como un valor añadido para la sociedad. En este punto de su intervención, el jefe del Consell se detuvo en el centralismo «corrosivo», con la mirada enfocada en Madrid y en Cataluña. Y ahí también puso el acento en la importancia de los medios para combatir ese discurso falto de empatía: «Prensa Ibérica [grupo editor de INFORMACIÓN], con sus cabeceras regionales, hace más por la España real que cualquier bandera por grande que sea. Favorece el entendimiento mutuo y construye puentes entre territorios».

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Puig, en sus palabras, no eludió los asuntos más actuales: desde la continua batalla contra la pandemia (con un agradecimiento público por las buenas cifras epidemiológicas), a la lucha por el agua. Dijo, de nuevo, que el trasvase del Tajo es «irrenunciable». También insistió en la necesidad de «garantizar agua para siempre». Y se apartó de los «enfrentamientos», de la guerra política del agua, con un mensaje diáfano: «Quien quiera mezclar el agua y la tierra, sólo sacará barro. Primero se ensuciará y luego se hundirá».

Dentro de los retos del Consell, Puig también abogó por el compromiso de ayudar a los sectores más perjudicados por la pandemia, como el turístico. Y, por último, destacó el desafío de convertir el puerto de Alicante, aquel que fue símbolo de dolor para tantas generaciones, en un espacio para la memoria y el futuro innovador. Y también para albergar congresos, en un guiño público de Puig a favor del proyecto del un futuro centro en el puerto.

Así ha sido la gala de los «Importantes»