«Qué duda cabe que el sector turístico se ha volcado con la sociedad alicantina durante la crisis del coronavirus, y desde el primer momento puso a disposición hoteles en distintas poblaciones. Se ha portado como debía», pese a ser uno de los más perjudicados por la pandemia, afirma Jorge Correas, director del Complejo San Juan, alojamiento pionero en la provincia al preparar en tiempo récord dos edificios con 230 habitaciones para afectados por el coronavirus y trabajadores de los hospitales en momentos en que la sanidad estaba desbordada por la situación.

A este modelo se sumaron otros 13 establecimientos vacacionales de la provincia, de ellos de ellos nueve en Benidorm y uno más en Alicante, Elche, Torrevieja y Orihuela, que optaron por responder al llamamiento de sanidad cuando la falta de turistas les obligó a cerrar sus puertas, con cero ingresos.

El hotel complejo San Juan, más conocido como la residencia de médicos, ubicado a tres minutos del Hospital de Sant Joan, abrió el camino preparando de la noche a la mañana 150 habitaciones en uno de sus edificios a disposición de los enfermos, y 80 más en otro para trabajadores de la salud. «Es un orgullo y una satisfacción haber contribuido a la sociedad en lo peor de la pandemia y que se reconozca nuestra labor. Nosotros somos uno más del sector turístico. Por suerte nos ha tocado el galardón de INFORMACIÓN porque fuimos los primeros en transformar las instalaciones», apunta Correas. El empresario recuerda que les llamó Sanidad para ceder el establecimiento y reconvertirlo en hospital, «y así fue. En dos días tuvimos que desmantelarlo y transformarlo. Fue un esfuerzo importante en momentos de mucha incertidumbre. Había también mucho miedo al covid pero el equipo lo dio todo, y en dos días nos pusimos en marcha». Este complejo hotelero tiene 65.000 metros cuadrados, es privado y su clientela pertenece a Previsión Sanitaria Nacional, mutua de seguros que nació para los Colegios de Médicos de toda España y que en 1985 se amplió a cualquier entidad colegial y a un amplio registro de profesionales universitarios que pueden pasar sus vacaciones en el complejo, aunque son los profesionales sanitarios los que copan su clientela, desde médicos a farmacéuticos, psicólogos, podólogos, odontólogos y veterinarios, entre otros.

Empresas

Tras su papel al servicio de la sanidad en la primera ola, el establecimiento reabrió en verano pero posteriormente ha estado cerrado ocho meses durante la segunda y la tercera olas del virus, y este fin de semana ha reabierto sus puertas, «con muchas ganas de volver a la normalidad». «No somos un establecimiento abierto al público en general porque pertenecemos a una mutua de seguros del sector privado, pero al igual que el resto del sector turístico lo hemos pasado muy mal. 2020 fue desastroso en resultados económicos, con muchas pérdidas y este año seguramente también lo será. Igual que todos, sobrevivimos aguantando mucho y sufriendo esta situación, aunque parece que vamos a empezar a ver la luz este verano. Ojalá el turismo se reactive a nivel internacional, puedan ven turistas extranjeros y podamos retomar la actividad porque hay muchas familias y muchas empresas que dependemos de l turista».

Aunque al ser un recinto turístico privado no han recibido ayudas, Correas considera que las otorgadas al sector en general son insuficientes. «Se debería ahondar más y hacer un plan que permita una recuperación importante del sector, que se ha quedado muy tocado». En este sentido, considera que hay que ahondar en el tema de los ERTE y en los planes del Gobierno para prever situaciones similares «que no descartamos que se vuelvan a producir en un futuro próximo», en caso de que se reproduzca la enfermedad.

También es reseñable entre los sectores turísticos la voluntad de la hostelería durante la pandemia. Un buen número de restaurantes alicantinos, pese a tener sus negocios cerrados, arrimaron el hombro y cocinaron menús en sus locales para los más necesitados todos los días del confinamiento.