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Los hospitales de la provincia de Alicante amplían las consultas de neumología para atender en los próximos años las secuelas del covid

La fibrosis es el daño más importante que provoca el virus y que puede desencadenar un trasplante de pulmón - En el Hospital Doctor Balmis han sufrido lesiones el 8% de quienes estuvieron ingresados por coronavirus

En la consulta de Neumología se hacen distintas pruebas a los enfermos. HÉCTOR FUENTES

Casi medio millón de personas en la provincia de Alicante han pasado el covid en estos más de dos años de pandemia. Aunque una buena parte de estos pacientes se recuperarán sin mayores dificultades, hay un porcentaje de enfermos en los que el virus deja importantes secuelas pulmonares que en algunos casos se quedarán de por vida. Problemas respiratorios, como la fibrosis pulmonar, que están obligando a los servicios de Neumología de la provincia a abrir consultas nuevas para atender a estos enfermos durante años.

Así lo han hecho centros sanitarios como el Hospital General de Elche o el de Sant Joan. También es el caso del Hospital Doctor Balmis de Alicante, el mayor de la provincia de Alicante, donde ya funcionan dos consultas semanales, por las que han pasado 225 enfermos, que representan el 8% de las personas que han estado ingresadas por covid en este centro sanitario.

Joan Gil, jefe de Neumología en el centro sanitario, distingue estas secuelas provocadas por el virus del denominado covid persistente, que se estima afecta al 10% de los enfermos de coronavirus y que también ha obligado en los últimos meses a que los hospitales pongan en marcha nuevas consultas para atenderlo. “El covid persistente se produce cuando los síntomas continúan a los meses de haber pasado la enfermedad, pero no hay un órgano dañado”. En el caso de las secuelas, y en concreto las respiratorias, el virus ha provocado daños en los pulmones de los pacientes que en muchos casos les impiden llevar una vida normal.

A la consulta del Hospital Doctor Balmis se dirigen "aquellos pacientes que presentan infiltrados o “sombras” persistentes. Mientras que en algunos pacientes las sombras llegan a desaparecer, a partir de los seis meses las alteraciones parecen quedar establecidas y ya no mejoran", explica Gil. Además de estos infiltrados, la secuela más grave que llegan a sufrir los pacientes de coronavirus es la fibrosis pulmonar, que provoca que los pulmones cicatricen y se vuelven rígidos. En los casos más extremos las personas que desarrollan esta enfermedad necesitan de un trasplante de pulmón.

Neumólogos del Hospital General observan una prueba de los pulmones de un paciente hector fuentes

A la consulta de este centro sanitario acuden los pacientes cada tres o seis meses para que los neumólogos le hagan una batería de pruebas para comprobar el estado de sus pulmones. “Les hacemos un TAC de alta resolución y una exploración funcional completa con la que se valora la capacidad pulmonar de los enfermos”, explica Irene Rodríguez Galán, una de las dos neumólogas que lleva esta consulta. Una espirometría, una prueba de esfuerzo y una prueba de marcha, en la que el paciente camina durante 6 minutos, miden el esfuerzo diario y el esfuerzo máximo que pueden realizar “y el acoplamiento entre el sistema cardiaco y respiratorio”.

Los tratamientos en estos casos “pasan por la rehabilitación respiratoria y por el abordaje de las complicaciones derivadas de la fibrosis, como son las infecciones respiratorias”, comenta Paloma Ruiz Torregrosa, neumóloga responsable también de la consulta. Sólo para los casos más graves de fibrosis existe medicación específica para tratarla. La consulta trabaja en colaboración con otros servicios del hospital, como Radiología y Rehabilitación y con la implicación del servicio de Enfermería del centro sanitario.

Cómo evolucionarán estos enfermos a lo largo de los años es aún una incógnita para los especialistas, que sí saben que este es un problema que ha llegado para quedarse a largo plazo. “El covid es una enfermedad nueva y las fibrosis que genera no se tienen que comportar igual que otras ya conocidas. Es algo que veremos a lo largo de los próximos años”, explica Raquel García Sevila, responsable de la consulta de enfermedades pulmonares fibrosantes del servicio de Neumología del Hospital Doctor Balmis. Precisamente la doctora García Sevila está liderando una investigación encaminada a identificar los factores predisponentes para el desarrollo de la fibrosis tras el covid. Entre otros elementos que pueden hacer que un paciente tenga más “facilidad” para sufrir esta secuela, los investigadores buscan características genéticas o determinados rasgos individuales que se han descrito como desencadenantes de una infección más grave.

Los especialistas desconocen la evolución que va a tener la fibrosis provocada por el Sars-CoV-2

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Con todo, cuando la pandemia estalló, los especialistas temieron que el panorama en cuanto a las lesiones provocadas por la enfermedad fuera mucho más catastrófico. “Teníamos dos episodios previos de infección epidémica por coronavirus en 2003 y 2008”, recuerda Joan Gil. El primero de ellos, el SARS en Asia y en una veintena de países de otros continentes, “provocó secuelas pulmonares en un tercio de los enfermos”. El segundo brote, conocido como MERS, en Oriente Próximo parecía dejar un porcentaje mayor de secuelas en los pulmones de los enfermos. “Estos antecedentes nos hicieron pensar que la fibrosis pulmonar tras la infección podía afectar a un gran número de pacientes y que era preciso poner en marcha un dispositivo para controlar la evolución de los pacientes tras el alta”, explica Joan Gil. Con el paso del tiempo se ha visto que las lesiones provocadas por el covid no han sido tan frecuentes y que quizás aquellos estudios estaban sesgados o se sobredimensionaron.

Con este antecedente se creó por parte del denominado grupo covid -formado por Neumología, Unidad de Enfermedades Infecciosas y Medicina Interna, entre otros servicios- una consulta que revisó a todos los pacientes de la primera oleada a las ocho semanas de haber recibido el alta y que buscaba secuelas de la infección, tanto respiratorias como neurológicas, vasculares o musculares, entre otras. "En esta consulta aprendimos que en aquellos pacientes donde la radiografía salía limpia no había secuelas pulmonares, aunque luego hiciéramos pruebas más complejas, como un TAC", afirma el jefe de Neumología del Hospital Doctor Balmis. También descubrieron que síntomas como la astenia, la intolerancia al esfuerzo o la dificultad respiratoria "estaban presentes en la mitad de los pacientes a las ocho semanas, aunque no encontráramos órganos dañados". Aunque la mayoría de estos enfermos mejoraron con el tiempo, "un número significativo de ellos presentaban síntomas persistentes y conforman lo que hoy llamamos covid persistente".

“Tengo 47 años y el covid me ha dejado los dos pulmones destrozados”

José Raúl Gómez tiene 47 años y el coronavirus ha detenido su vida al provocarle una grave fibrosis pulmonar, que le impide trabajar y realizar con normalidad acciones de su vida cotidiana, como pasear. Contrajo el covid en enero del año pasado, pero en su caso no hubo los clásicos síntomas previos, como la pérdida del olfato o la fiebre. "Directamente noté que me quedaba sin aire en el trabajo y por la tarde fui a hacerme la prueba a un cetro privado. Salió positiva y de allí me fui directo al hospital porque me ahogaba".

José Raúl estuvo ingresado en el Hospital Doctor Balmis 20 días, en los que no fue necesario trasladarle a la Unidad de Cuidados Intensivos ni intubarle. Únicamente necesitó oxígeno. Pese a que no pasó esta enfermedad de una manera grave las secuelas que ha dejado el virus en su cuerpo son muy importantes. "Se me corta la respiración y debo llevar una máquina de oxígeno porque enseguida me baja la saturación". Desde que contrajo el virus no ha podido volver a su trabajo como conductor de autobús y cualquier esfuerzo por mínimo que sea, como caminar y hablar al mismo tiempo, le agota. Su situación empeoró en noviembre, cuando contrajo una neumonía que le llevó 15 días de nuevo al hospital.

José Raúl Gómez sufre una fibrosis grave a consecuencia del virus RAFA ARJONES

Él es uno de los pacientes en seguimiento por el servicio de Neumología del Hospital Doctor Balmis por las graves secuelas que le ha dejado el virus. También acude tres veces por semana al servicio de Rehabilitación y a la Unidad de Fisioterapia del hospital, que colaboran con el servicio de Neumología en la rehabilitación respiratoria y recuperación funcional de los pacientes. Pero este paciente, colombiano de origen y que lleva más de 16 años en Alicante, pone todo su empeño en intentar recuperarse. "Camino todos los días 5 kilómetros acompañado con la máquina de oxígeno y por mi cuenta también voy al gimnasio para ver si los pulmones se abren un poco”. El próximo mes de mayo, José Raúl Gómez será visto en el Hospital La Fe para valorar si se le hace un trasplante de pulmón, algo que confía no ocurra. "Tengo la autoestima muy alta gracias a mi familia. Creo en Dios y confío en que haga un milagro, por eso me esfuerzo todos los días".

José Raúl aún no entiende cómo pudo contraer el virus "porque tomaba todas las precauciones" ni cómo pudo causar tantos estragos en su cuerpo. "Siempre he llevado una vida normal. Nunca he fumado y rara vez he enfermado".

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