Panecillos de Santa Faz, rosquillas de huevo, vino y de anís, enrejados, cariñitos, doraditas de almendra y coco son algunos de los dulces artesanos que este año han puesto a la venta las Monjas Canónigas Regulares Lateranenses de San Agustín y Santa Faz, quienes se encargan de la protección de la Reliquia desde el verano de 2019.
Esta Peregrina será la primera para las religiosas que viven intramuros, que también hacen mermeladas con recetas tradicionales, pastas, bizcochos, magdalenas y salados, que se ofrecen estos días a los fieles y romeros como una forma de contribuir a mantener la comunidad, formada por once religiosas. Todo preparado en el obrador del convento con frutas y verduras del huerto.
Estos dulces se pueden adquirir en la tienda del monasterio que atienden habitualmente las hermanas aunque estos días en que han comenzado las visitas escolares masivas y la llegada de los primeros peregrinos cuentan con la ayuda de voluntarios como los cofrades de la Verónica de Alicante, fieles de la parroquia de San Juan y de la Cofradía del Cristo del divino Amor y Virgen de la Soledad, que es la que tiene su sede en el Convento de las Monjas de la Sangre donde antes estaba la comunidad.
También cuentan con colaboradores del centro de atención para las personas sin hogar San Agustín, abierto en el monasterio de la Preciosísima Sangre. Después de una primera reunión, se estableció el 17 de marzo, fecha en que se conmemora el Milagro de la Lágrima, como día del voluntariado. Esta colaboración se ha iniciado este año con la bendición de los petos que llevan como distintivo estos días en torno a la Peregrina.
Este miércoles, en la primera jornada de la Peregrina Escolar, los niños han comprado obsequios para sus familias en la tienda del convento, optando la mayoría por recuerdos económicos como pulseritas de tela aunque algunos, con su dinero, se han llevado rosarios para sus abuelas. Otro regalo que tiene mucho éxito son las alpargatas del caminante para colgar en el coche. En un cartel en la tienda se presentan con el mensaje "La Faz de Jesús peregrina conmigo", elaboradas, señalan, con tela pasada por la Santa Faz.
También se ofrecen detalles hechos por las monjas a cambio de un donativo de cinco euros, como son unas imágenes de tela de las propias religiosas; adornos de cerámica para el frigorífico, botellitas de la Santa Faz, medallones y cajitas con la imagen de la Verónica, bolígrafos, y variedad de medallitas y pulseras.
Dulces y mermeladas naturales
Las Agustinas de Santa Faz atienden desde hace meses el obrador que se instaló en el convento y que ya está en funcionamiento, aunque van poco a poco.
Empezaron con la elaboración de mermeladas, del propio huerto, con recetas tradicionales transmitidas por las hermanas mayores y otras que han ido trabajando, cien por cien naturales.
“Es un proceso muy laborioso, por poner un ejemplo el dulce de limón que envasamos en gajos o triturado sigue un proceso de elaboración de unos 10 días. Nuestro trabajo forma parte de nuestra vida de oración y entrega por los demás, por eso nunca mejor dicho que está hecho con amor, y es una forma de colaborar con la providencia de Dios en la que plenamente confiamos para cubrir las necesidades de la comunidad”, señaló días atrás a este diario Sor Irene Estadella, vicaria de la comunidad de canónigas de San Agustín,
"Es un proceso muy laborioso, por poner un ejemplo el dulce de limón que envasamos en gajos o triturado sigue un proceso de elaboración de unos 10 días"
Afirman las hermanas que también elaboran pastas, “algunas muy nuestras”, bizcochos, magdalenas y salados tradicionales. “La producción no puede ser muy grande porque es muy artesanal y porque nuestra dedicación primera es nuestra misión orante”, que en las fechas de la Peregrina ya está aún más presente.