La Peregrina de 2022 se acerca y con ello los preparativos también en el monasterio de Santa Faz, donde las monjas Agustinas vivirán su primera romería desde que custodian la Reliquia dado que las previstas para estos dos años anteriores fueran canceladas por la pandemia, por lo que, aunque la misa oficial se mantuvo, no pudieron recibir a los miles de romeros.
Las hermanas se trasladaron en julio de 2019 después de que la Iglesia pusiera fin a cinco siglos de protección del sagrado lienzo por las Clarisas. Intramuros realizan sus oraciones y completan su jornada monástica de trabajo con el cultivo del huerto y con la elaboración en el obrador que instalaron en el convento de mermeladas con recetas tradicionales, pastas, bizcochos, magdalenas y salados, que se pondrán a la venta coincidiendo con la romería como una forma de contribuir a mantener la comunidad, formada por once hermanas.
Las religiosas viven también preocupadas por la guerra en Ucrania “y por tantos lugares en el mundo que sufren la guerra y la violencia. Desde que comenzó el conflicto no dejamos de orar con intensidad y constantemente. Ese día (Santa Faz) nos uniremos a la oración de todos. En la misa Jesús nos ofrece su paz, es la oración suprema, Él se entrega y nos reconcilia con Dios y entre nosotros. Ese regalo de Dios espera ser acogido, rezamos para que muchos se abran a Él”.
"No dejamos de orar con intensidad y constantemente por tantos lugares en el mundo que sufren la guerra y la violencia. Ese día (Santa Faz) nos uniremos a la oración de todos"
Sor Irene Estadella, vicaria de la comunidad de canónigas de San Agustín, explica que están viviendo jornadas muy intensas de preparativos de una Peregrina, la del próximo 28 de abril, en la que su principal quehacer será la oración, el acompañamiento a peregrinos y atender al numeroso voluntariado pues cuenta con la ayuda de los cofrades de la Verónica de Alicante, algunos de la parroquia de San Juan, “que tienen experiencia de años”, y de la Cofradía del Cristo del divino Amor y Virgen de la Soledad, que es la que tiene su sede en el Convento de las Monjas de la Sangre donde antes estaba la comunidad.
También con el voluntariado del centro de atención para las personas sin hogar San Agustín, “abierto en nuestro monasterio de la Preciosísima Sangre. Tuvimos una primera reunión y después de Semana Santa nos iremos organizando. Hemos establecido como día del voluntariado el 17 de marzo”, fecha en que se conmemora el Milagro de la Lágrima. Esta colaboración se ha iniciado este año con la bendición de los petos que llevarán como distintivo los días en torno a la Peregrina. “Estamos ahora centradas en la Semana Santa, como "nuevas" en esta Peregrina tenemos que aprender”, indica.
“La verdad que son jornadas más intensas, pero todos los días del año aquí se prepara la Peregrina. Toda esa gente que vendrá a la Santa Faz el 28 de abril no es para nosotras una masa impersonal, son personas con su historia, sus esperanzas, sus necesidades, corazones que buscan la felicidad y que van a encontrarse con quien puede saciar esos corazones y esa sed”, señala.
"Toda esa gente que vendrá a la Santa Faz el 28 de abril no es para nosotras una masa impersonal, son personas con su historia, sus esperanzas, sus necesidades, corazones que buscan la felicidad"
Explica sor Irene que “la Peregrina empieza aquí. Es el Rostro de Jesús quien nos atrae, sigue atrayendo la mirada y los pasos de nuestra gente desde hace cinco siglos. Vemos en Él un Rostro que ama, que convoca y une a todo un pueblo bajo una misma mirada, que consuela y salva. Nuestra misión es acoger y hacer nuestras las necesidades de cada peregrino y desde nuestro corazón de esposa presentarlas ante Su Rostro confiadas en su misericordia”.
La religiosa afirma que en esta primera Peregrina intramuros como custodias de la Santa Faz se dejan guiar. “Nuestro quehacer esos días será principalmente la oración, acompañando a la de los peregrinos y atender al numeroso voluntariado, al que estamos muy agradecidas y que nos apoya en todo momento. Ahora nos centramos en el Semana Santa para vivirla con intensidad, pues es el encuentro con la Misericordia de Dios que se entrega por nosotros para sacarnos de nuestras miserias y con Cristo resucitado, que vive y da plenitud a nuestra vida. Esta será la mejor preparación para vivir la Peregrina”.
Dulces y mermeladas naturales
En cuanto a la jornada monástica de trabajo, las Agustinas de Santa Faz atienden desde hace meses el obrador que se instaló en el convento y que ya está en funcionamiento, aunque van poco a poco. “Durante el año se vende poco. También nos hacen algún encargo”, apunta sor Irene.
Empezaron con la elaboración de mermeladas, del propio huerto, con recetas tradicionales transmitidas por las hermanas mayores y otras que han ido trabajando, cien por cien naturales.
“Es un proceso muy laborioso, por poner un ejemplo el dulce de limón que envasamos en gajos o triturado sigue un proceso de elaboración de unos 10 días. Nuestro trabajo forma parte de nuestra vida de oración y entrega por los demás, por eso nunca mejor dicho que está hecho con amor, y es una forma de colaborar con la providencia de Dios en la que plenamente confiamos para cubrir las necesidades de la comunidad”.
"Es un proceso muy laborioso, por poner un ejemplo el dulce de limón que envasamos en gajos o triturado sigue un proceso de elaboración de unos 10 días"
También elaboran pastas, “algunas muy nuestras”, bizcochos, magdalenas y salados tradicionales. “La producción no puede ser muy grande porque es muy artesanal y porque nuestra dedicación primera es nuestra misión orante”, que en las fechas de la Peregrina estará aún más presente.
