"Estoy vendiendo estos días casi tantos test de antígenos como las pasadas navidades". Esta frase de una farmacéutica de la provincia de Alicante refleja cómo el fin de las mascarillas en interiores y el mayor contacto social fruto de la Semana Santa está provocando un aumento de casos de coronavirus que, unido a las vacaciones del personal sanitario, ha disparado las demoras en los centros de salud. Según ha podido comprobar este periódico, hay médicos de familia que no tienen citas disponibles hasta dentro de una semana o de quince días en los casos más extremos.
"Hay muchísimo trabajo estos días, muchísimos pacientes con problemas respiratorios de vías altas. Aunque ya no se hacen pruebas de manera generalizada, sospechamos casi con toda seguridad que es covid, porque no es habitual ver cuadros de fiebre a estas alturas del año, en la que tendríamos que estar viendo alergias", sostiene un médico de familia.
Desde hace un mes Sanidad ya no hace pruebas de coronavirus a los pacientes con síntomas, salvo si se trata de mujeres embarazadas, enfermos inmunodeprimidos y personas mayores de 60 años. Por eso los médicos se tienen que guiar por los síntomas para establecer un diagnóstico. "Sólo en la mañana de hoy habré firmado como cinco partes de baja. No hacemos pruebas, pero casi con total seguridad que son casos de covid, afortunadamente todos leves y en personas jóvenes que han venido a la consulta a recoger la baja. Les indicamos que tengan mucha precaución y que usen la mascarilla, sobre todo si se van a juntar con personas vulnerables"”, señala otro médico de Atención Primaria.
Este aumento de casos está provocando además que haya un retraso de hasta tres días en la ciudad de Alicante para pedir una prueba PCR, según han confirmado desde varios centros de salud consultados. También hay pacientes que están pasando el covid en sus domicilios y que, pese a que contactan con su centro de salud, tardan días en recibir la llamada del médico.
Con este aluvión de pacientes, los profesionales de Atención Primaria se quejan de que vuelven a ver sus agendas colapsadas, con una media de 40 y 50 pacientes cada jornada, y muchos de ellos acuden sin cita al centro de salud. "Esto merma la calidad de la asistencia que recibe el enfermo, porque no llegamos a todo. Las revisiones de medicación se hacen deprisa y corriendo y así con todo", lamenta uno de los profesionales consultados.
Según la última actualización del Ministerio de Sanidad de este martes, la incidencia acumulada de coronavirus en mayores de 60 años es de 684 casos por 100.000 habitantes en la Comunidad Valenciana, casi cien puntos más que el informe del viernes. En los últimos días se han notificado además 6.049 nuevos casos, la tercera cifra más alta en toda España, sólo por detrás de Galicia y Andalucía. En cuanto a las hospitalizaciones, estas han aumentado en los últimos días y en la provincia de Alicante hay ingresados 185 enfermos.
En el conjunto de la Comunidad Valenciana, el 5% de las camas hospitalarias y el 4% de las UCI están actualmente ocupadas por pacientes de covid, lo que hace que la situación aún esté controlada, como señaló este miércoles la consellera de Sanidad, Ana Barceló, durante un acto en Alicante. "El indicador que nos importa ahora es el de hospitalización y ocupación de UCI, más que el número de casos, y en estos momentos no hay preocupación", ha señalado Barceló. La consellera espera que en las próximas semanas se estabilice el número de contagios "porque los índices de vacunación en la Comunidad Valenciana son muy elevados y en todos los grupos de población las cifras están por encima de la media. Esto tiene que ir frenando la transmisión".
"Volvemos a las agendas de 40 y 50 pacientes cada jornada y la mayoría son por coronavirus", señala un médico de familia
El algunos centros de salud la carga de trabajo se ha visto además acrecentada por el hecho de que los contratos covid han cesado y, o bien no se han incorporado los médicos y enfermeros del refuerzo estructural, o sencillamente nadie les va a reemplazar. Es lo que ha ocurrido en tres centros de salud del departamento del Hospital Doctor Balmis, concretamente en San Gabriel, Los Ángeles y en el centro de salud de Monforte, según critica el Sindicato Médico, que añade que en estas instalaciones la carga de trabajo ha aumentado al haber terminado su trabajo la gente que tenía un contrato de refuerzo covid.
Priorizar a los departamentos con menos recursos
La consellera Ana Barceló asegura que uno de los requisitos que se han tenido en cuenta para la creación de las 5.000 nuevas plazas estructurales ha sido el de corregir las desigualdades que sufrían algunos departamentos sanitarios, que contaban con menos profesionales de los que les corresponden en función de la población que atienden.
La creación de estas 5.000 nuevas plazas ha generado las críticas y el enfado de sociedades científicas y de colegios profesionales, que esperaban un reparto diferente de los nuevos contratos. También muchos servicios se han visto agraviados por el fin de los contratos covid y su no conversión a plazas estructurales. Es el caso de la UCI, Medicina Interna o Neumología. Según Barceló, que ha participado este miércoles en un acto en Alicante para presentar el nuevo centro de especialidades de la calle Gerona, se ha prescindido de contratos en categorías "que en un futuro no son necesarias". También ha señalado que en el reparto ha pesado la necesidad de nuevos contratos en Atención Primaria, "donde había más saturación", en salud mental, en Urgencias y en Salud Pública.
La consellera ha recordado que en los próximos meses habrá una nueva remesa de contratos, "para lo que estamos en conversación con los departamentos sanitarios, para que nos trasladen cuáles son sus necesidades". Barceló no ha precisado cuántos contratos se harán en esta nueva remesa.
