El aeropuerto de Alicante-Elche ha dejado de someter a controles sanitarios a los viajeros procedentes de la Unión Europea o de países asociados al Tratado Schengen, según recoge el Boletín Oficial del Estado. Se mantienen los controles para viajeros que no procedan de la UE ni de países asociados a Schengen y que incluyen, al menos, la toma de temperatura y un control documental. La Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad ha publicado este jueves una resolución sobre los controles sanitarios a realizar a partir de ahora en los puntos de entrada a España, ya sea por vía aérea o marítima con el fin de contener la propagación de infecciones causadas por el covid.
La medida supone que a partir de este viernes los turistas que llegan a la Costa Blanca desde cualquier estado de la UE o Suiza, mercado emisor importante, ya no tendrán que mostrar el pasaporte covid, lo que se reduce hasta media hora los tiempos de espera para salir de la terminal. Es decir, el 60% del pasaje, ya que el otro 40% son turistas británicos, que tampoco son ya un problema en cuanto a tramitación sanitaria debido a que prácticamente el 100% llegan vacunados y pasan sin problemas y con rapidez gracias a un cógido de barras. Otro tema es el de los trámites con los pasaportes por la falta de efectivos de control de aduanas. Esta semana, por ejemplo, la terminal ha registrado 800 vuelos con el Reino Unido, al coincidir con un periodo de vacaciones escolares y el jubileo de la reina Isabel II.
En virtud de esta resolución, se mantienen los controles para los viajeros que no procedan de la UE ni de países asociados a Schengen y que incluyen, al menos, la toma de temperatura, un control documental y un control visual sobre su estado físico. Sanidad justifica este cambio por la mejora de la situación epidemiológica de la pandemia "que está haciendo que muchos Estados miembros ya no exijan que los viajeros de dentro de la Unión Europea presenten certificados covid ni tampoco impongan otras restricciones".
Además añade que En España debido a las altas tasas de inmunidad frente al covid por encima de la media de la Unión Europea, y la situación favorable del sistema sanitario, "se considera oportuno eliminar también las restricciones de viaje a las personas procedentes de países pertenecientes a la Unión Europea o con la consideración de países asociados Schengen".
Las compañías aéreas tienen programados 12 millones de asientos para la temporada de verano que arrancó el último domingo de marzo y se prolonga hasta finales de octubre, lo que supone un aumento del 2,2% con respecto a la programación final de cierre de temporada de verano de 2019, antes del inicio de la pandemia. No obstante, dado el nivel de recuperación del tráfico aéreo en Europa, Aena no descarta que las cifras puedan ser mayores o, incluso, las compañías incorporten aviones de mayor capacidad para cubrir el aumento de la demanda.
En estos datos no se ha incluido la programación de vuelos con Ucrania y Rusia, cuyo conflicto restará 500.000 turistas. En cuanto a los movimientos programados son 67.000 vuelos, un ligero descenso de tan solo 0,2% con respeto a la temporada de verano de 2019. El crecimiento de las plazas es superior gracias a que los aviones tienen mayor capacidad.
Europa sigue siendo el área con más plazas ofertadas para esta temporada alta con más de10 millones de plazas (2% menos que en 2019). España cuenta con más de 1.690.000 asientos (29% más respecto a 2019) y África registra más de 336.000 plazas ofertadas (14% más que en 2019), al volverse a programar enlaces con varias ciudades de Marruecos como Tetuán, Fez, Casablanca y Marrakech.
Recuperación
Por otro lado, el secretario autonómico de Turisme, Francesc Colomer, subraya que "si no cambia el guion, 2022 será un año de remontada, de recuperación", aunque se muestra prudente y advierte de que "no debemos quedarnos fascinados por la recuperación numérica, debemos contemplar también otras métricas como la capacidad de ser más rentables, porque la inflación afecta a los costes".
Francesc Colomer ha subrayado el esfuerzo y "la generosidad del sector turístico para no repercutir la subida de todos los costes en una subida tremenda de precios". Con respecto a las tendencias ya para el próximo año, ha indicado que "debemos seguir trabajando en diversificar productos, mercados emisores y estrategias para ser resilientes y adaptarnos rápido a los cambios que puedan suceder".
Según datos de Mabrian, empresa líder en inteligencia turística, el turismo vuelve a la normalidad y a niveles prepandémicos. En concreto, se ha analizado la evolución del interés turístico hacia la Comunidad Valenciana, poniendo el foco en Alicante, València y Castellón. Entre los hallazgos, se ha detectado una fuerte demanda de los principales mercados emisores, con niveles de interés por el destino superiores a los de 2019.
Entre estos mercados emisores con creciente interés se encuentra el mercado británico, que se ha reactivado especialmente en las últimas semanas. En cuanto a la capacidad aérea global de los tres aeropuertos de la Comunitat Valenciana, hay que destacar que está al mismo nivel que 2019 para los meses que van de junio a octubre en cuanto a asientos.
La Comunitat está conectada de forma directa con 131 aeropuertos, creciendo fuertemente la oferta en el mercado doméstico, además de mercados como Países Bajos, Bélgica, Noruega y Suiza. Reino Unido sigue siendo el principal mercado emisor, aunque todavía se sitúa por debajo de los valores de 2019 en cuanto a oferta de plazas.
Los datos también muestran que se normaliza la duración de la estancia en el destino, con una media de 6,7 días y se ha detectado un aumento de precios en todas las categorías, tanto en hoteles como en vuelos.
Además, la demanda hotelera tiende a aumentar en los hoteles de 4 estrellas sobre los hoteles de 3 estrellas, y la categoría superior se mantiene estable. Por otra parte, el período de reservas se estabiliza en 68,6 días de media de antelación.
Por último, en las tendencias para el verano de 2022 se ha detectado un aumento de la satisfacción global gracias, principalmente, al aumento de la percepción de seguridad y a la satisfacción con la calidad del alojamiento ofrecido.
Respecto a los intereses entre turistas, se mantiene el interés por el producto cultural y de sol y playa, aunque desciende ligeramente respecto a 2019. Asimismo, el interés gastronómico aumenta y se sitúa en el segundo lugar, superando el interés por el sol y playa. Por otra parte, cabe señalar el aumento por un producto natural y activo.
