La crisis está golpeando con fuerza los bolsillos de la población alicantina. La situación inflacionaria, los sobrecostes energéticos en el mercado europeo provocados por la invasión de Rusia a Ucrania y los efectos económicos que todavía se dejan notar de la pandemia del covid-19 han contribuido a la creación de una atmósfera tensa que no permite avanzar en el plano económico. No obstante, la actual coyuntura ha hecho resurgir otros sectores que siempre han estado ahí, como es el del comercio de segunda mano.

Como consecuencia, el sector de segunda mano ha alterado los hábitos de compra actuales hasta hacer que los artículos de primera mano o sin estrenar, ya no sean la primera opción para muchos alicantinos. El hecho de acudir a una tienda de segunda mano a por ropa, electrodomésticos, aparatos tecnológicos, etc., solía estar ligado a que los consumidores cada vez estaban más concienciados con la sostenibilidad, pero este concepto vez queda más lejos de la realidad.

El propietario del establecimiento Second Hand Alicante, Matías Quintana, asegura que la población, por lo general, se suele mover en tres sectores: electrodomésticos, tecnología y herramientas. Quintana añade que "también están los relojes que la gente suele comprarlos más por capricho, pero los electrodomésticos, los móviles y las herramientas suelen ser por necesidad".

El dependiente de la tienda muestra un rizador de segunda mano a una clienta. HECTOR FUENTES

La inflación, que ha provocado el alza de los precios de los productos más cotidianos ha propiciado que los alicantinos y personas que se han asentado en la ciudad busquen alternativas a la hora de comprar. Es el caso de José Gómez, un barbero de 31 años que asegura acudir de forma asidua a establecimientos de segunda mano para adquirir desde una tostadora a un somier. Gómez llega a afirmar que "no hay comparación con respecto a una tienda de primera mano, el producto que se vende en la de segunda también es de buena calidad".

En lo que respecta a los precios, los artículos se encuentran como mínimo a la mitad de su coste habitual. "A veces incluso lanzamos ofertas del 60 y el 75 por ciento para incentivar la compra", comenta el propietario.

Además, las personas que suelen acudir al establecimiento ubicado en el barrio alicantino de Benalúa, tienen un rango de edad de entre 30 y 70 años, indica Quintana. "Por lo general, el perfil que solemos encontrar es gente trabajadora, obrera… El mileurista también, jóvenes y gente del barrio", expresa.

De esta forma, los productos de segunda mano están sometidos a un control de calidad por parte de la Policía, que también se encarga de verificar si este ha sido sustraído previamente: "Lo primero, probamos el producto, le ponemos un precio y si funciona, lo adquirimos a través del comprador. Una vez realizado este proceso, enviamos el artículo a la Policía, que se encarga de pasar el control de calidad y ver si ha sido robado, ya que eso no lo sabemos a no ser que se nos avise".

Las plataformas digitales de compraventa de artículos de segunda mano como Wallapop y similares castigaron a las tiendas físicas cuando dieron el salto al mercado. Asimismo, el objetivo de estas aplicaciones no es otro que conectar a particulares para que lleguen a un acuerdo por un determinado producto y así materializar el negocio. 

Cliente en la zona de herramientas de segunda mano. HECTOR FUENTES

Matías Quintana explica que "ahora lo que hacemos es aprovecharnos de estas plataformas vendiendo productos de la tienda a través de ellas, en vez de tener una página web usamos este tipo de aplicaciones" y confiesa que "la venta a través de la aplicación equivale al 20% de nuestras transacciones aproximadamente, todavía sigue teniendo mucho peso la venta física”.

Por otro lado, el dueño de la tienda compraventa Zidane, Abdel Zouggari, comenta que "hay mucha gente que viene de vacaciones y, por ejemplo, compra un electrodoméstico de segunda mano y después lo vuelve a vender", aunque reconoce que, por normal general, "esas personas no van a comprar uno nuevo para estar un corto periodo de tiempo".

Un comprador probando las bicicletas de segunda mano. HECTOR FUENTES

Así pues, Zouggari también coincide en que ha habido un aumento de la demanda en su establecimiento: "La gente compra de todo hoy en día, bicicletas, ropa, ordenadores, móviles...".

El comercio de segunda mano se encuentra in crescendo en la capital de la provincia y no precisamente porque la sociedad alicantina haya experimentado un giro de 180º en su relación con el medioambiente. Sino que, la crisis ha demostrado que va para largo y cada vez pica más comprar en los comercios tradicionales.