El grupo Eiffage, que gestionará la futura nave cerrada para el movimiento de graneles del muelle 17 del puerto de Alicante ha dejado sin fecha la puesta en marcha de la planta por los problemas que han surgido durante el periodo de pruebas que arrancó la primavera pasada. Fuentes de la Autoridad Portuaria de Alicante explican que la falta de algún componente tecnológico por los problemas de fabricación y distribución, y la propia complejidad de la infraestructura, que basa su funcionamiento en la inteligencia artificial, han hecho que se extreme el chequeo, ya que a partir de que los gestores comuniquen el arranque, la Autoridad Portuaria retirará la concesión del movimiento de los graneles al aire libre en Alicante.

El Puerto ha movido entre enero y agosto del año un total de 1.096.457 toneladas de graneles sólidos, un 29% más que en el mismo periodo del año anterior. La nave debiera estar operativa desde principios de este año tras cinco de tramitaciones.

Solo se podrán seguir cargando y descargando a cielo abierto aquellos productos inocuos como, por ejemplo, el trigo, pero el resto, 85% de lo que se mueve en Alicante deberá manipularse bajo techo. Desde el Puerto apuntan que la empresa debe ajustar muy bien la operativa porque saben que cualquier fallo posterior no tendrá vuelta atrás, a no ser que solicitaran una nueva concesión. Trámite que en condiciones normales tardaría dos años pero que resulta imposible en Alicante dada la fuerte contestación social y política. El propio presidente de la Generalitat, Ximo Puig, es contrario al movimiento de graneles como el cemento, sosa o clíncker, muy contaminantes. Y, además, muy próximo al muelle 17 se encuentra el muelle 10, donde está previsto el futuro centro de congresos.

La nave cerrada cuenta con una superficie de unos 14.000 m² y una altura de 26 metros, un espacio que alberga la maquinaria necesaria para el depósito, la carga y descarga de los graneles sólidos. Ha sido llevada a cabo por el grupo Eiffage. Cuenta con un sistema de aspiración-depresión y filtración en las naves, descarga de camiones en zonas cubiertas, movimiento de materiales en cintas transportadoras cerradas, limitación de velocidad para los camiones y el lavado de ruedas, entre otras mejoras que la convierten en una "combinación perfecta" entre la atención a una demanda vecinal y la actividad económica. El tráfico de graneles es clave en el puerto, tanto por el trabajo directo de las empresas estibadoras como el indirecto. Sin este movimiento no existiría, por ejemplo, la cementera de San Vicente.

El grupo Eiffage ejecuta desde febrero de 2020 las obras para construir la terminal cerrada para mover los graneles en el puerto de Alicante con el objetivo de estrenarla a final de año o principios de 2022. El inicio de los trabajos acumulaba un retraso de un año, y en noviembre de 2020 pasado se cumplieron ya cuatro años de la resolución de la Dirección General de Medio Ambiente de la Generalitat, que ordenada al puerto a dotar a los muelles de esta terminal.

El Puerto de Alicante ha presentado esta semana a más de 60 empresas de la provincia la posibilidades del puerto como foco de atracción, tanto para trabajar en su interior como plataforma para la exportación. La visita ha sido organizada por la Asociación de Relaciones Empresariales del Mediterráneo REM junto con la Fundación Proport y han contado con la colaboración de la Autoridad Portuaria, CEMEX, TMS, Eiffage y Grupo Romeu. El presidente de la Autoridad Portuaria, Julián López, ha subrayado la magnífica iniciativa que supone conocer el puerto desde dentro: “El nuestro es un puerto muy variado que está abierto a la ciudad, cuenta con una terminal de graneles a cielo abierto, cuenta también con tráfico de cruceros, ocio y actualmente está llevando a cabo las obras de construcción de una nueva terminal de contenedores. Por lo que, aun siendo un puerto de pequeña escala, posee muchas y variadas opciones”, comentaba Julián López.

La directora comercial del Puerto de Alicante, Mónica Bautista, ha acompañado a los asistentes durante la visita, entre los que destacan representantes de empresas como Grupo Romeu, Cableworld, Paredes, Bateig Piedra Natural, Carmencita, TMS, Martínez y Cantó o Mercalicante, entre otros. Han recorrido todos los muelles de las instalaciones, haciendo parada en la nueva nave para almacenamiento de graneles sólidos del Grupo Eiffage donde el director de planta, Eduardo Moya, explicó el funcionamiento de esta nave cerrada única en Europa que supone un ejemplo de economía circular y reaprovechamiento de residuos.

Por su parte, Jesús Aznar, director de la terminal de TMS, ha explicado el funcionamiento de la terminal que dirige y ha hecho hincapié en las 4 unidades de negocio que llevan a cabo: unidad de pasajeros, carga de contenedores, silos de cemento y tráfico rodado. También ha destacado que el servicio del puerto de Alicante es “un servicio a medida” con el fin de facilitar la logística de las empresas.

Esa versatilidad que apoya el puerto sería claramente potenciada de contar con una terminal intermodal o puerto seco cercano, que facilitaría la logística de almacenamiento de entrada y salida, así como las conexiones del puerto de mar con el puerto de Valencia, con Madrid y, sobre todo, con el Corredor Mediterráneo, minimizando el trasiego de camiones por carretera y potenciando un transporte mucho más ecológico y sostenible.