Se han empoderado. Son alumnos de Formación Profesional con alguna discapacidad psíquica.
Entre los 18 y los 25 años, están matriculados en el Instituto Leonardo da Vinci de Alicante, ubicado en la Zona Norte, entre las áreas más deprimidas social y económicamente de la ciudad.
Ellos mismos, pero sobre todo sus familias, eran reacios al intercambio Erasmus que logró el centro, entre los primeros de toda España tratándose de estudiantes con alguna discapacidad.
Pero los resultados les han demostrado a todos que al miedo se le vence actuando, como subraya la profesora de Pedagogía Terapéutica Neus Cortell.
"Desde que han vuelto son más autónomos y capaces, y se han hecho también mas visibles al resto de los compañeros en el instituto, porque se admiran de que hayan ido a Francia. Se han vuelto más participativos con las actividades del centro", aplaude la docente.
Convivencia
Cursan el ciclo de madera y mueble y han compartido clases y convivencia con otras compañeras francesas también con discapacidades, que cursan una titulación equivalente en tareas del hogar y servicios de limpieza.
No solo han superado sus iniciales miedos y desconfianza, sino que además han demostrado que gestionan ellos solos sus primeras necesidades.
Los frutos que ha dado esta experiencia vital para alumnos con discapacidades eran impensables
Se han tenido que preparar el desayuno, hacer la maleta de vuelta, y ser muy responsables porque aunque los profesores estuvieran especialmente al tanto, debían controlar mucho para no perderse en un país desconocido y cuyo idioma no dominan. "Los frutos que ha dado esta experiencia vital eran impensables", subraya Neus Cortell.
Aventura
En el instituto en su conjunto están emocionados. El profesor de FP en Sanidad y vicedirector, Juan Formigós, lamenta que no hayan hecho el Erasmus Ka2 con el Lycee Depoorter de Hacebrouck en Francia, los diez estudiantes de FP adaptada "pero es que no todos podían, fueron seis del programa de formación y cualificación básica de Educación Especial" con sus correspondientes profesores.
Junto a las alumnas francesas han cursado un modulo de cocina también, en sus cinco días de estancia en el país galo, y los profesores destacan su mayor pericia por ejemplo con el trabajo más mecánico y automático.
El habitual miedo a volar lo trabajaron de antemano en el aula y han llegado a viajar entusiasmados en un tren de tres pisos. "Han crecido mucho y ahora son la admiración de muchos de sus compañeros porque en una zona con tan pocos recursos no es fácil poder viajar y llegar a Francia les parece una aventura intergaláctica".
