Las sirenas retumbando, como cada día a las 20 horas en el confinamiento. Las ambulancias en un continuo reguero camino del Hospital General de Alicante, como sucedió durante tantos meses desde el estallido de la pandemia. La música de "La lista de Schindler", poniendo en valor del esfuerzo personal en un contexto de riesgo extremo para ayudar a los demás. Los testimonios de aquellos que sobrevivieron al covid tras una larga y dura batalla librada contra un desconocido y de aquellos, a través de la voz de sus familiares, que perdieron el pulso pese al esfuerzo de tantos. También de esos profesionales que estuvieron en primera línea, tanto sanitarios, fuerzas de seguridad como empleados de sectores estratégicos, como el de la alimentación. La inauguración del monumento a los fallecidos del covid, ubicado en el cruce de Maestro Alonso con Gran Vía, frente al Hospital General Doctor Balmis de Alicante, ha estado cargado de simbolismo, de recuerdo, de emoción. Un gesto unánime de consuelo, un esfuerzo colectivo contra el olvido.

El presidente de la Diputación, Carlos Mazón, ha sido el encargado de abrir el turno de intervenciones. "Todavía hoy se siguen salvando vidas, todos tenemos a gente cercana que sigue luchando. Casi 4.000 víctimas de nuestra tierra [en alusión a la provincia]. Hay que destacar el papel que todos juntos hemos sido capaces de realizar. La pandemia fue una moneda con dos caras, una con las vidas perdidas y otra con el esfuerzo colectivo, de voluntarios, de sanitarios que al principio trabajaron sin material ni conocimientos, esa explosión de generosidad...", ha señalado Mazón, quien ha resaltado la importancia de "interiorizar cada lección aprendida" durante la lucha contra el covid.

Tras Mazón, ha sido el turno para el alcalde de Alicante, Luis Barcala, quien ha resaltado el simbolismo del acto de inauguración del memorial. "Todas las fuerzas políticas hemos cerrado filas. Dijimos que "juntos lo conseguiremos", y así ha sido, uniendo fuerzas. El monumento se levanta aquí en recuerdo a los que se fueron, junto al Hospital. Que nadie olvide lo que vivimos".

Entre las autoridades presentes, además de Barcala y Mazón, han destacado la subdelegada del Gobierno, Araceli Poblador y el director general de Administración Local de la Generalitat Valenciana, Toni Such, además de una amplia representación de la Corporación alicantina, con presencia de todos los grupos municipales.

Además de las voces políticas, también se han escuchado a los protagonistas de la pandemia. Patricia Gil ha hablado en boca de los supermercados alicantinos, uno de esos sectores esenciales. "Estuvimos abiertos para que la ciudadanía pudiera abastecerse. Trabajamos con miedo, con angustia por enfrentarnos a algo nuevo. Todo eso hizo que la relación con el cliente se hiciera más estrecha", ha señalado. También ha tomado la palabra Omar Moya, del Banco de Alimentos: "Agradecemos todas las donaciones que recibimos durante ese tiempo. Trabajamos junto al Ayuntamiento y a asociaciones, arriesgando la vida", ha añadido.

Por parte de las fuerzas de seguridad, José Luis Martínez, de la Policía Nacional, ha puesto en valor el "compromiso firme, anteponiendo la propia vida por el bien común". "Se demostró que los españoles somos justos y solidarios. Se luchó hasta el agotamiento", ha agregado. Por su parte, Nuria Torrejón, de la Policía Local de Alicante, ha reconocido que situaciones "extremas" como la vivida durante la pandemia "van pasando de generación en generación". "Fuimos uno de esos colectivos que continuamos trabajando en un entorno difícil. Nuestra incansable labor iba en la línea de hacer cumplir la normativa, que era cambiante y nos hacía sancionar a la gente por el hecho de pasear por las calles", ha afirmado.

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El monumento por las víctimas del covid en Alicante, un recuerdo contra el olvido Jose Navarro

Desde dentro del hospital vivió la pandemia Sonia Balboa, de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General, que ha detallado aquellos momentos de máxima incertidumbre, de inquietud, de miedo a lo desconocido. "Durante este tiempo, toda nuestra vida ha girado en torno a la pandemia. Miedo fue el primer sentimiento. Por primera vez, tuvimos miedo en el trabajo. Y desesperanza, porque compañeros de Madrid nos comentaban que daba igual lo que se hiciera. Fue un tsunami que arrasó con todo. Aunque con la vacuna llegó la esperanza, con la disminución de los casos", ha explicado la sanitaria.

La emoción de sus palabras se ha trasladado a la voz de Asunción Martínez, hija de unas de las personas que falleció por el covid. "Mi padre estuvo una semana hospitalizado", ha señalado en un relato en el que se ha mostrado agradecida tantos a los sanitarios que intentaron salvar la vida de su padre y mantenerles cerca en la distancia a través de la tecnología. "Nunca, por muchos aplausos, podremos agradecer el trabajo que hicieron. Jamás lo olvidaremos", ha señalado.

La escultura se iba a ubicar en plaza América, pero finalmente se ha situado frente al hospital JOSE NAVARRO

El acto lo ha cerrado Marcos González, que estuvo 101 días en la UCI, la mayoría de ellos en coma inducido, y 159 ingresado en el hospital. "Cuando desperté, habían pasado demasiadas cosas en España", ha reconocido tras infectarse por covid en la primera ola. Ingresó el día 20 de marzo de 2020, poco después de decretarse el estado de alarma. Llevaba días encontrándose mal, con malestar, fiebre y cansancio. "Los sanitarios salvaron mi vida y sujetaron la vida de mis familiares. Si estoy aquí es gracias a ellos", ha afirmado, a la vez que ha hecho una petición a las autoridades: "Hagan lo posible para que nadie quede atrás, porque el covid persistente no está reconocida como enfermedad laboral".

Tras las intervenciones, tan cargadas de emociones que las lágrimas han sido una constante en los presentes, se ha realizado una ofrenda floral junto al monumento, obra de Carlos Lorenzo y Natalia Ferro, quien ha resaltado que su prioridad era realizar una obra desde el máximo "respecto". Así ha sido, según los comentarios escuchados de los presentes. El memorial “Bocas que vuelan”, titulo con inspiración en un verso de Miguel Hernández, está formado por tres elementos: un bloque de mármol crema-marfil, que significa lo real y compacto, la fortaleza de la ciudad contra la enfermedad; una pieza de bronce que da forma a una sonrisa en los labios, ya sin mascarilla, y una estructura metálica en acero corten, que junto a la piedra crea una puerta, lugar de paso, que habla del tránsito.

Durante la inauguración no ha habido ni rastro de la polémica por la ubicación, que en un primer momento se anunció para la plaza de América, en pleno barrio de Altozano, pero que se cambió porque motivos técnicos impedían situar la obra donde se había proyectado. La controversia, con todo, se apagó con el acuerdo a nivel municipal: todos los grupos aceptaron mantener el memorial en el emplazamiento actual, en el cruce de la Gran Vía con Maestro Alonso, frente al Hospital General de Alicante "Doctor Balmis", donde la obra luce desde finales de septiembre.