La población del barrio de Benalúa de Alicante, envejecida y cada vez más dependiente

El reciente cierre de tres sucursales bancarias en la plaza Navarro Rodrigo hace mella en una zona en la que tres de cada diez residentes son mayores de 65 años | Los comercios, afectados al tener que desplazarse para obtener efectivo

Dos personas mayores pasean junto a una sucursal bancaria recientemente cerrada en Benalúa.

Dos personas mayores pasean junto a una sucursal bancaria recientemente cerrada en Benalúa. / ALEX DOMÍNGUEZ

Alberto Losa

Alberto Losa

El cierre de todas las sucursales bancarias en la plaza Navarro Rodrigo de Benalúa, la «replaceta», ha sido el último agravio contra la población de un barrio ya de por sí envejecido. Cerca de tres mil de los diez mil residentes de la zona están en la edad de jubilación. El barrio no es atractivo para las familias jóvenes y los comercios también lo notan, con cada vez más bajadas de persianas.

«Gente que estaba acostumbrada a ir con su cartilla a sacar dinero ha pasado a ser dependiente. El único banco que queda es el del mercado municipal, que solo abre en el mismo horario que el mercado. Todas las personas que ya tenían problemas para desplazarse ahora tienen que ir al extrarradio de Benalúa o encargarle sus tareas a otras personas», relata Ernest Gil, presidente de la Asociación de Vecinos de Benalúa, «El Templete».

En la «replaceta» se juntan muchos de estos mayores, sentados en los bancos o paseando, mientras se quejan de que las sucursales bancarias hayan dejado la zona. Ahora, los recados que antes hacían ellos, comentan algunos vecinos, los realizan sus hijos o sus nietos.

Una antigua cabina telefónica en la "replaceta" de Benalúa.

Una antigua cabina telefónica en la "replaceta" de Benalúa. / ALEX DOMÍNGUEZ

Comercios afectados

La situación afecta también de manera directa a los comercios. Manuel Sánchez, presidente de la Asociación de Comerciantes y Afines de Benalúa, describe la situación como «un atraco a mano armada» por parte de las empresas de crédito: «Dependes de ellos y no nos tienen en cuenta ni a las personas, ni a los comercios. Nos hace muchísimo daño». Si los vecinos tienen que acudir a Óscar Esplá en los casos más cercanos, para los comerciantes la situación es casi más dramática, ya que en algunas ocasiones lo tienen que hacer cargados con el dinero de la caja o con el cambio.

También afecta a las ventas, en especial en un barrio en el que la mayoría de clientes son personas mayores: «Es gente que siempre ha usado mucho el efectivo. En mi caso, con una mueblería, no puedo aceptar dinero en efectivo de ninguna venta que supere los 999 euros. Con todo esto al final el que sale beneficiado es el banco, de vuelta no nos viene nada. Nos queda intentar quejarnos», relata Sánchez.

El Mercado de Benalúa, con solo la mitad de sus puestos operativos.

El Mercado de Benalúa, con solo la mitad de sus puestos operativos. / ALEX DOMÍNGUEZ

El secretario de la asociación, David Lloret, comparte su visión y añade que la actividad comercial ha decrecido: «Benalúa está deprimida a nivel comercial. Hay poca actividad aunque queda algún comercio histórico. No se está rejuveneciendo el barrio porque no hay atractivo para que las familias jóvenes vengan a vivir».

El número de asociados comerciales ha pasado de 85 a 70 en apenas unos años, lo que refleja en números el declive comercial, también visible en un mercado municipal en el que muchos de sus puestos no están ocupados.

Los nuevos comercios se centran en la restauración y la hostelería, mientras los tradicionales intentan diferenciarse: «Es una pena porque generacionalmente van cerrando, pero potenciar el comercio de barrio es importantísimo», valora Sánchez. Las ayudas, apunta, «siempre se quedan cortas», por lo que les gustaría que «se siguiera apostando»por ellas.

Los comerciantes consideran que una de las medidas que podría potenciar el comercio es la peatonalización de algunas calles: «Hay que peatonalizar y darle vida al barrio. Llevamos proponiendo varios años la peatonalización de algunas calles», considera Lloret.

Un grupo de mayores conversa en la plaza Navarro Rodrigo.

Un grupo de mayores conversa en la plaza Navarro Rodrigo. / ALEX DOMÍNGUEZ

Benalúa Sur podría ser el acicate para atraer a esta necesaria gente joven, aunque ni los actuales residentes ni los comerciantes están convencidos de que vaya a funcionar: «No sabemos quiénes son los compradores que están adquiriendo esas viviendas, que son bastante caras. En algunos casos parecen inversionistas. Se dice que hay vistas al mar, pero ni mucho menos, porque el puerto ha ido alejándose, ocupando terreno al mar», apunta Gil.

Un recelo que comparten los comerciantes, como señala David Lloret: «Benalúa Sur se supone que algo rejuvenecerá, pero la parte histórica no tiene pinta de mejorar».

En Catedrático Soler, donde se ubica su farmacia, hay pocos comercios: «Está Aguas, la academia de policía, una clínica de prevención de riesgos... pero somos pocos comercios de tienda», señala. Los proyectos a futuro de Benalúa solo pasan por dos objetivos: «atraer población joven y comercios».

El centro social, demanda histórica

Al envejecimiento de la población se une la gran demanda histórica del barrio, el centro social y de mayores. «En Alicante hay 19 centros sociales comunitarios y ninguno está en Benalúa; no hay una explicación racional», señala Ernest Gil.

El primero en llevar el centro social en su programa electoral fue el Partido Popular en el año 1999, fecha desde la que «ha llovido», como comenta Gil. La demanda del centro, como señala David Lloret, secretario de la asociación de comerciantes, «es la lucha histórica» del barrio y «aún no ha comenzado».

El asilo, indica Gil, podría haber sido su ubicación: «Es otra espina que tenemos clavada, porque hemos intentado durante bastante tiempo que fuera su ubicación».