Vecinos de Alicante sobre la ordenanza contra el ruido: "Es un desastre para la convivencia"

Residentes del Centro Tradicional señalan que hay aspectos de la norma que "no se han aplicado en 30 años" y que la nueva redacción del documento busca abrir la puerta a la interpretación

Terrazas de hostelería en la zona del Casco Antiguo.

Terrazas de hostelería en la zona del Casco Antiguo. / Áxel Álvarez

Alejandro J. Fuentes

Alejandro J. Fuentes

La ordenanza contra el ruido que llevaba en un cajón desde 2019 y el bipartito quiere desbloquear justo antes de las elecciones no convence a los vecinos del Centro Tradicional. Los residentes de la zona lamentan que la norma elimina algunos de los "mejores" aspectos de la de 1991 y que el Ayuntamiento emplea una compleja redacción en los artículos del documento con el objetivo de "abrir la puerta a la interpretación".

Luis Santamaría, letrado de la asociación de vecinos del Centro Tradicional, señala que la nueva ordenanza promovida por el Ayuntamiento -que recupera el texto de 2019 con algunas modificaciones- elimina aquellos artículos "más útiles" de la norma de 1991 y, además, está "diseminada y con una compleja redacción", cuyo objetivo, según el abogado, es "abrir la puerta a la interpretación".

Para Santamaría, parece que el objetivo del bipartito sea "facilitar las cosas a quienes generan el ruido" y señala que no solo desaparecen "algunas expresiones que eran muy claras en cuanto a lo que está permitido y lo que no", sino que, además, existen algunos articulados que "no se han cumplido en 30 años", como el que señala que el servicio público nocturno de baldeo, limpieza y recogida de residuos sólidos "adoptará las medidas y precauciones que sean necesarias para reducir al mínimo el nivel de perturbación de la tranquilidad ciudadana".

El letrado recuerda que, en este sentido, la empresa concesionaria contaba con un plazo de seis meses para redactar y presentar un proyecto de aplicación de medidas correctoras, reflejando en el texto los plazos previstos de ejecución. Un proyecto que debe ser elevado al Ayuntamiento para su revisión y control por parte de los técnicos municipales.

Problemas de convivencia

Al margen de estos problemas, el mayor conflicto de la nueva ordenanza, a juicio de Santamaría, va a ocasionarse en los barrios residenciales y zonas que, por lo general, no suelen concentrar los problemas de ruido.

El letrado advierte de que la norma de los años 90 contemplaba una serie de actividades prohibidas a ciertas horas por el mero hecho de la molestia que generan en la vida de los ciudadanos. Sin embargo, Santamaría considera que la nueva ordenanza "basa todas las prohibiciones en los niveles de decibelios", por lo que un vecino "podría tocar el piano o colgar un cuadro de madrugada siempre que no supere el límite de ruido". Una situación que pronostica que generará "graves problemas de convivencia".

En este sentido, el texto que el bipartito pretende aprobar contempla, en el capítulo de "Actividades vecinales en el interior de la edificación" que las acciones domésticas quedarán excluidas del ámbito de la ordenanza "cuando la contaminación acústica se mantenga dentro de los límites tolerables".

La norma de Urbanismo señala que deberán "respetar los valores máximos autorizados" pero, según señala el representante vecinal, "no se prohíben actividades molestas por su propia naturaleza"

A última hora

La aprobación en Pleno de la ordenanza -de producirse- será en el último momento.

Fuentes de la Concejalía de Urbanismo han confirmado a INFORMACIÓN que el texto aún no ha sido oficialmente remitido a los grupos de la oposición para que puedan plantear alegaciones porque se encuentra "a la espera de informes de otras concejalías".

Este hecho imposibilita que la norma vaya a votación en el pleno del mes de marzo, por lo que su debate quedará pospuesto al menos hasta el pleno del mes de abril, el último antes de terminar el mandato.