Oleada de robos en varias ópticas de la provincia de Alicante: once asaltos en menos de un año y medio

La empresa Óptica Óptima denuncia más de una decena de atracos para vender mercancía de alta gama en el mercado de segunda mano

Asalto en una óptica de Alicante grabado por una cámara de seguridad

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Alejandro J. Fuentes

Alejandro J. Fuentes

Son pequeñas, ligeras, fáciles de transportar y alcanzan un alto precio incluso de segunda mano: las gafas de sol no son solo el complemento perfecto para el verano, sino también para los ladrones. Los establecimientos de Óptica Óptima -en torno a una veintena en la provincia de Alicante- llevan más de un año y medio sufriendo una oleada de robos recurrentes, que por el momento suma más de una decena de atracos, cuatro de ellos en los últimos quince días.

La situación es tal que Juan José Fernández, gerente general de la compañía, incluso ha instalado medidas de seguridad adicionales para tratar de frenar a los asaltantes. En concreto, además de rejas adicionales para dificultar el acceso también se han instalado dispositivos que inundan la sala de humo cuando detectan la presencia de intrusos, lo que lamentablemente no ha frenado el interés de los cacos por los productos de Óptica Óptima.

El modus operandi es siempre el mismo, según comenta Fernández, «los cuerpos de seguridad nos han dicho que seguramente vengan antes a ver la tienda y conocer cómo son las instalaciones y dónde está el género que les interesa». Después, se cuelan en el interior de los establecimientos con varias cajas vacías y «despluman» por completo los estantes de las lentes solares: «Siempre son las gafas de sol, se llevan casi la mitad de toda la tienda».

Los asaltantes, que parecen pertenecer a un mismo grupo, nunca permanecen más de dos minutos en el interior de las tiendas donde llevan a cabo sus robos, dificultando la actuación de los cuerpos de seguridad y minimizando la efectividad de las medidas instaladas. Además, se llevan la mercancía tal y como está expuesta, sin caja ni funda y con las alarmas aún conectadas, por lo que después no solo tienen que retirar los dispositivos antirrobo, sino que deben venderlas en el mercado de segunda mano o en páginas web a precios reducidos.

Primeras marcas

En cuanto al género sustraído, el gerente general señala que «siempre son productos de la más alta gama» ya que «ni siquiera se fijan en las Ray-Ban, sino que van directamente a por marcas como Gucci o Christian Dior».

Una situación que preocupa no solo por el componente económico -Fernández estima que solo en los últimos cuatro robos ya se hicieron con objetos por valor de 140.000 euros- sino por la inseguridad que genera en los trabajadores de la empresa y los daños ocasionados por tener que cerrar el negocio varios días para subsanar los desperfectos provocados y reponer mercancía sustraída.