La Vega Baja sufrirá en julio las primeras restricciones para el regadío por la sequía

La Confederación del Segura prevé pasar en octubre de la fase de alerta a emergencia si no llueve, lo que implicará un recorte del 25% del caudal de agua para el campo

Sembrando en Callosa de Segura con la incertidumbre del agua para regar.

Sembrando en Callosa de Segura con la incertidumbre del agua para regar. / AXEL ALVAREZ

Pérez Gil

Pérez Gil

La zona sur de la provincia de Alicante sufrirá las primeras restricciones hídricas por la sequía el próximo mes de julio. Así lo prevé la Confederación Hidrográfica del Segura después de que las predicciones meteorológicas descarten la irrupción de importantes precipitaciones en los tres próximos meses. En tal caso se activará la fase de alerta que supondrá un recorte de agua para los cultivos de regadío de la comarca de la Vega Baja. Una medida que afectará sobre todo a los cítricos y a las hortalizas de invierno -alcachofas, apio, lechugas y brocolí- que comienzan a plantarse en los meses de verano.

Pero la situación será todavía más grave si tampoco llueve con abundancia hasta el mes de octubre. En tal caso de la fase de alerta se pasará a la fase de emergencia, lo que implicará un recorte mínimo del 25% del volumen de agua destinado al riego de los cultivos.

Es, sin duda, el asunto más preocupante abordado en la Mesa de la Sequía de la Comunidad Valenciana que se ha celebrado este viernes en la sede de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica.

De toda la Comunidad Valenciana la provincia de Alicante está siendo la más afectada por la sequía. La cosecha de cereal se ha perdido en su totalidad al igual que ha ocurrido con la cereza de secano que se cultiva en La Muntanya. La falta de agua ha impedido la floración así que de este preciado fruto solo habrá cosecha esta temporada en las fincas de regadío de Villena y la Vall de Gallinera. Y a esta lista negra de pérdidas para el campo alicantino hay que añadir al almendro de la zona de Orihuela, que ya se encuentra en una situación crítica y no solo afectará a la cosecha sino también a las propias plantaciones por el estrés hídrico que está sufriendo el árbol.

Campos de alcachofas secos por la falta de agua.

Campos de alcachofas secos por la falta de agua. / Alex Dominguez

"Estamos muy preocupados por la situación crítica a la que nos enfrentamos porque, si finalmente entramos en emergencia, las pérdidas agrícolas van a ser tremendas", ha advertido el presidente de Asaja Alicante, José Vicente Andreu, recordando que en 2017 y 2018 ya se produjo un hecho similar que tuvo efectos perjudiciales para muchos cultivos durante varias campañas.

Precisamente la Mesa Valenciana de la Sequía ha permitido a las asociaciones del sector agrícola exponer sus necesidades, frente al actual escenario de falta de lluvias que vive tanto España como Europa, así como recoger las previsiones que se expusieron en la Mesa de la Sequía convocada por el Ministerio de Agricultura durante la semana pasada.

Entre las peticiones expuestas por los agricultores figura el plan de regadío por interés social para El Comtat y l'Alcoià con el objetivo de salvar el cultivo de la cereza de secano. Se trataría, en este caso, de habilitar reservas para que los agricultores de estas zonas puedan realizar riegos de socorro en sus fincas que garanticen un correcto desarrollo de la floración. Algo que esta primavera no ha ocurrido debido, precisamente, a la falta de agua. Otra de las solicitudes busca potenciar el seguro por rendimientos ante el incierto futuro derivado por el cambio climático. De este modo se garantizaría una mayor estabilidad económica a los productores en estos años de sequía. La concesión de ayudas para a los apicultores que por las condiciones climáticas no pueden trashumar por la sequía del interior y la implementación de los fondos al regadío en el sur de la provincia de Alicante son otras de las medidas apuntadas.

"Desde Asaja Alicante también hemos reclamado que la planta desaladora de Torrevieja adjudique a la provincia de Alicante 33 hm3 en lugar de los 13 hm3 que recibe actualmente", ha añadido José Vicente Andreu mientras el presidente de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, l'Alacantí y el Consorcio de Aguas de la Marina Baixa, Ángel Urbina, también recaba el apoyo de la Generalitat Valenciana para que el Gobierno de España haga efectiva en el año 2023 la petición de los 20,5 hm3 de agua del trasvase Júcar-Vinalopó. "Y también hemos aprovechado el foro para instar al Consell a completar las obras del postrasvase del Júcar-Vinalopó con el fin de prevenir futuras sequías porque las sequías -subraya Urbina- se combaten con obras y proyectos en los momentos en los que llueve".

Unas reivindicaciones que la consellera de Agricultura y Transición Ecológica, Isaura Navarro, trasladará a Europa y al Ministerio de Agricultura “para que sean conscientes de cuál es la realidad de la agricultura valenciana y cuáles son los retos a los que nos enfrentamos de emergencia climática y de incremento de temperaturas con menos lluvias y suelos más secos, sobre todo en los cultivos del sur de la Comunidad que vive una situación más delicada”.

De hecho, la consellera Navarro ha insistido en que “Europa tiene que actualizar la PAC frente a esta situación de sequía extrema y emergencia global, y deben tener en cuenta estas realidades a la hora de aplicar las exigencias para que nuestra agricultura pueda recibir las ayudas necesarias”. Además, según ha añadido, “el Ministerio también debe recoger las preocupaciones valencianas en el Real Decreto que se está preparando sobre la sequía”.

La consellera Isaura Navarro con el secretario autonómico Roger Llanes durante la Mesa Valenciana de la Sequía.

La consellera Isaura Navarro con el secretario autonómico Roger Llanes durante la Mesa Valenciana de la Sequía. / INFORMACIÓN

En la reunión de la Mesa, además de una representación de la Conselleria, encabezada por la Consellera Isaura Navarro y que también ha contado con la exposición de la situación por parte del secretario autonómico de Agricultura, Roger Llanes, han asistido representantes de las organizaciones agrarias, el sector empresarial, de las Confederaciones Hidrográficas del Júcar y el Segura, y científicos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM) y el Centro de Estudios sobre Desertificación (CIDE), que han expuesto las previsiones que afectan a la Comunidad Valenciana, frente al descenso de los índices de lluvias y el incremento de las temperaturas.

No obstante, según los últimos informes del Ministerio, la Comunidad Valenciana no está en situación de emergencia y se sitúa en un estado de normalidad. Por ello, las reservas de agua de los embalses valencianos, los regadíos modernizados, las capacidades de depuración, reutilización y ahorro de agua, así como las reservas de lluvia del año pasado permiten evitar las restricciones en la Comunidad Valenciana, y continuar proporcionando suministro a los cultivos de regadío