La Conselleria de Agricultura muestra su preocupación por las plagas en las importaciones británicas

Las interceptaciones de cítricos con plagas procedentes de países extracomunitarios siguen creciendo a pesar de las medidas impuestas por la Unión Europea para proteger sus explotaciones agrícolas. Persiste por tanto el riesgo creciente de que una plaga letal entre en los cítricos de la Comunidad Valenciana y arruine las cosechas, con las consiguientes pérdidas económicas y de empleo en el ámbito rural.

Para evitarlo la consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Isaura Navarro, ha instado al ministro de Agricultura, Luis Planas, a interceder por la agricultura valenciana ante la Unión Europea para analizar el efecto en los cítricos valencianos de los nuevos riesgos fitosanitarios por las importaciones agrícolas británicas. Otra consecuencia negativa del Brexit al dejar un vacío legal que permite a Reino Unido comprar productos de otros países sin controlar si cumplen las normativas de otros países. Esos productos entran mayoritariamente por el puerto de Rotterdam, porque Holanda tiene una larga tradición de recibir importaciones de la fuera de la UE, y desde allí se distribuyen por los mercados de los Estados miembros.

En una carta dirigida al ministro, la consellera identifica un “muy preocupante efecto de sustitución de cuotas de mercado en productos como los cítricos de España al Reino Unido, por los importados por el Reino Unido de otros países extracomunitarios”. Procedente fundamentalmente de Sudáfrica.

Navarro indica que “esto significa un desafío comercial adicional para nuestras producciones y un incremento en consecuencia de riesgos fitosanitarios asociados a la circulación por la UE de productos importados de los países no libre de esas plagas y enfermedades”.

La campaña citrícola llega a su fin con unos precios en el campo que triplican los de 2022

Cabe señalar que el Reino Unido no exige el tratamiento de frío para la importación a su territorio de naranjas procedentes de Sudáfrica, cuyo territorio probadamente es no libre de Thaumatotibia leucotreta, entre otras plagas como la Phyllosticta citricarpa. Un hongo que causa la temida enfermedad de la mancha negra de los cítricos.

En este sentido, la Conselleria solicita la intervención de los comités fitosanitarios de la Comisión Europea en el marco de los cítricos y otras frutas y hortalizas procedentes de otros países terceros, en particular los mediterráneos, no libres de diversas graves plagas y enfermedades vegetales.

Riesgos fitosanitarios

La consellera remarca que “la UE debe analizar los nuevos riesgos fitosanitarios que significan para los países de la UE las importaciones procedentes de Gran Bretaña de vegetales y productos vegetales por la dispersión de estos productos cuando circulan por territorio de la Unión Europea.

Además, solicita revisar y actualizar las nuevas necesidades de control de calidad reforzada en los Puestos de Control Fronterizo que se precisen, dado que la libre importación es un gravísimo riesgo fitosanitario para el conjunto de la agricultura y la biodiversidad de la UE.

En la misiva, la consellera concluye refiriéndose “a la interferencia que significan las asimetrías en los límites máximos de residuos de plaguicidas en el comercio internacional y la importación de productos vegetales a la UE desde el Reino Unido, la asimetría que ello genera en las prácticas agrícolas en la UE y en los países terceros, y la asimetría derivada con relación a los niveles de residuos más estrictos en producto producido en la UE y menos estrictos en el caso del producto producido fuera de la UE”.

Medidas contra la competencia desleal

La consellera Isaura Navarro también ha solicitado al ministro de Agricultura, junto al conseller de Economía Sostenible, Rafa Climent, que el acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur -Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela y Bolivia- incluya medidas para proteger la industria agroalimentaria valenciana y la seguridad alimentaria de los consumidores europeos.

Los conselleres insisten en la necesidad de acabar con el dumping fitosanitario y la falta de reciprocidad en la prohibición del uso de plaguicidas frente a países terceros, y también establecer un arancel para el zumo de naranja. Todo ello, según indican, “provoca una competencia desleal”.

“Los productos agrarios producidos en los países de Mercosur deben respetar los mismos estándares sanitarios y de medioambiente de la UE, y a aquellos que no los reúnan se les debe aplicar un arancel y que se haga un control de ello, con el propósito de que se ofrezca a los consumidores europeos las mismas garantías y protección de la salud al consumir producto local, y al consumir producto importado”.

Zumo de naranja

Además, tanto Isaura Navarro como Rafa Climent demandan “una transición arancelaria de, al menos, 10 años para el zumo de naranja 100% exprimido que no procede de concentrado (NFC)”, que se importa a la UE procedente de fruta producida en territorios de Mercosur y transformada en ese tipo de zumo en territorios de Mercosur.

En palabras del conseller y de la consellera, con el acuerdo comercial UE-Mercosur debe promoverse y garantizarse una transición arancelaria acorde y proporcionada para la importación a la UE de zumo producido en Brasil. En esta línea, insisten en la “necesidad de no competir con zumos de peor calidad y producidos con fitosanitarios que están prohibidos en la UE”.

Cabe señalar que Brasil es el primer exportador mundial de este producto y cuenta con una estructura de producción, transformación y distribución fuertemente concentrada en tres empresas y en posición de dominio en los mercados globales. Este país lidera el mercado del suministro del zumo de naranja NFC, tanto en volumen, como en precio.

Tanto Navarro como Climent instan al Gobierno a que en las negociaciones entre la UE y Mercosur se incluya el zumo de naranja NFC en los productos "con una necesaria transición arancelaria”.

El escrito también reclama un conjunto de soluciones y mejoras del acuerdo comercial entre la UE y Mercosur para un buen funcionamiento del mercado interior europeo, para proteger los derechos de los consumidores y la seguridad alimentaria, por la defensa de una industria agroalimentaria local de calidad y el cumplimiento de los acuerdos de clima y medioambientales que defiende Bruselas.