El intenso calor adelanta la campaña de la vendimia en Alicante

Los agricultores prevén un anticipo de 10 días en el inicio de la recogida de la uva de la variedad moscatel en la Marina Alta que comenzará entre los días 20 y 24 de agosto

La uva de mesa ya ha comenzado a recolectarse en las zonas del Alto y Medio Vinalopó y los productores presuponen pérdidas del 20% por las fuertes temperaturas

Una trabajadora recoge uva de mesa en una producción de Monforte del Cid.

Una trabajadora recoge uva de mesa en una producción de Monforte del Cid. / PILAR CORTES

Lydia Ferrándiz

Lydia Ferrándiz

La vendimia se adelanta un año más para los productores de vino en la provincia de Alicante. La recogida de uva para la posterior producción del vino es un momento clave dentro del proceso elaboración de los caldos, especialmente para aquellos que cuentan con Denominación de Origen Alicante. Durante este tiempo los agricultores, enólogos y bodegueros toman una serie de decisiones que son cruciales para determinar las características del vino que se va a producir y la calidad que este podrá llegar a alcanzar. 

Sin embargo, este año, debido a las altas temperaturas que han protagonizado un agónico verano, el proceso de recolección está previsto que se adelante hasta 10 días y que de inicio entre el 20 y el 24 de agosto, según el cultivo. Entre las causas se encuentra el adelanto del proceso vegetativo de la brotación y el intenso calor, potenciado por la ola de calor y el clima especialmente seco en el mes de abril y buena parte de mayo, que favorecen el avance del proceso de maduración de la uva.

Entre los agricultores de la zona de la Marina Alta en Alicante las sensaciones son de adelanto inmediato. "Por la zona en la que predomina la producción de la variante moscatel sí que parece que venga una semana o diez días antes, sobre el 20 de agosto, debido a las altas temperaturas que está haciendo cuando lo normal sería empezar la primera semana de septiembre", señala Pepe Juan Reus, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Vinos Alicante.

El calor también ha provocado que los agricultores tengan que ir con más cuidado a la hora de comenzar la vendimia, un solo día con elevadas temperaturas basta para desajustar el calibre de la uva. "Ahora cuando tocas la uva y ves que está a punto piensas que podría faltarle una semana para estar lista, pero con el calor puede ser que en tres días ya esté preparada para ser recogida", explica Pepe Juan Reus.

"Para hacer vino es imprescindible esperar y ver que el fruto tiene la graduación adecuada. A veces hay una uva que tu la ves y no tiene el color amarillento característico de la moscatel por completo en ese momento, pero al tacto ya se nota que tiene el azúcar y el calibre necesario para hacer vino de calidad", añade Reus.

Pese a las inclemencias meteorológicas, los agricultores y productores de la zona de la Marina Alta se muestra optimistas. "La uva está bien, es de tamaño normal, cuando quiere madurar el calor es bueno y le ayuda, lo único es que este mes hemos tenido unos días con temperaturas muy elevadas y si que se ha notado esa falta de lluvia. Si hubiera llovido unos 20 o 30 litros más si que hubiera engordado un poco porque la moscatel es muy agradecida y con poca agua en seguida crece, pero la situación no ha influido en la calidad de los vinos".

En cuanto a la producción, la sensación entre los agricultores y cooperativas vinícolas de la provincia es que será muy similar a la del año pasado en el que se produjeron 26.547.321 kilos de uva en unas 10.000 hectáreas de viñedos. "No creemos que este año varíe mucho con respecto al anterior, el pasado año pensamos que tendríamos menos producción y al final tuvimos más, estamos optimistas y creemos que cuando nos pongamos a cortar no variará mucho".

Mayor calidad

Los productores de vino de Alicante buscan cada año seguir mejorando la calidad de los caldos que producen introduciendo novedades y prestando mayor atención a lo que demandan los consumidores. "Estamos a un nivel muy superior que otros años, seguimos luchando por ser los elegidos por el público cuando salen a comer o a cenar y la verdad es que mucha gente se sorprende con la calidad que tienen nuestros vinos", asegura Pepe Juan Reus.

Agricultores, cooperativas, bodegas y enólogos buscan el elemento diferenciador y comienzan a separar la "cantidad" de la "calidad", una ética de trabajo que siguen desde que empieza a brotar la viña hasta que el caldo es depositado en la botella. En esta línea, buscan adaptarse a las nuevas tendencias del consumidor que ahora precisa de vinos más fáciles de beber, que tengan mayor variedad de aromas y que puedan acompañarse forma fácil con una buena comida o un café.

"La tradición está cambiando, ahora los más jóvenes están comenzando a decantarse más por el vino y por ello, además de buscar una mejora de calidad, queremos darle opción a la gente que empieza a beber vino a que lo hagan con caldos más frescos y apetecibles", explica Reus, que también señala que ahora "se elaboran vinos para todos los gustos", dese los tintos más robustos y tradicionales a los blancos o rosados más suaves y delicados.

Y es que ya no importa la época del año, sea verano o invierno la demanda de vinos blancos, rosados y tintos es la misma. "Estamos dando pasos de gigantes desde la denominación con la promoción que estamos haciendo, ya va calando en la gente y cada vez pueden encontrar vinos de Alicante en más sitios, aunque aún queda mucho por hacer".

Uva de mesa

La campaña de la vendimia se adelante este año en la provincia pero también lo hace la recogida de uva de mesa de la variedad más temprana que ya ha comenzado a recogerse en los cultivos de las comarcas del Alto y Medio Vinalopó. Acelerada por las altas temperaturas, este cultivo ha anticipado su recolecta a mediados de julio y se extenderá hasta finales de diciembre, cuando llegará el momento de la conocida como "uva de Nochevieja".

El calor durante el día y la noche y las lluvias de finales de mayo y principios de junio han adelantado la recogida de este fruto casi dos semanas, así lo explica José Enrique Sánchez, agricultor y presidente de la sectorial de Uva de Mesa en ASAJA Alicante. "No se trata solo del calor, la lluvia hace que el crecimiento de la uva se frene por completo y hasta que no tenemos una temperatura estable la viña no vuelve a crecer con normalidad. Además, no es lo mismo tener entre 20 y 25 grados, cuando la viña crece excelente, que casi 40 grados por la mañana y noches malas que no bajan de 30, que provocan parones en la producción".

Una situación que si bien este año no influirá en la calidad del cultivo sí que lo hará en la producción que en la variedad temprana desciende entre un 15% y un 20%, alcanzado casi los 40 millones de kilos. "En las variedades tempranas vamos a tener pérdidas respecto al año pasado, que también descendió un poco la cosecha, pero la uva italiana es la que más se ha resentido porque el frío de finales de mayo le molestó mucho, aunque confiamos en que termine el año en buenos números. Las tintas también van muy adelantadas y sin problemas de color para las fechas en las que estamos", explica Sánchez.

Pese a la bajada en la producción los agricultores se muestran satisfechos ya que han recibido estos meses un "inesperado regalo". Se trata del agua del Trasvase Tajo-Segura que recibieron hace unos meses y que alivió su situación por completo. "Aquí todo es 100% regadío porque dependemos mucho de la estética del fruto, no es lo mismo tener una uva pequeña y con poco jugo que una uva jugosa y atractiva que al final llama más la atención del consumidor, pero para ello dependemos del agua que nos llega".

"Sinceramente, esperamos que durante las próximas semanas nos llegue algún aporte más si se producen lluvias a mitad de agosto", explica Sánchez. "El agua siempre nos viene bien porque para nosotros no es lo mismo estar regando con agua que bombeas de los pozos, con el precio que tiene la luz, a la tranquilidad que nos produce ver que tenemos agua en los embalses para regar las parras que empiezan a consumir mucho más cuando madura".

Un trabajador recoge uva de mesa en Monforte del Cid.

Un trabajador recoge uva de mesa en Monforte del Cid. / PILAR CORTES

Tras las inclemencias meteorológicas, el mayor problema al que se enfrentan ahora estos productores es la falta de personal para embolsar la uva. "Todo el año nos falta persona, el invierno tractoristas o cosecheros y ahora que estamos embolsando nos faltan profesionales que lo hagan. Yo tengo 80 personas trabajando y ahora mismo me faltan 20, eso nos retrasa las labores casi una semana porque deberíamos estar acabando de embolsar ya", añade Sánchez.

La uva de mesa ya puede encontrarse dentro del mercado nacional, sobre todo en la provincia en Elche, Alicante o Benidorm, donde se encuentran sus mayores consumidores. Todavía faltan unos meses para que este producto llegue al norte de España o a Madrid donde hasta finales de septiembre no se podrá ver en sus mercados.