¿Qué hacemos con 400 gatos?

Una protectora de animales está en riesgo de quiebra y teme por los centenares de felinos a los que da cobijo

Muchos de estos animales son acogidos tras sufrir accidentes o haber perdido la visión

Alberto Losa

Alberto Losa

¿Qué hacer con 400 gatos? Esa es la pregunta que se debe estar haciendo una protectora de Alicante. En riesgo está el futuro de estos animales a los que la asociación Felinos Lo Morant cuida y protege desde hace una década. Su deuda asciende a los 30.000 euros, principalmente a causa de las facturas veterinarias y los medicamentos.

"Nosotros nos dedicamos a coger gatos pero algunos de los que cogemos tienen los peores casos: son ciegos, los iban a sacrificar o habían caído por un balcón. Nos hemos dedicado siempre a eso hasta ahora. El albergue ha llegado un momento en el que se ha llenado de gatos y la deuda es muy grande", explica Gaviota Meseguer, una de las voluntarias de esta protectora.

La crisis de una protectora de Alicante compromete el destino de 400 gatos

Pilar Cortés

Su presidente, Antonio Ripoll, señala que la deuda nunca había sido tan alta. Desde la protectora lamentan que la subida de precios y la falta de ayudas les lastra la posibilidad de seguir con su actividad: "Si cerramos el albergue, ¿qué hacemos con los gatos?", cuestiona una de las voluntarias.

Sin ayudas

La asociación lleva a cabo su actividad desde 2014, y desde 2017 lo hace en su actual albergue, próximo a El Rebolledo. Allí cuentan con casetas para los diferentes gatos que acogen y que están perfectamente acondicionadas, con camas, comida y agua, además de espacio para moverse. Sin embargo, lamentan que no reciben apenas ayudas y que toda su actividad se financia mediante socios: "Queremos seguir. Hacemos un llamamiento a que se hagan socios".

Uno de los gatos acogido por la asociación

Uno de los gatos acogido por la asociación / PILAR CORTÉS

La subida de precios, aseguran, también les ha afectado a la hora de comprar material. Tanto que la situación es ahora insostenible, con los 30.000 euros de deuda. Su mayor preocupación es pese a todo el futuro de los felinos, a los que ven difícil poder encontrar hogar en caso de verse obligados a cerrar: "Ya no podemos coger ningún gato más, pero los que tenemos queremos seguir mateniéndolos. Queremos que la gente vea la labor que hacemos", explican.

Su presidente señala que se atiende a todos los animales sin importar su condición, tales como aquellos que han sufrido accidentes o atropellos, lo que también conlleva un elevado coste médico. Lamentan que las ayudas económicas son insuficientes, ya que la subvención que reciben del Ayuntamiento es únicamente les permite cubrir funciones básicas como el agua y la luz, pero no el cuidado de los gatos, según explica Ripoll.

Además, apuntan que desde la protectora cubren un déficit que debería de hacer la administración, ya que estos solo se encargan de la recogida de los animales. El presidente de la asociación pide a los alicantinos que colaboren económicamente y se hagan socios, para que puedan deshacerse de la deuda y así poder seguir ayudando a estos gatos desahuciados de toda la provincia.