Un paseo entre clavos y vidrios en Alicante

El parque de Solveig Nordström se convierte en un peligro para viandantes y mascotas por el botellón y el vandalismo

Un perro pasea junto a un poste en el que han dejado varios de los clavos.

Un perro pasea junto a un poste en el que han dejado varios de los clavos. / PILAR CORTÉS

Alberto Losa

Alberto Losa

Los vecinos de la Albufereta no ocultan su preocupación por el estado del parque Arqueóloga Solveig Nordström, junto a las ruinas de ciudad íbero-romana de Lucentum. Un emplazamiento que se ha convertido en un foco de botellón y vandalismo, con numerosos vidrios de botellas e incluso clavos esparcidos por un camino frecuentado habitualmente por viandantes, mascotas y personas que realizan ejercicio.

Los residentes señalan que es habitual el botellón cerca del fin de semana. Un comportamiento que da problemas desde hace hace años, aunque con la pandemia se había frenado. Algunos residentes lamentan que pese a las numerosas denuncias el problema no se ha solucionado, lo que implica tener el yacimiento arqueológico en el que se ubicó la ciudad íbero-romana de Lucentum en peligro por el vandalismo.

"Nos lanzaban la basura a nuestra urbanización y tuvimos que poner la valla más alta", apunta un vecino indignado. Los afectados señalan que, en alguna ocasión, han tirado las propias botellas de vidrio a las propiedades privadas, cayendo incluso a las piscinas.

Ahora, el problema no se ciñe solo a los restos del botellón, sino que también han aparecido numerosos clavos en el camino, lo que pone en alerta especialmente a los dueños de los perros. El paseo con animales es una actividad frecuente en este parque, y los vecinos muestran su preocupación ya que los clavos han sido localizados después de que algún perro los pisara con una de sus patas.

Dos perros junto a restos de botellón en el parque Solveig Nordström.

Dos perros junto a restos de botellón en el parque Solveig Nordström. / PILAR CORTÉS

"Si te enfrentas a ellos igual es peor, tienes que llamar a la policía", lamentan los afectados, que apuntan que el problema persiste desde el pasado verano: "Las ruinas de Lucentum están ahí, se supone que es un sitio un poco especial", apunta. Los vecinos advierten de que la situación puede acabar en una desgracia y se muestran indignados porque "nadie hace caso de nada".

Mala imagen

Los vecinos señalan que el Ayuntamiento ha realizado varias batidas de limpieza, pero critican que no se ha puesto solución al problema y que, cuando llaman a la policía, no es efectiva porque al ver las luces, los jóvenes que realizan botellón salen corriendo y no acaban multándoles.

"Cuando la policía llega los chavales se van, no es efectivo. Ya son varios años con la misma situación y sigue igual. Hay basura porque los chavales siguen yendo de botellón. La limpian pero vuelven", lamentan los residentes.

Además, consideran que, además del peligro para el yacimiento de Lucentum, es mala imagen para aquellas personas que se acerquen a visitar los restos íbero-romanos: "Si un turista pasa por aquí se llevará mala imagen, no sabrá si los restos son arqueológicos o de un botellón", han denunciado en diversas ocasiones los vecinos.

Las excavaciones que se realizaron años atrás en la vertiente sureste del yacimiento arqueológico del Tossal de Manises, solar de la antigua ciudad ibero-romana de Lucentum, permitieron demostrar cronológicamente que esa urbe se habría fundado durante la segunda mitad del siglo III a.C. Ya existían indicios y hallazgos anteriores que confirmaban este dato, aunque no se descarta la posibilidad de que puedan localizarse materiales en la cima del yacimiento correspondientes a periodos más antiguos.

La campaña se llevó a cabo en estancias de sectores urbanos de la vertiente sureste del yacimiento y se centró en los niveles previos a la fundación del antiguo municipio romano, especialmente en la destrucción detectada en buena parte del enclave producida en el contexto de la Segunda Guerra Púnica, que enfrentó a Roma y Cartago. Según los resultados de estos trabajos, la ciudad pudo haber sido fundada muy probablemente por los cartagineses, en concreto por mandato de algún miembro de la familia Barca, según informó en su día la Diputación.

Los vecinos afirman que han puesto en conocimiento la situación de forma reiterada tanto del Ayuntamiento de Alicante como de la Diputación Provincial, y también han contactado con la Policía Local y la Comisaría Provincial por el temor que tienen a un incendio y los actos vandálicos que causan, ya que entienden que suponen una amenaza para el yacimiento.

Pese a los intentos por impulsar el pasado del yacimiento y por conservarlo, en un parque que precisamente lleva el nombre de la arqueóloga que frenó la especulación inmobiliaria para conservar el yacimiento, su presente contrasta por la afectación que puede tener en los restos arqueológicos un botellón en el que participan diversos grupos de hasta 20 personas que se diseminan por los bancos que se instalaron en el paseo del monte donde se ubica, situado a apenas 10 metros de la valla que rodea el yacimiento.

"Han hecho un camino rodeando la ladera y los restos arqueológicos, y hay varios bancos, es donde dejan la basura. Son varios focos". Es una situación que se repite los fines de semana todo el año, y también jueves y domingos en verano por las noches, critica otro vecino.