La cara amarga del mercadillo de Teulada en Alicante

Aumentan las personas que acuden a recoger la fruta y verdura que desechan los vendedores tras el cierre los jueves y sábados, siendo sobre todo extranjeros de entre 50 y 60 años

La presidenta del mercadillo afirma que están buscando una solución para dejar el género en un mismo lugar y evitar que rebusquen en los contenedores

Cuando la necesidad te obliga a recoger los desechos en el mercadillo de la Calle Teulada en Alicante

Rafa Arjones

Son las 14.15 horas de un jueves cuando los vendedores del mercadillo de Teulada se encuentran recogiendo los puestos que han montado a primera hora de la mañana. La jornada de venta termina para ellos.

Como cada jueves y sábado, varias cajas desbordadas de fruta y verdura se quedarán sobre el asfalto del recinto. El género fresco que se ha madurado o que se ha llevado algún golpe durante la mañana no merece la pena llevárselo.

Es entonces cuando Denis, un extranjero de 20 años viene al mercadillo con una mochila a sus espaldas y montado en su skate dispuesto a llevarse a casa el género que dejan algunos puestos y guarda las características nombradas anteriormente.

"Cojo la comida para casa porque no está mala y se puede utilizar. Vivo solo", cuenta mientras selecciona el apio que se llevará. "Es un buen ingrediente para hacer una comida", añade.

La imagen de gente cogiendo género una vez terminada el mercadillo se repite todos los jueves y sábados. Empujados por la necesidad, vienen a pie, con mochilas, carros o en coche.

Los comerciantes coinciden en que las personas que más suelen acudir a recoger los alimentos que se desechan al finalizar la venta son extranjeros de entre 50 y 60 años, aunque también jóvenes.

Comerciantes

Mari Carmen y Ángel regentan un puesto en el mercadillo de Teulada. "Hay gente que lo está pasando muy mal y si encuentra algo antes de que se tire ellos lo cogen. No lo vemos mal, si a mí me pasase eso también lo haría", afirma esta primera a la vez que su marido corrobora que "si estuvieramos en esa circunstancia igual tendríamos que hacer lo mismo".

La pareja de vendedores corrobora que "toda la vida" ha venido gente a recoger comida una vez finalizado el mercadillo, pero que en los últimos tiempos el número ha aumentado. Los comerciantes calculan que los días de venta pueden pasar unas 40 personas a recoger lo que se deja.

"La comida fresca es lo que se deja, pimientos, naranjas, trozos de melón... A lo mejor una manzana que tiene un picaito se lo llevan y se lo quitan en casa", explica Ángel.

Mari Carmen agrega que "la comida está buena, se puede hacer lo que sea y si con eso pueden salir hacia delante bien, que no nos veamos en esas nunca".

"La comida está buena, si con eso pueden salir hacia delante bien"

Mari Carmen

— Vendedora

Juan vende fruta y verdura, sostiene que la gente que viene lo hace "por necesidad". El vendedor confirma que suele venir más gente los sábados ya que se trae más género al mercado al ser fin de semana.

"Se tiran tomates que se maduran y no se venden. Ellos se lo llevan por ejemplo para hacer una salsa. Vienen con el carro de la compra porque saben que se lo van a medio llenar o llenárselo. Aprovechan", puntualiza.

Esther tiene otro puesto y apunta que ya reconocen a los que vienen: "Cada uno hace lo que puede. Siempre son las mismas personas. Son gente mayor la mayoría y extranjera".

Onésimo escogiendo los melocotones de un contenedor.

Onésimo escogiendo los melocotones de un contenedor. / Rafa Arjones

"Está bueno", dice Onésimo mientras escoge de un cubo de basura los melocotones que se va a llevar a casa. "A mí no me da vergüenza venir a coger fruta y verdura, me da pedir limosna. Luego la reparto más de la mitad a familia, conocidos...", indica.

"No trabajo, tampoco tengo ninguna ayuda, además tengo una hija y la comida esta me sirve para no tener que comprarla por ahí", cuenta una señora que se ha traído un carro para guardar el género.

Solución

La presidenta del mercadillo de Teulada, Matilde Hernández, es conocedora de la situación y asegura que se está buscando una solución para que en vez de que estas personas rebusquen en los contenedores, los vendedores les dejen las cajas en un sitio para que todos acudan. "Algunos ya se lo dejan o bien fuera o al lado del puesto", sostiene.

En total, unos 320 puestos se montan y desmontan todos los jueves y los sábados en el mercadillo de Teulada. Frutas, verduras, ropa, zapatos, bolsos, pollos asados y pan son algunos de los productos que se pueden encontrar en él.

En otro orden, Hernández señala que uno de los objetivos del mercado es recuperar puestos como el de droguería y ferretería, además de poner un bar con mesas y sillas dentro del recinto.