La antigua Finca Campoamor, en estado de abandono

Los vecinos lamentan la llegada de okupas y los enganches a la luz y reclaman que se dote a este espacio de 5.000 metros cuadrados de algún uso

Fachada trasera de la finca, con signos de abandono.

Fachada trasera de la finca, con signos de abandono. / JOSE NAVARRO

Alberto Losa

Alberto Losa

Su último uso público conocido es el de un restaurante, que cerró antes de la pandemia. Para los vecinos, el problema es que se ha convertido en un foco de problemas, con okupas y enganches ilegales a la luz. La Finca Campoamor, cerca del centro de Alicante y de infraestructuras como el Auditorio de la Diputación o la plaza de toros es un espacio "desaprovechado", lamentan los vecinos.

Las persianas y los muros de lo que hasta hace unos meses era un restaurante con un amplio espacio exterior, están ahora llenos de grafitis y actos de vandalismo. La parte trasera del espacio, donde se encuentra la edificación, es casi peor, con tejas caídas y un claro aspecto de desatención.

Los vecinos quieren que la administración pública actúe y que ejecute un embargo realizado hace tres décadas pero que se paralizó: "Hubo un embargo en el año 90 del Ayuntamiento, pero no se ha ejecutado. Hay un vacío legal, porque los herederos no han tomado posesión. Es una pena que el Ayuntamiento la tenga de esa manera", señala uno de los residentes de la zona.

Varias personas pasan junto a la Finca Campoamor, este jueves.

Varias personas pasan junto a la Finca Campoamor, este jueves. / JOSE NAVARRO

La parcela perteneció en su momento a una familia cuyos herederos no han tomado posesión de ella, como se contempla en el registro catastral. Desde entonces se han impulsado diversos proyectos hosteleros, hasta que en la pandemia comenzó a abandonarse tras cerrar el restaurante que allí se ubicaba: "Ahora mismo está en situación de abandono total", lamentan los residentes.

Su imagen ha cambiado varias veces en los últimos quince años. Alrededor de 2008, bajo el nombre "Los jardines de Campoamor", se mostraba como un bar-restaurante y asador. Años más tarde, ya como "Finca Campoamor", lo hacía como arrocería. En su última remodelación, hace unos seis años, pasó a su imagen actual.

Tras la pandemia, se han sucedido las imágenes de abandono. De los desconchado en la pintura de la pared a la caída de tejas, pasando por los grafitis. Los vecinos consideran que es un espacio que, por su ubicación y dimensiones, podría tener numerosos usos públicos: "Son 5.000 metros cuadrados que no se están utilizando. Se está deteriorando y podría tener mil utilidades".

Y, en especial, lamentan la llegada de los okupas, los cuales están enganchados a la luz de manera ilegal, aseguran los vecinos: "Montan fiestas de vez en cuando y arman ruido. Todos los vecinos se han quejado y les han puesto numerosas multas". Su objetivo, remarcan los residentes, es que este emblemático espacio tenga algún uso y no quede a la deriva.