Entrevista | Cristina Vizuete Psicóloga especializada en sexualidad

"Las redes sociales son el cebo para que niños de 9 años acaben viendo contenido pornográfico"

La psicóloga pone en valor la importancia de una educación sexual en los centros escolares "que no entiende de culturas ni de ideologías"

 "Muchas veces les ponemos un ordenador en el cuarto o les damos un teléfono para que los utilicen cuando quieran y eso no está bien", asegura

Cristina Vizuete, psicóloga sanitaria experta en sexualidad y adicción al porno

Cristina Vizuete, psicóloga sanitaria experta en sexualidad y adicción al porno / INFORMACIÓN

La sexología tiene un papel esencial en la búsqueda del significado de una sexualidad saludable. Cristina Vizuete es psicóloga general sanitaria y experta en sexualidad y adicción a la pornografía. Además, forma parte de la organización Dale una Vuelta, encargada de prevenir e informar sobre las consecuencias generadas por el abuso de contenidos pornográficos. Los últimos estudios relacionados con el consumo de porno en menores muestra un acceso a este tipo de contenidos cada vez más temprano. Hablamos con la especialista para ver las causas de esta bajada de la edad de consumo pornográfico.

¿Cómo llega un menor de 9 o 10 años a visualizar contenido pornográfico?

La mayoría de los casos vienen provocados por las redes sociales, pese a que no es un 100%. La hipersexualización está muy desarrollada en perfiles de este tipo de redes. Sirven de cebo de una industria que está muy bien diseñada para acabar llegando al consumidor sin necesidad de que vaya él a buscarlo. Esa sexualización genera que haya menores que recurran a ver porno con asiduidad. Ahora estamos viendo que ya no solo hay actores o actrices detrás de ciertos perfiles, sino que se ha sofisticado la cosa con la entrada de los bots y la inteligencia artificial, que va cogiendo imágenes de aquí y de allá y crea un perfil totalmente nuevo que se dedica a mandar enlaces a los usuarios con contenidos explícitos.

¿Cómo se pasa de la sexualización de las redes sociales al porno?

Hay muchos factores que interfieren. Cuando los jóvenes tienen dudas sobre sexualidad, recurren a Google para informarse, muchas veces con alguna palabra inocente como "culitos" o simplemente "sexo". Una vez pones alguna palabra así en el buscador, ya te salen páginas y páginas de contenido pornográfico ilimitado. Tambiés es verdad que, aparte de las redes sociales, también hay un porcentaje de niños que se encuentran cosas muy duras por casualidad, sin querer. Incluso a veces son los propios papás o los hermanos los que hacen mal uso de los dispositivos y luego le acaba saliendo algo que no debería a ese menor por las cookies. De hecho mucho contenido que te dan gratuito es para eso, para que aceptes las cookies.

¿Cuál es el papel de los padres en este sentido?

Los padres, aparte de tener que estar muy atentos, tenemos que generar filtros para que no entre todo tipo de material al dispositivo. Una vez hecho esto, tenemos que controlar las horas de uso que tienen nuestros hijos pequeños con los móviles o tablets. Esto es algo esencial que no solo se tiene que hacer por la pornografía, sino que les va a venir bien también a nivel cognitivo. Muchas veces les ponemos un ordenador en el cuarto o les damos un teléfono para que los utilicen cuando quieran y eso no está bien. El teléfono, por ejemplo, tiene que ser de uso compartido y que cada vez que lo utilicen, sea con nosotros al lado.

¿Y concienciar sobre este tipo de contenidos?

Por supuesto. Al final los papás tenemos el importante papel de educar a nuestros hijos y que ellos sepan que si les llega algún tipo de contenido, porque les va a llegar, sepan automáticamente que es algo malo que puede generarles adicción. Tenemos que ser conscientes de que, de una manera o de otra, les va a llegar pornografía, ya sea en casa o que un amigo del colegio se lo enseñe.

Educar igual que cuando hablamos de drogas o alcohol.

Totalmente, con la única diferencia de que no hay campañas de prevención del abuso de pornografía como lo puede haber con las drogas o con el alcohol. Si un amiguito en el recreo le viene y le ofrece cocaína, sabe perfectamente que eso puede generar adicción y que le puede estropear la vida. Sin embargo, con esto no son conscientes de lo malo que puede llegar a ser. Y yo, de hecho, que trabajo con ello a diario, lo entiendo. La gente no conoce lo que puede conllevar este consumo abusivo de la pornografía, si los padres lo supieran, tendrían más conversaciones con sus hijos. También de sexualidad, que es un paso que tenemos que dar.

¿Sigue considerándose un tema tabú?

Sí, de hecho nosotros hacemos charlas en los coles y cada vez que preguntamos cuántos hablan de sexualidad en su casa, levantan la mano muy poquitos. Pero si ya preguntas cuántos hablan de pornografía, no levanta la mano ninguno. Creo que es un tema fundamental a tratar, explicarles que la sexualidad va de una conexión con otra persona, de tratarla bien y de hacer que ambos disfruten. Y desde casa hay que naturalizar estas conversaciones y dar pautas para la prevención de problemas. El porno les enseña que está bien que a la otra persona, generalmente a la mujer, le duela. Y está bien mostrarle que lo que ven en el porno no es lo real, que esos vídeos tratan de egoísmo propio y que en una sexualidad saludable no hay tirones de pelo, ni guantazos, ni asfixias.

Si no se les enseña qué es el sexo, la única información que tienen es la conocida en el porno.

Efectivamente. Por eso hay que hablar con ellos y hacerles ver que la pornografía no hace otra cosa que mentirles y explicarles ciertas cosas que luego no se hacen en la práctica real. Yo siempre pongo el mismo ejemplo: si los chavales están hartos de ver Fast and Furious, ellos saben que si conducen así en la vida real, se pueden matar. Sin embargo, cuando les llega la pornografía, piensan que es un reflejo de la sexualidad real. Luego en consulta me encuentro gente muy joven con disfunción sexual porque lo que han aprendido no funciona. Si no tienen una educación sexual en casa o en las escuelas, intentan replicar o imitar lo que han visto en los vídeos porque entienden que eso es lo natural.

No obstante, hay padres que se oponen a que se imparta educación sexual en los centros escolares.

Sí, es un tema que cuesta y en el que entran en juego ideologías, culturas... Cada uno cree que tiene que tener su opinión y no es así. La sexualidad es algo que nos compete a todos. Entender lo que es el sexo saludable y prevenir la adicción contando con expertos es algo que no entiende de culturas ni de ideologías. En casos como este tenemos que ir todos en la misma dirección.

Los datos muestran que el porcentaje de hombres que han visto pornografía en su adolescencia es del 93%. Sin embargo, el porcentaje en las mujeres es bastante más reducido, en torno al 60%. Teniendo en cuenta que tanto niños como niñas son objetivo potencial de este contenido, ¿a qué se debe esta diferencia?

Se debe a muchas cosas, pero principalmente a que dicho contenido está pensado especialmente para hombres. Al final, la mujer sirve para ser desnudada pero no toma decisiones. Entendiendo el contenido que refleja la pornografía, el género que se va a sentir más atraído por estas cosas siempre va a ser el masculino. Es un contenido en el que la mujer incluso es humillada, es difícil que una mujer se pueda sentir representada de alguna manera en una escena de asfixia.

Aun así, el porcentaje de mujeres consumidoras también está creciendo.

Esto tiene varias lecturas, pero la más significativa es que, por la sociedad tan sexualizada que tenemos, las mujeres quieren entrar cada vez más en ese patrón normativo que se ha creado. Piensan que en la pornografía van a aprender cómo se tienen que comportar. Están aprendiendo unos roles que, al final, lo que están generando es que acepten situaciones de abuso o de degradación que no disfrutan, pero que creen que es la mejor forma de contentar al hombre. Pero sí, cada vez el porcentaje de mujeres va creciendo mucho y, con ello, las mujeres que tenemos en consulta.