El obispo destituye al cura de Villafranqueza por llevar años sin registrar bodas, bautizos y comuniones

La diócesis de Orihuela-Alicante ignoró durante más de diez años la situación ocasionada por el párroco, que sufría problemas de salud

Un grupo conversa frente a la entrada de la parroquía de San José de Villafranqueza.

Un grupo conversa frente a la entrada de la parroquía de San José de Villafranqueza. / RAFA ARJONES

Lydia Ferrándiz

Lydia Ferrándiz

Se rompe la conexión espiritual en Villafranqueza. Durante los últimos años, en torno a una década según los vecinos, el cura de la parroquia de San José situada en este barrio de Alicante, José Manuel Menárguez Rocamora, parece haber dejado de documentar los eventos religiosos, invalidando así los actos de fe celebrados en el templo, incluyendo bodas, comuniones, bautizos e incluso las ceremonias fúnebres.

A pesar de más de una década de quejas de los vecinos sobre la actitud del sacerdote, el obispo de Alicante-Orihuela, conocedor desde el primer momento de la situación, no había considerado oportuno relevar a este cura de sus funciones hasta hace apenas unos meses. La destitución se debería a que el párroco sufría desde años problemas de salud que habrían causado el empeoramiento de la situación, una circunstancia de la que el Obispado era conocedor desde el primer momento y sobre la que no actuó hasta este año.

En respuesta a las preguntas de este medio de comunicación acerca de la polémica el Obispado de Orihuela-Alicante ha asegurado que: "siempre se ha intentado conjugar el bien de las comunidades parroquiales con los límites de las personas que las conforman. Los procesos se ajustan a unas decisiones y unos tiempos, que están sujetos a diversos factores humanos, personales e institucionales. Desde el obispado pensamos que este asunto tiene demasiadas implicaciones personales como para ser abordado mediáticamente."

Los vecinos de Villafranqueza opinan sobre el cura que llevaba años sin registrar bodas, bautizos y comuniones

Rafa Arjones

La polémica en torno al cura de la parroquia de San José de Villafranqueza no es nueva. Comenzó en el año 2012 con la llegada del párroco y estalló en 2014 cuando los vecinos expresaron su descontento en una concentración frente al templo exigiendo su destitución por "falta de ejemplo". Incluso, colgaron una pancarta en uno de los balcones de la iglesia que rezaba: "Obispado sinvergüenza, cura vividor".

A pesar de la primera protesta, el Obispado negó problemas con el párroco y rechazó su relevo. Ahora, diez años más tarde de esta primera concentración, la diócesis de Orihuela-Alicante se habría enfrentado a una situación que en los últimos años había empeorado, según denuncian los vecinos del barrio.

Sin casar y sin bautizar

El comportamiento de esta figura eclesiástica fuera de la iglesia y la controversia que gira en torno a la gestión de la parroquia son algunas de las causas por las que los residentes de esta zona alicantina han expresado su descontento. De hecho, los vecinos confirman que el debate en torno al cura ocupa los corrillos y debates vecinales cada día. Junto a estos motivos, los residentes de Villafranqueza también han criticado la «despreocupación» del párroco con el barrio y «la falta de una actitud servicial», en general, desde que el sacerdote se hizo cargo de la iglesia de San José.

Marina es madre de Rocío, una de las vecinas de Villafranqueza que han tenido que rehacer todos los trámites para que el bautizo de su hija quedara registrado en la iglesia. "Bauticé a mi hija en junio y me enteré por una circular que nos mandaron del colegio de que no se había registrado el acto. En principio nos han pedido algunas fotos del acto si tenemos y nos han facilitado un formulario en el que tenemos que indicar la fecha en la que se realizó el bautizo. Aún no lo hemos hecho, pero no creemos que sea muy difícil, por si acaso vamos a dejar que pase un poco el tiempo porque el nuevo cura estará a tope, total desde junio que se hizo, puede esperar".

Rocío, una vecina de Villafranqueza que tiene a su hija sin bautizar por culpa del cura.

Rocío, una vecina de Villafranqueza que tiene a su hija sin bautizar por culpa del cura. / RAFA ARJONES

En esta circunstancia se encuentra también Ernesto, carnicero del barrio, cuyo nieto fue bautizado hace un tiempo y no está registrado. "El cura que ha venido nuevo nos ha dado unos papeles para que los rellenemos con los datos, la fecha y alguna foto que supongo que tendremos que llevar. El anterior cura era una buena persona y nos ha sorprendido todo lo que está pasando porque no nos lo esperábamos y ha dejado a bastante gente perjudicada".

Otro vecino de la localidad está afectado por partida doble: bautizo y defunción. "Falleció mi madre hace unos años y no lo registraron ni nos hicieron un papel, y lo mismo pasó con mi nieto que tiene cinco años y medio, le bautizaron en 2018 y tampoco lo apuntaron. Hace unos quince días mi nuera me avisó de lo que estaba pasando, así que bajamos a la Iglesia a hablar con el nuevo párroco, nos dio un papel que teníamos que rellenar con la fecha y algunos datos y ahora esperamos que la situación se arregle lo más pronto posible, el nuevo cura está haciendo horas extras".

Olvidados por el Obispado

Aunque en lo que coinciden la mayoría de los vecinos es en que el Obispado nunca les hizo caso durante los más de diez años que han estado enviando cartas y realizando protestas para que solucionaran la situación que existía con el párroco. "Esperamos que todo esto pase, el hombre hizo estas cosas porque no estaba bien y el Obispado no nos hizo caso cuando empezamos con las concentraciones y cuando les enviábamos cartas contando lo que pasaba. No sé, si tú como empresa ves que en esta parroquia hace diez años que no fallece nadie o que no se casa nadie, pues deberían sospechar, pero no creo que el cura lo haya hecho con maldad", comenta una vecina.

Aurelia, la dueña del bar en la que el párroco pasaba gran parte de sus días tomando café, asegura que el anterior cura es "una víctima". "Aquí venía a tomar su café solo largo americano, hay cosas que se están diciendo que no son verdad, como que bebería, pero eso es gente que le tendrá manía. Fuera de que no ha cumplido con sus obligaciones no se le puede machacar al hombre. Es una persona que estaba trabajando para el Obispado lo que no comprendemos es como no le exigían un registro, nosotros no sabemos que el hombre no está cumpliendo con su trabajo porque no tenemos forma de saberlo pero el Obispado sí lo sabe y son ellos los responsables de esta situación y los culpables de que aquí se haya llegado a este extremo".

Por su parte, Miguel, peluquero en el barrio, asegura que el sacerdote era "un yonki del café". "Era un secreto a voces que había problemas en la parroquia, aquí ya hicimos propuestas y mandamos cartas al Obispado. Es posible que no estuviera bien de salud, pero el responsable que permitió esta situación fue el anterior Obispo, que es el que tiene la culpa y que no nos hizo caso con nada. El cura citaba a la gente en el bar en vez de en el despacho parroquial y apuntaba las cosas en una servilleta, era un desastre".