El restaurante Castell de Alicante reparte 10 millones en la Lotería de Navidad

El conocido establecimiento del barrio de San Blas vende treinta series del 31938, tercer premio del sorteo, entre sus clientes habituales y trabajadores

En Alicante el restaurante Castell reparte 10 millones en la Lotería de Navidad

Jose Navarro

Alejandro J. Fuentes

Alejandro J. Fuentes

Pintores, albañiles, camareros, policías y vecinos San Blas. El restaurante Castell de Alicante ha repartido este viernes al menos diez millones de euros de la Lotería de Navidad entre sus clientes, para alegría y euforia tanto de su encargado, José Manuel Pastrana, como de cientos de los habituales de este conocido establecimiento del barrio.

En torno a las 12:00 del mediodía, los niños de San Ildefonso ha entonado el que ya es el número favorito de cientos de alicantinos: "31.938... Quinientos miiiil euros". Un número que se ha vendido íntegramente en la administración de lotería "La Mahoma" de Biar (Alicante), que es la que vende los décimos a este restaurante alicantino desde hace años.

Automáticamente, los clientes habituales del restaurante se han acercado al Castell para celebrarlo con José Manuel, su carismático encargado, que ha repartido más de treinta series de este tercer premio: unos diez millones de euros. "Aún no me puedo creer a cuánta gente hemos hecho felices", señalaba.

El teléfono de José Manuel no ha parado de sonar en toda la mañana: vecinos que no se lo creían, gente que tenía su décimo reservado y quería asegurarse de ello y clientes que únicamente buscaban felicitar al hostelero, al frente del restaurante desde hace años.

Premiados

Entre botellas de sidra y cava, gritos de alegría, lágrimas y abrazos interminables. El Castell, un establecimiento que se caracteriza por servir menús del día a cientos de trabajadores de la zona, se enorgullece de haber repartido el premio "entre gente humilde, que lo necesita y que lo merece". Los clientes habituales: albañiles, pintores, electricistas, policías... y quien escribe estas líneas, que no había comprado ningún billete.

¿Y en qué van a gastar el premio? Pues, según comentaban algunos de los clientes presentes este viernes en el Castell, en lo habitual: tapar algunos agujeros, repartir entre la familia y pequeños caprichos como viajes o coches.

A partir de este año, los clientes del Castell siempre recordarán su menú, aunque con un sabor mucho más dulce.