El fondo de saco de la Explanada: otra obra que se eterniza en Alicante

La nueva zona peatonal situada al final de la Rambla acumula un nuevo retraso y se suma a la ya larga lista de trabajos que no han concluido a tiempo

Alejandro J. Fuentes

Alejandro J. Fuentes

No fue en septiembre, en noviembre, en fin de año... Ni tampoco en enero. Las obras del fondo de saco de la Rambla con la Explanada se retrasan, una vez más, después de la última prórroga concedida por el Ayuntamiento.

La remodelación de la zona donde anteriormente se llevaba a cabo el giro de los autobuses públicos debería haber concluido, según la adjudicación inicial, después del verano. Ante la imposibilidad de cumplir con el plazo, la empresa concesionaria requirió al Ayuntamiento una prórroga de tres meses más por motivos que, según alegaba, no eran imputables a la mercantil. Tras el acuerdo, las obras deberían haber terminado el 30 de noviembre, sin embargo, esa tampoco fue la fecha final de la remodelación.

En el mes de diciembre, debido a la proximidad de varias fiestas navideñas que estaba previsto celebrar en la zona donde se desarrollaban las obras, la constructora puso el acelerador: llegaron a verse cuarenta trabajadores al mismo tiempo tratando de completar los trabajos a tiempo para los distintos eventos, entre los que se encontraban conciertos y la fiesta Nochevieja. Estos actos, finalmente, se celebraron. Pero no porque la nueva zona peatonal estuviese terminada, sino porque (como ya ocurrió con la avenida de la Constitución) el Ayuntamiento acordó su apertura provisional antes del fin de las obras.

Los operarios trabajan en la zona.

Los operarios trabajan en la zona. / ALEX DOMÍNGUEZ

Una vez concluido el periodo navideño, y tras una nueva prórroga concedida por el Ayuntamiento, la adjudicataria debería haber dado por finalizados los trabajos de forma definitiva antes de finalizar enero. Otro límite del plazo que tampoco se ha cumplido: este jueves, 1 de febrero, todavía trabajaban en la zona diversos operarios, al mismo tiempo que se mantenía el vallado y la acumulación de materiales de obra y maquinaria.

Una situación, la de que las obras públicas no concluyan en tiempo y forma, que ya es habitual en la capital de la provincia. El fondo de saco de la Explanada con la Rambla engrosa ahora una larga lista de la que ya forman parte la remodelación de la plaza de San Blas, la peatonalización del eje Constitución-Bailén, la avenida Jijona y Maestro Alonso, la renovación del entorno de Marqués de Molins y la Escuela Oficial de Idiomas, la reurbanización de Canalejas, las nuevas plazas de San Antonio y Músico Óscar Tordera Iñesta, el nuevo Pitiu Rochel...

Retrasos generalizados que, según los constructores, podrían deberse a lo ajustado de los contratos públicos ofertados por el Ayuntamiento. Para Javier Gisbert, presidente de la Federación de Empresas de Obras Públicas (Fopa), las licitaciones de los ayuntamientos, por norma general, son «muy ajustadas al coste de las obras», lo que arroja como resultado «márgenes de beneficio muy estrechos». Este problema, según Gisbert, deriva en un «reducido espacio de maniobra» a la hora de revisar los precios cuando surgen inconvenientes o contratiempos.