Las medusas invaden las playas de Alicante en pleno invierno

Los expertos aseguran que se trata de la especie pelagia noctiluca, habitual en esta época del año en las aguas del Mediterráneo, que habrían llegado debido a los temporales y las corrientes marinas

La mayor presencia de estos ejemplares podría suponer un problema de cara al verano debido a su incremento

Medusas en la playa de Urbanova este miercoles.

Medusas en la playa de Urbanova este miercoles. / HÉCTOR FUENTES

Lydia Ferrándiz

Lydia Ferrándiz

Medusas en la orilla de la playa en pleno invierno. La costa alicantina se han visto invadida en los últimos días por enjambres de medusas pertenecientes a la especie pelagia noctiluca o clavel de mar, una variedad de medusa cuya presencia no ha dejado indiferente a nadie. Aunque este fenómeno ha despertado la curiosidad de los paseantes que frecuentan la orilla de la playa, se trata de un evento natural totalmente normal que está asociado con el ciclo biológico de esta especie y que se produce la mayoría de años.

Este fenómento tan llamativo que ha llegado a estos días hasta el arenal de la ciudad se debe a que este tipo de medusa viaja en grandes grupos que se encuentran durante todo el año en mar abierto, en mayor medida cuando ha habido un pico reproductivo, como este año, lo que hace normal su presencia en aguas abiertas durante todas las estaciones. Sin embargo, su llegada a nuestras costas en esta época del año depende en gran medida de las condiciones climáticas, por lo que son los temporales y las corrientes marinas las que habrían llevado a estos grandes grupos de medusas a naufragar en la costa, dejando la orilla de la playa como estos últimos días.

"Esto ya ha pasado otros años, es raro ver bancos tan grandes en invierno, pero es algo que ya ha pasado otros años", ha explicado Gabriel Soler, director del Instituto de Ecología Litoral de Alicante. "Otros inviernos ya hemos visto la llegada de estos grupos en Alicante, no tiene nada que ver que sean inviernos fríos o más cálidos como este, otros años han venido estos grandes bancos y la temperatura del mar ha sido inferior", explica Soler.

La presencia de estos enjambres en las playas en pleno invierno, aunque inusual, tiene explicación. "Este tipo de medusas tiene una población cíclica, cada seis o siete años suele reproducirse en mayor medida y ahora nos encontramos en uno de los picos por lo que los enjambres son más grandes y parece que hayan llegado más de las normales a las costas alicantinas", asegura Juan Guillen, investigador en el Instituto de Ecología Litoral de Alicante. "Ahora estamos expectantes con cualquier anomalía que puedan tener estos enjambres porque han variado muchas situaciones en los últimos años, como la temperatura del mar. Es el momento de observar si hay cambios significativos en esta especie", señala Guillen

Aunque no sea una situación excepcional, los usuarios de las playas sí que deben estar alertas por las picaduras o los accidentes que pudieran ocurrir. "Hay que llevar cuidado y observar si hay acumulación, sobre todo ahora que no hay socorristas en las playas, hay que avisar a la gente de que están aquí porque con el calor que está haciendo hay más bañistas en esta época del año de lo normal y también personas que practican deportes acuáticos", indica Guillen.

Medusas en la orilla de la playa de Urbanova.

Medusas en la orilla de la playa de Urbanova. / HÉCTOR FUENTES

Malas perspectivas para el verano

Los especialistas del Instituto de Ecología Litoral están a la expectativa de posibles anomalías en el comportamiento de estas medusas durante el invierno, ya que una mayor presencia durante las próximas semanas podrían anticipar un verano con mayor concentración de estos organismos en las playas. Guillen explica que normalmente, cuando hay un invierno cargado de medusas, es probable que también las tengamos en verano, a menos que haya corrientes anómalas. "Si siguen apareciendo, será que hay una gran población, y esto puede indicar que este sea un verano con más medusas", señala Juan Guillen.

"Durante los últimos años hemos tenido una situación en la que ha habido pocas medusas y pocas picaduras porque estos organismos no han estado en su pico reproductivo, que es cíclico. Ahora que parece que se encuentran en un punto álgido podría indicar que este verano van a tener mayor actividad", explica Guillen. "Tendremos que estar alerta, lo que pase a partir de Semana Santa será crucial porque ahí podremos empezar a ver si hay una mayor cantidad de medusas que puedan ser preocupantes para la temporada estival, que es cuando hay un mayor número de bañistas en las playas y cuando pueden ser más preocupantes", indica el investigador.

Clavel de mar

Esta especie de medusa es de color violeta rosácea brillante. La parte superior es semiesférica y algo aplanada, con lóbulos alargados y redondeados, pudiendo alcanzar hasta 20 cm de diámetro. Las medusas adultas viven más de dos años y se reproducen en dos períodos del año, primavera y otoño. Presentan un crecimiento rápido: los juveniles pueden duplican su masa en 24 horas.En el mar Menor es una especie escasa y solo aparece cuando los temporales de levante las introducen a través de las golas pero suelen morir al cabo de las pocas horas o días. 

Su nombre científico, Noctiluca, hace referencia a que esta especie brilla en la oscuridad. Cuando es excitada se produce una corta luminiscencia que deja una estela detrás y se va desvaneciendo poco a poco. Es la especie más frecuente en el Mediterráneo y su picadura causa molestias a modo de quemadura y solo se produce una profunda irritación.