Entrevista | Rosa López Psicoanalista

"Las nuevas generaciones se angustian desde niños si no se divierten lo suficiente en su cumpleaños"

Miembro de la Asociación Mundial del Psicoanálisis y de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, Rosa López hablará este viernes en el Club INFORMACIÓN de Alicante sobre "El negocio de la felicidad y sus estragos"

La psicoanalista Rosa López, que el viernes intervendrá en el Club INFORMACIÓN

La psicoanalista Rosa López, que el viernes intervendrá en el Club INFORMACIÓN / INFORMACIÓN

J. Hernández

J. Hernández

La conferencia "El negocio de la felicidad y sus estragos" comenzará este viernes 15 de marzo a las 20 horas y finalizará a las 21.15 horas aproximadamente en el salón de actos del Club INFORMACIÓN, en avenida Doctor Rico 17 de Alicante, organizada por el Instituto del Campo Freudiano-Seminario de Fundamentos del Psicoanálisis en Alicante. Presentará el acto Óscar Ventura, psicoanalista, psicólogo clínico y docente del Instituto del Campo Freudiano; miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Entrada libre limitada al aforo del local.

¿La felicidad se ha convertido en un negocio? 

Yo diría que es el negocio más rentable del capitalismo liberal propio de esta época. Desde los terapeutas de toda índole, los gurús, los coaches, los escritores de libros de autoayuda, pasando por la industria del entretenimiento cuyos tentáculos abarcan un espacio mucho más grande del que podamos imaginar. Incluso las estrategias políticas que promueven el atractivo de una ciudad en base al disfrute que ofrece y compiten por ver quién tiene más bares, más libertad, menos restricciones. La propia industria del turismo, del que este país depende en gran medida, está sostenida en la fantasía neurótica de que el solo hecho de viajar proporciona la felicidad.

"La propia industria del turismo, del que este país depende en gran medida, está sostenida en la fantasía neurótica de que el solo hecho de viajar proporciona la felicidad"

¿Estamos obligados a ser felices y a sentirnos culpables de no sobreponernos a las dificultades?

Reconocemos que el ser humano de cualquier época tiene una aspiración legítima a la felicidad como deseo, otra cosa es convertir la felicidad en un “derecho” de todos los ciudadanos, tal como fue inscrito en la constitución de los Estados Unidos. Este gesto produce un efecto perverso pues el paso del deseo al derecho termina convirtiendo la felicidad en una obligación. Un imperativo que el discurso actual transmite constantemente sin que nos percatemos de ello. El psicoanálisis puede reconocer que hay un derecho a la satisfacción, pero advierte sobre los estragos que provoca cuando se convierte en un deber. Nada obliga a nadie a gozar a excepción del superyo, que nos empuja a algo imposible: la satisfacción absoluta.

"El psicoanálisis puede reconocer que hay un derecho a la satisfacción, pero advierte sobre los estragos que provoca cuando se convierte en un deber"

¿Qué estragos causa no conseguir esa ansiada felicidad?

Hay que ser feliz pero como nadie sabe en qué consiste la felicidad, la cuestión se va degradando hacia la formulación “hay que disfrutar”. Se trata ya de un empuje al goce que se va separando de los ideales invitándonos a que cada uno obtenga su propia satisfacción sin preocuparse de lo común, de lo político, del lazo social. Los estragos de una posición así no tardan en aparecer. Como la satisfacción obtenida nunca es suficiente, el imperativo a gozar se hace cada vez más voraz y pide más y más satisfacción. Nos encontramos, entonces, con el empuje a obtener un placer infinito, ilimitado, que confina con la muerte. El ejemplo máximo nos lo ofrecen las adicciones que van generalizándose cada vez más. Ya no se reducen al alcoholismo o las drogas, sino que todo es susceptible de ser formulado como una adicción: el sexo, el trabajo, la compulsión a las compras, el enganche al ordenador, la adicción a la comida. ¿A qué responde este fenómeno tan actual? Lo podemos entender si pensamos que todas estas supuestas adicciones son respuestas a los imperativos superyoicos que dicen: “¡Come!, ¡Bebe!, ¡Practica el sexo!, ¡Compra!, ¡Sé feliz!, ¡Disfruta de todo!.

"Todo es susceptible de ser formulado como una adicción: el sexo, el trabajo, la compulsión a las compras, el enganche al ordenador, la adicción a la comida"

¿Son los jóvenes los que más están sucumbiendo a esto? ¿Qué papel tienen las redes sociales, los selfis y la imagen? ¿Es una felicidad disfrazada gracias a los filtros?

Diría que nos afecta a todos, que nadie está a salvo, pero, efectivamente las nuevas generaciones no conocen otra cosa y desde niños ya empiezan a angustiarse si no se han divertido lo suficiente en su cumpleaños. Se van configurando nuevas subjetividades muy determinadas por el goce que se obtiene en las pantallas, que por supuesto, nunca es suficiente. Si tienes mil likes, quieres un millón como aquellos otros que lo han conseguido. La locura llega al extremo de poner en riesgo la vida, como se comprueba en los llamados 'selfis imposibles’. Hacerse una selfi con una pistola cargada apuntando a la cabeza, subido al techo de un tren en marcha, agarrado con una sola mano al borde de un rascacielos, son solo algunas versiones de las llamadas selfies imposibles. El número de muertes por obtener el retrato más impactante va creciendo cada día. En la clínica psicoanalítica vemos casos de jóvenes que se dejan la vida (en el sentido figurado) por colgar una selfi capaz de obtener miles de likes y que se deprimen si perciben que les falta uno.

"El número de muertes por obtener el retrato más impactante va creciendo cada día"

En EE UU hay gente que prefiere vivir en la calle a pedir ayudas porque para ellos es un fracaso no triunfar. ¿En España también está pasando?

La cultura de Estados Unidos es muy particular y a la vez es la que se va imponiendo en el resto del mundo. Efectivamente, fracasar en la “tierra de las oportunidades” es tan insoportable que los vagabundos proliferan por las ciudades y no se acogen a las ayudas que se les ofrece por el sentimiento de haber fracasado. El desamparo humano al que conduce el capitalismo salvaje es brutal. Las personas que no entran en el sistema van cayendo como si fueran residuos inservibles. En España y otros países que aún conservan el espíritu de la familia, el desamparo no es tan grave. Hay una cultura de cuidados que amortigua esta tendencia a la soledad y al que cada uno se las arregle como quiera. Veremos si puede mantenerse.

¿Por qué cada vez más personas recurren a coaches, terapias, autoayuda, sanadores? ¿Qué vacíos quieren cubrir? ¿Es una forma de autoengaño? ¿Se logra ser más feliz?

Efectivamente, lo que está en juego es del orden de un vacío que está en el centro de estos extraños “seres hablantes” que somos los humanos. Los únicos seres del planeta que nos interrogamos sobre el sentido de la vida, que buscamos una satisfacción que va más allá de la necesidad, que pensamos en la muerte y que nos perdemos en todo lo relativo al sexo. Las terapias que prometen un horizonte de felicidad y autoestima son claramente engañosas, así como el sujeto que elige estos atajos prefiere el engaño antes que enfrentarse a sus síntomas.

"Las terapias que prometen un horizonte de felicidad y autoestima son claramente engañosas, así como el sujeto que elige estos atajos prefiere el engaño antes que enfrentarse a sus síntomas"

¿Cuáles son las claves de la felicidad?

No hay claves de la felicidad, salvo las que promueve el marketing industrial que se nutre de venderlas.

De cara a los jóvenes, ¿qué enseñarles para cuando se hagan mayores y pierdan la belleza y juventud que no es eterna pese a los artificios que permiten los programas de imagen?

La fantasía de la eterna juventud existe desde siempre. La diferencia actual es que la ciencia dispone de recursos para realizarla, y las tecnologías permiten una edición de las imágenes cada vez más lograda. Esta semana hemos conocido el absurdo revuelo mediático que se armó por una fotografía que la princesa Kate Middleton colgó en su cuenta oficial de Instagram. La princesa retocó su foto de tal modo que la posición de uno de sus brazos muestra una deformidad. La prensa sensacionalista británica hizo circular el error por todas las redes sociales. Precisamente señalo este ejemplo porque se trata de un síntoma. La princesa es una excelente fotógrafa y emplea los mejores programas de edición. Aun así, su inconsciente le jugó una mala pasada.

"La fantasía de la eterna juventud existe desde siempre. La diferencia actual es que la ciencia dispone de recursos para realizarla"

¿Intentar prolongar la vida es un delirio?

El delirio de prolongar cada vez más la vida y congelar la belleza forma parte de ese imperativo contemporáneo a traspasar todo límite, a negar la imposibilidad. Eso tiene una 'contracara' de muerte y desolación, porque se promueven narrativas irrealizables que se incorporan como fracasos individuales. Para el psicoanálisis, las políticas educativas están llenas de buenas intenciones, pero no sirven para cambiar la relación de las personas con los misteriosos modos de obtener satisfacción. No poseemos una fórmula universal, ni para los jóvenes ni para nadie. La experiencia de un psicoanálisis es un intento de abrir los ojos, de despertar de la fascinación imaginaria en la que estamos cada vez más cautivos.