Se vende. Es el capítulo que pondrá fin a la historia del Casino de La Vila. Así lo confirmó ayer la persona encargada de su venta, quien informó que el emblemático edificio puede ser utilizado por los futuros propietarios para cualquier cosa menos para sala de juegos. El precio no lo desveló. "Tenga en cuenta que es un edificio emblemático de La Vila, y que hubo mucho follón con su cierre, no damos el precio por teléfono, y menos a un periódico", explicó el vendedor.

La superficie en venta es de 43.300 metros cuadrados, más 3.500 de construcción. Así lo indica el cartel colocado dentro del solar, y en el que figura el teléfono de la persona que da cita a los posibles compradores. Pero ni cartel, bien visible desde la carretera, ni declaraciones del vendedor son suficientes para hacer que la mercantil Casinos del Mediterráneo SL, filial del grupo Acrismatic, propietaria de la histórica sala, confirme o desmienta esa situación.

Pese a los reiterados intentos de este medio en saber el importe aproximado que se pide por la parcela y el edificio, y en conocer si con esta venta la empresa se despide definitivamente del municipio, la mercantil no ha querido hacer declaraciones.

Ni confirma ni desmiente. Se limita a responder que ahí está el cartel, y cada uno que saque sus conclusiones. Sí se pronuncia, sin embargo, sobre la situación de algunos de sus exempleados.

Según apuntaron desde el grupo Acrismatic, las 121 personas que pactaron el ERE (Expediente de Regulación de Empleo), han cobrado ya el total de las indemnizaciones, por lo que sólo queda saber qué pasará con los únicos cuatro trabajadores que se negaron a aceptar las condiciones planteadas y que continúan con sus recursos judiciales (cuya última vista fue este martes).

La mercantil recuerda además el acuerdo al que llegó con el Comité de Empresa, "cuando ya se tenía aprobado el ERE por la autoridad laboral, ya que se mantuvo la propuesta económica que se ofreció al Comité durante el periodo de consultas". En definitiva, que la empresa destaca que "ofreció a todos los trabajadores una sensible mejora en las indemnizaciones económicas", que ya han cobrado.

De mano en mano

Esta no es la primera vez que el casino de La Vila se vende, aunque sí la primera que lo hace sin vistas a poder volver a ser usado para el juego. La primera vez que se puso en venta fue en 1995. El grupo mayoritario propietario de la sala, tras años de esplendor y glamour, afirmó tener pérdidas. El Consell negoció su deuda, hubo movilizaciones ante su posible cierre, y una auditoría desveló que la gerencia desviaba fondos a empresas asociadas. En aquel momento, un francés llamado Roch Tabarot anunció su intención de comprar la sala. Pero un año después la Conselleria, a cargo de ésta, seguía esperando un plan de viabilidad. El negocio salió a la venta a un precio inicial de 700 millones de pesetas, pero el establecimiento terminó siendo embargado en el año1997.

Con Hacienda al frente la deuda se redujo, fue recuperándose hasta que un año después la sacó a concurso público, tanto la explotación de la sala como los bienes de negocio, y se inició el proceso para conceder una nueva licencia. Llegó entonces Casinos del Mediterráneo, y la sala levantó el vuelo. Aún así, hace un año la empresa anunció que en 2009 había perdido 14,6 millones de euros y cerró la sala en marzo de 2010. Los trabajadores lo achacaron a la inversión en el casino de Alicante y comenzaron las movilizaciones, pero esta vez las protestas fueron en vano. La Dirección General de Trabajo dio luz verde al expediente de regulación de empleo para extinguir los puestos que quedaban en mayo del año pasado. El mismo mes, el gobierno local de La Vila dio luz verde a la urbanización de la zona. Era el final a un lugar con más de 30 años de historia, que hoy está en venta.

13.204 personas pidieron una investigación y siguen esperando respuesta

Por otra parte, las 13.204 personas que estamparon su firma en la campaña realizada por los extrabajadores del casino para solicitar al Consell explicaciones sobre el procedimiento realizado por la mercantil, y la suspensión de la actividad, siguen esperando respuesta. Nada han respondido las Cortes Valencianas al escrito presentado con estas firmas por el Comité de Empresa en noviembre del pasado año. Y no son los únicos que se quedaron sin explicaciones. También el PSOE pidió saber el pasado abril si existía un acuerdo entre la empresa y la Generalitat Valenciana por el que se destinaba una cantidad importate a la Ciudad de las Artes y las Ciencias; así como si la licencia del Casino de La Vila, como apéndice del principal, había caducado, y las razones por las que la Generalitat autorizó el ERE contra el informe de la Inspección de Trabajo de Alicante. El anterior ejecutivo no respondió. Sus preguntas ya han quedado en el limbo.