Las calles de Benidorm se llenaron ayer hasta la bandera para recibir a los Reyes Magos, en una de las tardes más mágicas del año y que llenó de ilusión a los más pequeños. Melchor, Gaspar y Baltasar, representados este año por Lorenzo Cervera, Mariano Cebrián y Marlon Roy Wolf, llegaron a la ciudad acompañados por un séquito de más de medio millar de personas, entre músicos, boatos, malabaristas, payasos, personajes de animación y superhéroes, distribuidos en una decena de carrozas que dieron preludio a la aparición de los personajes más esperados. Como novedad este año, la Cabalgata de Benidorm recuperó la presencia de animales, entre los que destacaron como en años atrás el grupo de ocas que despertó los aplausos de grandes y mayores.

El desfile se inició pasadas las seis de la tarde desde el Parque de Elche y estuvo recorriendo las principales calles del centro durante más de dos horas, hasta que, al filo de las 20.30, Sus Majestades de Oriente desembarcaron de sus tres carrozas, que simulaban camellos, en la Plaza de la Navidad. Primero, los Magos obsequiaron con oro, incienso y mirra al niño Jesús del Belén viviente organizado como cada año la ARC La Barqueta y, después, recibieron a cientos de niños para fotografiarse junto a ellos y entregarles un pequeño regalo.

La Cabalgata tuvo dos partes bien diferenciadas, una primera más lúdica, en la que todo el protagonismo corrió a cargo de los muñecos y personajes de ficción, ballets y otros participantes; y una más tradicional, que abrió la Estrella de la Navidad y que, además, contó con la presencia del personaje del Rey Herodes, el Cartero Real -interpretado por Mamen Mayor, presidenta de la Associació de Penyes-, un Belén viviente, pastores, romanos y los pajes de los Magos. El incremento de participantes se notó con respecto a años anteriores, lo que hizo que en algunos tramos se produjeran cortes por la puesta en escena de algunos grupos de animación y que el resto tuviera que ir a la carrera para después poder reagruparse. Aún así, el público aplaudió el resultado final de la Cabalgata, que se cerró con un vistoso castillo de fuegos artificiales.