Así se enfriaba el chocolate en una fábrica de La Vila en el siglo XIX

Con la llegada de la electricidad a la Vila Joiosa, a finales del siglo XIX, se fueron sustituyendo los antiguos secaderos (galerías subterráneas para enfriar el chocolate) por cámaras refrigeradoras. Una de esas máquinas ha salido a la luz durante la realización de un informe etnográfico previo a la demolición de un inmueble de la Calle Ramón y Cajal, en la esquina Ciutat de València. El hallazgo sorprendió a los técnicos al tratarse de una pieza única y de la que no se tiene constancia de ninguna más en el municipio que servía para enfriar el chocolate.

La ciudad tiene una gran relación con este dulce producto y en sus calles se huela casi a diario. Así, los materiales y maquinaria que se utilizaba para elaborar el chocolate se encontraba en las pequeñas fábricas que funcionaban en la localidad. La que ha localizado el personal del Servicio Municipal de Arqueología y Patrimonio Histórico perteneció a la fábrica de Chocolates Uris, que ocupaba los bajos del inmueble que va a ser demolido.

La cámara estaba en su lugar original. La pequeña fábrica ocupó los bajos del inmueble entre aproximadamente 1953 y 1978. Con la llegada de la electricidad a la Vila a finales del siglo XIX se comenzaron a utilizar estas máquinas que eran grandes armarios con ranuras para introducir bandejas con el producto, que se cerraban de forma estanca para mantener la temperatura. Una vistosa máquina eléctrica (también recuperada) enfriaba el interior. 

El Servicio Municipal de Arqueología y Patrimonio Histórico se puso inmediatamente en contacto con Pedro López, presidente de Chocolates Valor, para estudiar la conveniencia de recuperar la pieza. Comprobado su interés, Chocolates Valor y el Ayuntamiento de la Vila Joiosa unieron esfuerzos para recuperarla y trasladarla a los laboratorios de restauración de Vilamuseu, con permiso de su propietario, Antonio Uris.

Además, Vilamuseu ha realizado una exhaustiva entrevista en vídeo a Antonio Uris, para recuperar la información histórica y etnográfica de la fábrica, así como a Dominga López y a Antonio López, veteranos del sector que también trabajaron con piezas como esta. También ha recogido otros objetos de la fábrica, donados por el Uris al museo, y ha preparado la cámara para su traslado. 

La empresa chocolatera ha aportado su asesoramiento y, especialmente, los servicios de dos empresas que, bajo la dirección del departamento de restauración de Vilamuseu, han demolido los tabiques a los que se adosaba la pieza y la han transportado a los laboratorios del museo. Esta ha sido la tarea más difícil y delicada por su gran envergadura, según explicaron desde el Ayuntamiento. Ahora va a comenzar de inmediato su restauración, ya que, a pesar de encontrarse en muy buen estado para su antigüedad, la madera presenta ataques de insectos xilófagos.

Esta acción ha supuesto un paso más en la colaboración entre el Ayuntamiento y Chocolates Valor, que tuvo sus primeros frutos con la creación en 1998, en la propia fábrica, del Museo Valenciano del Chocolate, cuya dirección técnica ostenta Vilamuseu con un convenio entre ambas entidades. El alcalde Andreu Verdú ha querido resaltar la importancia de la colaboración entre el sector privado y el Ayuntamiento de "cara a poner en valor nuestro extenso patrimonio histórico y etnográfico y ha agradecido en este caso al propietario y a todas las empresas que han participado de un modo u otro en la recuperación de esta cámara".