Podría haberlo titulado, la historia de un ser único, increíble.

Acaba de comenzar el invierno, pero estamos muy cerca de otra fecha que es muy importante para los católicos porque el próximo día 24 se celebra un aniversario importante, el nacimiento de Jesús de Nazaret. Al parecer sucedió cuando se empiezan a contar los años.

Lo previo a esta historia se recoge en lo que se llama el Antiguo Testamento, que es la primera parte de la Biblia cristiana. La segunda parte de la Biblia es el Nuevo Testamento. En él se recogen los hechos relativos a la vida, y crucifixión de Jesús de Nazaret, así como diversos hechos sucedidos en las primeras décadas del cristianismo.

Cuando yo era niño lo estudiábamos cómo la Historia sagrada incluida en la asignatura de religión.

La historia De Jesús de Nazaret es muy interesante; Se cuenta que nació en una cueva en Belén. Fueron a visitarle tres Reyes Magos de Oriente, Melchor, Gaspar y Baltasar que le llevaron oro incienso y mirra. Para llegar allí fueron guiados por una estrella que les iluminaba el camino por la noche.

Qué Jesús naciera fue un milagro, pues su madre, María era Virgen es decir no había tenido relación alguna con un hombre para concebirle. Tenía, eso sí un padre que era carpintero y se llamaba José.

Seguramente hubo un segundo milagro y es que la mujer porta en sus células solo cromosomas X, es decir que sí tuvo un hijo debería haber tenido la aportación de un cromosoma Y, ofertado por un hombre.    

Al parecer luego la vida de Jesús tuvo dos periodos, uno qué fue privado y qué duró 30 años y otro público que duró tres años; Al parecer en ninguno de ellos conoció a mujer desde el punto de vista sexual. Jesús abandonó su Nazareth natal, que era parte del imperio romano y se dirigió a Judea, una tierra desértica, y lo hizo para recibir el bautismo de manos de san Juan Bautista junto al rio Jordán.

Cuando hizo notar su presencia en la sociedad, sus actuaciones hicieron de él lo que podríamos considerar un revolucionario. Predicó tanto en sinagogas como al aire libre, y las muchedumbres se congregaban para escuchar sus palabras.

Escogió a sus principales seguidores o discípulos más próximos, llamados los apóstoles, en número de doce,: Juan, Simón, al que llamó Pedro, que significaba piedra y sobre esa piedra levantaría su iglesia; Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo que era un publicano, es decir cobrador de impuestos, lo que acarreó a Jesús numerosos reproches de los fariseos.; Santiago el mayor, Santiago el Menor, Andrés, Judas Tadeo; Matías, Felipe, Mateo, Tomas, Simón el Cananeo, Bernabé y Judas Iscariote, que posteriormente traicionaría a Jesús, lo vendió por 30 monedas .

La originalidad de su mensaje radicaba en la insistencia en el amor a los enemigos, así como en su relación estrechísima con Dios.

Según los evangelios, escritos por 4 de los apóstoles, durante su ministerio Jesús realizó varios milagros; se narran veintisiete, de los cuales catorce son curaciones de distintas enfermedades, cinco exorcismos, tres resurrecciones, dos prodigios de tipo natural y tres signos extraordinarios.

Al parecer Jesús fue apresado por Poncio Pilatos, miembro del orden ecuestre y quinto prefecto de la provincia romana de Judea, entre los años 26 y 36.  

Ofreció al pueblo la opción de liberar a Jesús o a Barrabás, ciudadano que estaba encarcelado por haber participado en un motín en el que se había cometido un homicidio; san Juan indica que era un bandolero y san Mateo, le cita como un preso famoso

La pena para su crimen habría sido la crucifixión, pero existía una tradición que permitiría o requeriría que Pilatos indultara a un preso sentenciado a muerte durante la Pascua mediante aclamación popular. La gente reunida habría aclamado popularmente la liberación de Barrabás, con la consecuente crucifixión de Jesús, que fue condenado a morir en la cruz, concretamente en el monte de los olivos. Se sabe que Pilatos se lavó las manos en esa decisión.  Jesús fue obligado a cargar la cruz en la que iba a ser crucificado hasta un lugar llamado Gólgota, que en arameo significa ‘lugar del cráneo’. Le ayudó a llevarla un hombre llamado Simón de Cirene.

Algo curioso qué sucedió allí, y es que un soldado romano llamado Longinos le atravesó con su lanza; al parecer lo hizo para liberarle de sus dolores; puede pensarse que fue el comienzo de lo que es la muerte dulce, la eutanasia.

En el monte de los olivos había otras dos cruces junto a la de Jesús. A la derecha estaba la de ladrón bueno que se llamaba Dimas y a la izquierda la del ladrón malo, que se llamaba Gestas.

El ciudadano Jesús era un sujeto muy peculiar porque era en sí mismo un Dios, qué a su vez era hijo de Dios padre y al mismo tiempo el Espíritu Santo. Vino a la tierra a morir porque se ofreció al Dios padre a hacerlo para que no fuera duro en su castigo de los humanos.

La figura de Jesús está presente en varias religiones. Para la mayoría de las ramas del cristianismo, es el Hijo de Dios y, por extensión, la encarnación de Dios mismo. Su importancia estriba asimismo en la creencia de que, con su muerte y posterior resurrección, redimió al género humano. El judaísmo niega su divinidad, ya que es incompatible con su concepción de Dios. En el islam, donde se lo conoce como Isa, es considerado uno de los profetas más importantes, rechazando al mismo tiempo su divinidad.