Miguel Hernández, María Zambrano y San Juan de la Cruz, punto de encuentro

El primer movimiento quedó escrito en la conferencia que ofreció en junio de 2021 en Linares sobre Miguel Hernández y María Zambrano. El segundo, el acercamiento al poeta en relación con San Juan de la Cruz que realizó en mayo de este año de la mano de la Fundación Legado Literario Miguel Hernández de Jaén. La sinfonía debía llegar uniendo ambas partes por la conmemoración del 80 aniversario de la muerte del escritor oriolano y así surgió Miguel Hernández. Concierto para tres, un ensayo en el que Marifé Santiago Bolaños pone a dialogar a través de sus textos y de sus influencias a estas tres grandes figuras de la literatura.

«Entre mis recuerdos, hay una fotografía que nunca se hizo y, sin embargo, su escritura de luz alumbra este momento en el que escribo tratando de preludiar la proximidad simbólica entre Miguel Hernández, Juan de la Cruz y María Zambrano», asegura la doctora en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid y profesora de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

Este libro, publicado por la Fundación Legado Literario Miguel Hernández en la Editorial Huso, reúne estas dos conferencias que la autora recoge también «como un homenaje al amor encarnado en una mujer, Josefina Manresa, la novia, la amante, la compañera de Miguel Hernández».

Lo que fue escrito para ser leído, se plasmó finalmente en un libro. De pronto se convertía «de una manera tan bonita» en un libro por el 80 aniversario de la muerte del poeta. «Son esas dos conferencias añadiéndole, por ejemplo, una introducción en la que cuento la razón del libro y la forma en la que se ha ido concibiendo, y también la inclusión de una fotografía inédita, que es una imagen hermosísima de Miguel Hernández en la inauguración del II Congreso de Escritores para la Defensa de la Cultura en 1937, del fondo Guillermo Fernández Zúñiga, que se ha tenido que restaurar».

En la primera parte, Marifé Santiago pone a dialogar al poeta oriolano con la filósofa y ensayista María Zambrano «en torno a los vínculos de amistad y sueños compartidos», a través de los textos que ella escribe «sobre su amigo». 

Aquí «es Zambrano la que nos lleva hasta el poeta, que acaba siendo un encuentro entre los textos de ambos». Miguel encontró en ella «esa amiga a la que puedes contar cosas porque puede entenderte, por lo que él se siente protegido. Y ella encontró al poeta casi como el futuro que se avecinaba y como un tesoro que había que proteger».

La autora lo define como «una sublimación de la amistad y el reconocimiento a los amigos, que podía hablarnos de fraternidad, de sororidad, de compañerismo».

Un amigo a quien admira

Cuando Zambrano menciona a Hernández «habla de un amigo a quien admira, que sabe que tiene una obra que transciende la circunstancia. Y eso que trasciende es la poesía y ahí enlaza también con Juan de la Cruz».

En la segunda parte, San Juan de la Cruz se encuentra con Miguel Hernández. «No tenemos textos del poeta hablando de San Juan de la Cruz, pero hay muchas similitudes entre los dos y no es algo difícil de encontrar porque hay analogías, hay pasillos en la historia, hay un afán de amor en ambos».

La lectura de San Juan de la Cruz «abre un universo de sentidos al poeta, fue como el despertar de la belleza», resalta. «Las cartas que escribe a Josefina están llenas de poesía y amor, con lo cual yo creo que todo es muy sanjuanista». El autor de Viento del pueblo también utiliza el término azucenas como «un símbolo de la esperanza».

Los tres, afirma la experta en la relación entre Filosofía y creación artística, «están muy cerca». Además, María Zambrano tiene muchos textos en torno a San Juan de la Cruz, «lo que ha permitido recuperar su voz también en esta segunda parte».