Entrevista

Marilia, excomponente de Ella Baila Sola: “Es necesaria una mirada hacia la mujer más amable y que no juzgue”

“La genialidad femenina está presente en todas las áreas culturales; nos perdemos algo fantástico no reconociéndola”, afirma

Marilia.

Marilia. / / CEDIDA

Ágatha de Santos

Bisnieta del lingüista Julio Casares, compuso su primer tema con once años y se inició en la industria musical en 1996 con el dúo Ella Baila Sola. Temas como “Cuando los sapos bailen flamenco”, “Amores de barra” y “Mujer florero”, que denuncia la presión social sobre las mujeres para que estén perfectas, se han convertido en clásicos del pop español.

Marilia estará en Vigo mañana, aunque no para cantar, sino para participar en el panel “Globalización e igualdad en escenarios complejos” de las jornadas formativas “Las políticas de igualdad” que organiza el Concello de Vigo dentro de la programación del 8M hoy y mañana en la Sede de Afundación. Sí lo hará el 22 en Pobra de Tribes, donde actuará dentro de la gira nacional de su último disco, “Baila conmigo”. “Yo soy feliz haciendo canciones. Espero poder tocar pronto en Vigo”, afirma la artista por teléfono.

En la última gala de los Goya el acoso sexual fue una denuncia recurrente. ¿Cuál es la situación en el sector de la música?

No creo que éste sea un problema exclusivo de un área, sino algo que sucede en todos los sectores y creo que el camino para acabar con ello lo tenemos que hacer juntos hombres y mujeres. Creo que es muy importante que podamos hablar de ello e intercambiar experiencias e impresiones, cada uno desde lo que es. Yo soy músico y la música es mi vehículo de comunicación. Estamos en un momento de aprendizaje constante y la música siempre nos ha acompañado y ha sido una gran transformadora. La música es un vehículo de amor y de expresión que muchas veces está por encima de lo que puedan expresar las palabras y es la vía que yo he elegido también para llegar al corazón y para poner mi granito de arena. Yo hago canciones porque de niña la música me abría nuevos mundos y me hacía viajar, me llenaba de esperanza. Para mí, la música es uno de los lenguajes universales que nos unen, incluso teniendo pensamientos distintos, y me parece que hoy, más que nunca, necesitamos esa unión.

¿A las cantantes se les valora por lo que cuentan o sigue pesando más su imagen?

Yo siento que estamos avanzando, que siempre al mirar atrás hay un camino recorrido que hay que reconocer, que vamos modificando comportamientos, pero también es verdad que hay una mirada hacia la mujer que tenemos que suavizar. Es necesaria una mirada más amable y que no juzgue, y creo que en este sentido tenemos mucho que caminar aún. Recientemente, el Museo Thyssen organizó una exposición, “Maestras”, en la que tuve la suerte de tocar, que repasaba cuatro siglos de mujeres pintoras brillantes en sus diferentes épocas, pero obviadas en los libros que leemos. Y esto es una pena. La genialidad femenina también está presente en todas las áreas culturales y nos perdemos algo fantástico no reconociéndola.

¿La globalización facilitará o entorpecerá la igualdad?

Creo que estamos en medio de tantos cambios que es difícil, al menos para mí lo es, anticiparse a lo que puede pasar. La industria de la música, que es la que yo conozco, ha sufrido tantos cambios en los últimos años que es absolutamente diferente a cuando yo comencé hace 30. Vivimos muy rápido, en un momento que invita a la confusión. Hay una tendencia a buscar el clic y nos hace falta un poco más de reflexión.

¿Qué poso le gustaría que dejasen sus canciones?

La vida no es siempre fácil, pero tenemos, afortunadamente, la posibilidad de buscar aquello que nos ayuda a estar bien y a querernos a nosotros mismos, y para mí es un honor que alguna de mis canciones pueda ayudar. En mis conciertos veo a madres con sus hijos, a padres con sus hijos, a grupos de amigos, y también a gente muy joven que busca canciones con historias y me siento honrada. Me hace mucha ilusión que alguno de mis temas haya acompañado a alguien y le haya hecho sentir que no está solo en el camino.

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