Carlos Javier Cebrián: "Yo escribo porque no comprendo el mundo ni a mí mismo"

El escritor presenta sus libros de artículos "La alegría de escribir" y "Ejercicios de incertidumbre" este sábado, a las 19 horas, en la escuela de arte Requetearte de Elche

Carlos Javier Cebrián

Carlos Javier Cebrián / Mercedes Aranzueque

Eduardo Boix

Carlos Javier Cebrián (Salies de Béarn, Pau, Francia) 1965. Desde 1975 reside en Elche. Además de poeta y escritor, es editor, gestor cultural, diseñador gráfico y miembro de la editorial Frutos del tiempo. Coordina para la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Elche el ciclo titulado La dignidad de la palabra. Tiene publicados los siguientes poemarios: Poemas de lluvia y alquitrán (1987); Heroína (1991); Humo que se va (1999); Celebración del Milagro (2005); Estragos (2012); Bagatelas (2016); Vida de poeta (2018); y la obra que nos ocupa, Maneras distintas de amar (o des-amar) (2020).

Usted coordina para la concejalía de cultura del ayuntamiento de Elche el ciclo titulado La dignidad de la palabra ¿Es digna la palabra? ¿Dignifica la palabra?

Juan José Millás, cuando estuvo en nuestro ciclo nos dijo que el título era un poco ingenuo, porque las palabras son dignas o no según quién y cómo las dice, es decir, depende de su utilización. Yo pese a estar de acuerdo con esto, defiendo nuestro título y defiendo la palabra digna. El nombre del círculo es obra de Ángeles Campello, nuestra secretaria, y me parece muy acertado, ya que de la misma manera que el arte nos salva y dignifica, lo hace la palabra. Por otra parte, también creo que las palabras nunca son inocentes, y escribo sobre ello parafraseando a Chantal Maillard, "las palabras no son inocentes, llevan un lastre, cuando pensamos lo hacemos con palabras que lo acarrean, tal como hablamos, pensamos, y tal como pensamos, actuamos". Y sobre ello intento escribir.

En uno de sus textos dice: "Llevo toda mi vida luchando contra molinos de viento, que es lo mismo que decir que no he dejado de luchar contra mí mismo" ¿Son por tanto sus textos un ajuste de cuentas contra sí mismo?

No exactamente. Yo escribo porque no comprendo el mundo ni a mí mismo, así que más que un ajuste de cuentas, que en algún momento pueden serlo, son un ejercicio de autoconocimiento. Una defensa contra la incomprensión, una manera de aceptarme, así que creo que es todo lo contrario a lo que me pregunta.

Huye de esas etiquetas de la alta literatura en general y de la poesía en particular. Como dice el joven poeta Mario Obrero: Hay que bajar la poesía de los estantes altos para tenerla a mano ¿Es la poesía por y para el pueblo o solo para unos pocos?

Bueno, la literatura y la poesía, en lo general y en lo particular, son para los lectores. Hablar de pueblo es algo muy generalista y arbitrario. Veo un condicionante político en eso, que tampoco está mal, porque, por supuesto, los lectores, sean quienes sean y vengan de donde vengan, son pueblo. Yo ese comentario de Mario lo entiendo más como una idea de no "elitizar" la literatura, la poesía en particular.

En su obra literaria hay mucha música. La música es parte de su vida ¿Tan necesaria es la música en su creación?

Lo diré sencillamente, yo si volviera a nacer me pediría ser Frank Sinatra, o Mozart. No entiendo la vida sin música. Para mí la música es el Arte Mayor, el más emocionante. Y siempre es parte fundamental de la educación sentimental del individuo. Me arrepiento de no haber estudiado música, aunque lo intenté a los 18 años matriculándome en el Conservatorio para estudiar guitarra clásica, pero llegué tarde, como casi siempre, una de mis facultades más arraigadas, llegar tarde a casi todo.

"Si volviera a nacer, me pediría ser Frank Sinatra o Mozart"

El sábado 23 presenta dos libros de artículos que van en un solo volumen: Ejercicios de incertidumbre y La alegría de escribir. Dos títulos, a mi parecer, enfrentados. Su literatura ¿es una alegría o por el contrario incertidumbre?

El hecho de escribir es una alegría por sí mismo, a eso se refiere el título del segundo volumen. Pero mi literatura expresa la incertidumbre que vivo, que vivimos todas las personas. El primer volumen se escribió durante una ruptura de pareja, y coincidió con la pandemia, con el confinamiento, así que todo a mi alrededor era incertidumbre, la pérdida de un hogar, la búsqueda de un lugar seguro para vivir, la soledad, intentar volver a vivir… El segundo volumen, insiste en muchos casos en los mismos temas, pero me acerco a ellos con el propósito de disfrutar con su escritura, hablo del amor, del desamor, del deseo en todas sus facetas, transcribo conversaciones con mi madre, observo la vida, intento transcribirla con cierta ironía. Pero, la verdad, no soy precisamente la alegría de la huerta, no.

¿Cómo afronta el proceso creativo? ¿Es usted escritor de mapa o de brújula?

A ver, en cuanto a la escritura de artículos soy un escritor de mapa, preparo el sendero, ese mapa, sé de lo que quiero escribir, me documento y busco las citas adecuadas. En poesía soy o era más un escritor de brújula, me dejo atropellas por el incierto devenir, no planeo, soy un recolector de versos silvestres.

Sus textos están trufados de citas de otros u otras que refuerza lo que usted quiere decir y además muestra indicaciones de quienes fueron estos pensadores ¿Es una forma de guiar al lector para la comprensión de los mismos?

Es mi manera de intentar no ser pretencioso. La intertextualidad es muy importante para mí, introducir citas para explicarme mejor. Y no doy por sentado que el posible lector deba saber de quién estoy hablando, por ello hago los pies de cita y también por una cuestión de justicia hacia sus verdaderos autores. Por otra parte, es una especie de homenaje a uno de mis escritores favoritos Michel de Montaigne, el filósofo y político francés del renacimiento que escribió sus Ensayos de esta misma manera. 

"Mi literatura expresa la incertidumbre que vivo, que vivimos todas las personas"

Gestor cultural, escritor, diseñador gráfico ¿Qué destacaría de su producción literaria?

Esta pregunta tiene una respuesta complicada. Yo, personalmente, no destacaría nada en absoluto, vivo una época de descreimiento personal de nihilismos hacia mí mismo. Esencialmente soy poeta, o escribidor de versos. Pero, en efecto, estos libros de artículos me colman mejor que mis libros de poemas. Es una escritura que me permite, de alguna manera, tratar los mismos temas que trato con mis poemas, pero de una manera más amplia, con una mirada más larga, con más libertad, en definitiva, aunque como dice Francisco Gómez mi prosa, mis artículos son una proyección, una prolongación de mi poesía.

En todos los años que lleva vinculado al mundo de la cultura, más concretamente al de las letras, ¿qué le ha aportado la literatura?

La literatura me ha aportado placer, conocimiento, emoción, he conocido a grandes autores, gente maravillosa, he aprendido a ser mejor. Sin embargo, el mundo cultural, el mundillo como se dice, me ha dado más quebrantos que otra cosa, he conocido a mucha gente inepta con cargos de responsabilidad y he conocido a gente mala, supongo que como en todos los campos profesionales. Me ha dado amigos, grandes amigos, y también los he perdido. El ego es consustancial al ser humano, pero en este mundillo, como decía, es una marca de agua, a veces se convierte en algo irrespirable. Pero, diría que me ha aportado más momentos de felicidad que de penas, esa es la verdad, no entiendo mi vida, ni mi mundo sin la literatura, aunque tampoco sin la música, pero tampoco sin el fútbol, por ejemplo, y sin el arroz al senyoret , o con costra, o sin el chocolate con leche o negro. Al final no es algo tan importante, creo.

¿Qué está leyendo en estos momentos?

En estos momentos estoy intentando leer el último libro de Sergi Pàmies, A las dos serán las tres, y también Plegaria para pirómanos de Eloy Tizón, dos volúmenes de relatos o cuentos, pero tengo que decir que sufro una gran crisis de lectura por diferentes causas ajenas a la propia literatura.