Entrevista | Jorge Molina Exfutbolista de Alcoy

Jorge Molina: «Me costó tanto llegar a Primera que estiré mi carrera para disfrutar esa sensación»

Jorge Molina repasa en INFORMACIÓN una trayectoria de más de veinte años, en la que superó los 600 partidos y los 200 goles.

Jorge Molina repasa en INFORMACIÓN una trayectoria de más de veinte años, en la que superó los 600 partidos y los 200 goles. / GRANADA CF

Caprichoso como es el fútbol, Jorge Molina (Alcoy, 1982) tuvo que esperar hasta los 40 años para sufrir su primera lesión grave, una rotura de cruzado que le llevó a retirarse en 2023. Colgar las botas así no empaña la carrera del que posiblemente sea el mejor jugador que ha dado la provincia en el siglo XXI, como avalan sus 73 goles en Primera. Ahora, desde Granada, donde es técnico del primer equipo, hace balance de más de dos décadas sobre el césped.

¿Cómo se produjo la situación que le llevó a retirarse?

Me rompí el cruzado en marzo del año pasado, cuando me quedaban cuatro partidos para renovar por contrato. Hablé con el club y me ofrecieron la posibilidad de incorporarme al cuerpo técnico. Valoramos todo y decidimos que era la mejor opción. Estábamos peleando por ascender y fue la primera lesión grave de mi carrera. Prácticamente no me había lesionado nunca, ni siquiera había tenido roturas musculares.

¿Cuál es su nuevo cometido ahora dentro del Granada?

Formaba parte del cuerpo técnico de Paco López hasta que lo destituyeron. Ahora estoy ayudando al nuevo técnico, Alexander Medina. Intento aportar todo lo que puedo en el día a día del equipo. Desde esta posición el fútbol se ve de una manera muy diferente. De jugador tienes que centrarte en estar bien físicamente y en hacer lo que te pide el entrenador. Como técnico entran en juego muchas más variables y hay que dedicarle más horas. El fútbol es más complicado como entrenador que como futbolista. 

Paco López es un viejo conocido del fútbol alicantino...

Un cuerpo técnico ya sabe cómo es el fútbol. Paco y sus ayudantes vinieron la temporada pasada al Granada, cuando no estábamos en una situación idónea. Hicieron un trabajo magnífico y ascendimos como campeones de Segunda División. He podido verles trabajar desde dentro y para mí ha sido un máster diario. Lo que más me llamó la atención fue su manera de analizarlo todo, hasta el detalle más pequeño.

Como entrenador el fútbol se ve de una forma diferente. Es más complicado que cuando eres futbolista

¿Cómo recuerda la lesión que le llevó a colgar las botas?

Fue una acción en la que iba a disparar a puerta, llegó el central, choqué con mi pierna de apoyo y enseguida lo noté. Sabía que algo no iba bien, que me había roto. Mi idea era seguir jugando una temporada más. Si no es por la lesión, seguro que hubiera jugado los cuatro partidos que me quedaban para renovar. Estaba en el mejor momento de la temporada. Fue una lástima, nunca había tenido una lesión y me tocó vivir la parte más fea del fútbol al final.

Superado este trago, ¿qué balance hace de toda su carrera?

Estoy orgulloso. He ido escalando mucho, me costó llegar. Tuve que pasar por todas las categorías, desde Tercera hasta Primera. No es fácil que confíen en los jugadores que venimos de abajo. Debuté tarde en Primera pero al final he podido jugar muchos años en la máxima categoría y disfrutar de la élite.

Nunca me había lesionado y me tocó vivir la parte más fea del deporte al final de mi carrera profesional

Su debut en Primera se produjo cuando estaba cerca de los 30 años, ¿por qué cree que tuvo una explosión tan tardía?

Al final cada uno tiene su carrera, no sé los motivos de que no llegara antes. Salir de la cantera de un equipo grande siempre te da más opciones y mejores salidas. Yo no estuve en ninguna cantera, me formé en el Alcoyano y escalé poco a poco. Me costó tanto llegar a Primera que estiré mi carrera lo que pude para disfrutar de esa sensación. También ha sido importante cuidar todos los detalles físicos y encontrarme bien. Ahora hay más métodos, más formas de conocimiento y más facilidades para estirar la carrera de un futbolista.

Prolongar su carrera hasta los 41 años le ha permitido disfrutar de más de dos décadas de fútbol, ¿ha cambiado mucho el futbolista en estos 20 años?

Sí, ha cambiado mucho, como lo ha hecho la sociedad. Nosotros somos reflejo de ello. Antes los jóvenes mostrábamos más respeto. Ahora suben al primer equipo de otra forma, con más confianza, sintiéndose iguales que el resto. Antes eso te lo tenías que ganar a pulso con los veteranos. Yo, como técnico, tengo que ayudar a todos los futbolistas, a los jóvenes y a los que ya no lo son tanto.

Mi deseo es ver al Elche en Primera y al Alcoyano subir a Segunda. En el Elche jugué solo un año pero lo recuerdo con cariño

¿Le faltó la guinda de la selección española a su carrera?

No me vi nunca con opciones serias. En algún momento mi nombre sonó un poco, me lo gritaban en el estadio y me lo decía la prensa. La selección me pilló mayor ya, no había ido nunca y lo veía lejano. Tampoco había sido convocado con las categorías inferiores. Sí que hubiera sido la guinda de mi carrera, es el sueño que tienen todos los jugadores. 

Al margen de no recibir la llamada de la selección, ¿recuerda algún momento duro?

En mi penúltima temporada, con el Granada, tuve un penalti en el minuto 70 de la última jornada, en la que nos estábamos jugando no descender a Segunda. Lo fallé. Íbamos 0-0 contra el Espanyol y teníamos que ganar. Los rivales lo hicieron, nosotros no lo conseguimos y acabamos descendiendo. Fue el momento más difícil que me ha tocado vivir en el fútbol pero ya está. Seguí en el equipo y lo ayudé a ascender al año siguiente a donde merece estar.

¿Cómo valora el presente que tiene el fútbol alicantino?

Estos años hemos tenido una buena representación de la provincia con el Elche en Primera. Ahora tenemos también al Eldense en Segunda y ojalá se afiance. Mi deseo sería que el Elche subiera a Primera y el Alcoyano a Segunda. Los ascensos son complicadas en todo momento, los equipos tienen rachas. El Hércules siempre ha sido un club importante dentro de la provincia y ahora no está atravesando por su mejor situación.

Uno de los referentes de la provincia en la actualidad es José Bordalás, con el que usted ha compartido muchos momentos... 

Es un currante del fútbol, un entrenador al que le ha costado mucho llegar a donde está. Lo suyo es cuestión de trabajo y constancia. Tuve la suerte de estar en el Elche con él y, después, cuatro años en el Getafe. Siempre saca el máximo rendimiento a sus equipos. Pepe sigue evolucionando y creciendo. Podría escalar hacia otros clubes pero en el Getafe está muy a gusto. 

Cada vez me pica más el gusanillo de entrenar.Bordalás, Pepe Mel y Paco López son los técnicos que más me han influido

¿De qué manera recuerda sus primeros pasos en el Alcoyano y el Benidorm?

En el Alcoyano estuve dos años de juvenil. En el segundo debuté con el primer equipo y el tercero lo jugué entero. Quedé pichichi. Pasé tres años más. Es el equipo de mi ciudad, al que iba a ver de pequeño. En el Benidorm estuve un año, en el que conseguimos el ascenso a Segunda B. Era un club más profesional que el Alcoyano por entonces. Luego jugué un año en el Gandia y volví al Benidorm, donde pasé dos temporadas más. De ahí me fui al Poli Ejido, en lo que fue mi primera experiencia en el fútbol profesional.

Después explotó en el Elche y lo fichó el Betis, con el que vivió su estreno en Primera...

En el Elche estuve solo una temporada pero lo recuerdo con mucho cariño. Hicimos un año muy bueno, quedamos quintos o sextos. Fue la última temporada en la que no había playoff, subían los tres primeros. Acabé pichichi de Segunda. Fue uno de los años más bonitos de mi carrera y me abrió las puertas del Betis.

¿Qué se ve haciendo los próximos años dentro del fútbol?

No me planteo nada específico. Cada vez me pica más el gusanillo de ser entrenador. La experiencia con Paco López me ha aportado una visión más táctica. En el Granada estoy muy bien y sigo formándome en el cuerpo técnico. Al final he intentando aprender de todos los entrenadores que he tenido. Los que más me han influido han sido Bordalás, Pepe Mel y Paco López, con los que he compartido muchos años de fútbol y vestuarios.

Llegados al final, ¿con qué se queda de toda su trayectoria?

Los delanteros nos quedamos con los goles, es el momento más especial, la sensación más bonita. También me quedo con los ascensos, es algo que te marca mucho. Te cambian a ti a nivel profesional y también cambian al club al que perteneces. Conseguí un ascenso con el Benidorm de Tercera a Segunda B y cuatro a Primera: dos con el Betis, uno con el Getafe y otro con el Granada.