La avalancha de compraventas que ha registrado el mercado inmobiliario alicantino desde el fin del confinamiento ha tirado al alza de los precios de la vivienda en la provincia, aunque la evolución no ha sido ni mucho menos homogénea. Mientras que en la mayoría de poblaciones de la costa y en las grandes ciudades este aumento de demanda se ha traducido en subidas de dos dígitos con respecto a los valores previos a la pandemia, algunos municipios del interior han visto cómo seguían devaluándose sus inmuebles, ante el estancamiento de su población o la falta de dinamismo económico.

Así se desprende de los últimos datos sobre valor tasado de la vivienda que acaba de publicar el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana relativos al tercer trimestre de este año, en que el precio del metro cuadrado se situó en 1.411 euros de media en el conjunto de la provincia. Una cifra que supone un aumento del 5,3% con respecto al mismo periodo del año pasado y del 8% con respecto a 2019. También es el precio más alto desde finales de 2010.

Los datos por municipios que ofrece el estudio reflejan las diferencias abismales que se dan dentro de la propia provincia, dependiendo de la ubicación y el tipo de demanda que existe en cada población. Así, mientras que en las principales poblaciones del Medio y Alto Vinalopó, como Villena, Elda o Novelda, el valor que los profesionales confieren a las viviendas apenas supera los 600 euros por metro cuadrado, ya hay hasta tres ciudades donde se pagan más de 2.000 euros.

La evolución del metro cuadrado por municipios.

En concreto, en Calp se alcanzan los 2.020 euros; en Benidorm hay que desembolsar una media de 2.057 euros y en Xàbia, el municipio más caro en estos momentos, el metro de casa ya cotiza a 2.437 euros, incluyendo tanto las viviendas de nueva construcción, como las de segunda mano, que suponen en estos momentos la inmensa mayoría.

El Campello (1.984 euros), Dénia (1.705) o Santa Pola (1.518) también son más caras que la media, Alicante se sitúa en los 1.411 euros, mientras que La Vila (1.384 euros), Torrevieja (1.362) y Orihuela (1.351) son algo más asequibles. Por su parte, en Elche la media se sitúa en 1.031 euros.

Evolución

Pero, junto a estas notables diferencias de precio -que significan que la misma casa llega a valer cuatro veces más en un municipio que en otro de la provincia-, también llama la atención la evolución tan dispar que se ha registrado desde el estallido de la pandemia. Como se recordará, tras el bloqueo que se produjo en el confinamiento, en el mismo otoñó de 2020 empezó a registrarse un considerable aumento de transacciones, primero protagonizadas por compradores locales y nacionales en busca de viviendas con mejores condiciones, y, a partir de finales del año pasado, con la llegada en masa de compradores europeos, que han llevado el volumen de compraventas a volúmenes que no se daban desde hace 15 años, en pleno boom.

Esto ha provocado que en algunos municipios los precios se hayan disparado. En el caso de Xàbia, el más extremo, la subida roza el 38% en estos tres años. Le sigue la ciudad de Alicante, donde el incremento ya supera el 20%, y también son significativos los casos de El Campello, con un aumento del 14,5%; Calp, con un 13,6%; Elche, con un 13,4%; o Santa Pola, con un 10,3%.

La cala de la Granadella de Xàbia. David Revenga

En este sentido, como apunta Juan Carlos Sempere, de Ábaco Servicios Inmobiliarios, en muchas zonas de la costa la demanda internacional tradicional, la protagonizada por ingleses y nórdicos, se ha visto reforzada tras la pandemia por el aumento de compradores alemanes u holandeses, que han redescubierto la provincia ante los precios cada vez más inaccesibles de otros destinos como Baleares.

Por su parte, en el caso de las grandes ciudades, es el dinamismo económico lo que ha marcado el aumento de población y, por tanto, la demanda de vivienda. Una tendencia que en Alicante se ha visto reforzada por su condición de destino de turismo residencial, cada vez también más internacionalizado, según el experto.

Vega Baja

Un tirón de la demanda que también se ha registrado en las principales poblaciones de la Vega Baja, aunque aquí las subidas de precios han sido más moderadas –en Orihuela el metro cuadrado se ha incrementado un 9,3% sobre 2019 y en Torrevieja, un 6,9%- debido a la mayor disponibilidad de oferta y a la tipología de las construcciones, más dirigido a un público de clase media, según explica Pedro Menárguez, director de Marsol Internacional.

Por el contrario, en el caso de las zonas de interior, donde no llega la demanda internacional y no hay un aumento significativo de población que tire del mercado, los precios han crecido muy poco o, incluso, han descendido. Así, en Alcoy la cotización de los inmuebles apenas ha subido un 3,1%; en Villena los pisos valen ahora un 1,7% menos que antes de la pandemia; mientras que en Novelda el descenso sobre los valores de tasación de 2019 alcanza el 12,6%.

Una imagen de la calle Mayor de Novelda. Áxel Álvarez

En cualquier caso, las subidas que registran la mayoría de poblaciones estarían llegando a su fin, ya que los profesionales consultados señalan que el ritmo de ventas ha empezado a reducirse, especialmente en aquellos segmentos de la clientela que necesitan financiación para comprar la casa. Una ralentización que también llevará a una contención de los precios.